Scott Brown, capitán del Celtic, protagonizó una de las imágenes curiosas en la liga escocesa. Con su equipo ganando 0-2 al Aberdeen, recibió tres golpes que le hicieron crecerse.

Primero, recibió una dura entrada de un rival para, tras salir de ella, recibir una segunda aún más fuerte. Mientras caía al suelo, un tercer jugador le pegaba un pelotazo.

Brown se levantó y no solo no respondió a la provocación, sino que hizo un gesto como si se tratara de un forzudo para, después, marcarse un bailecito animándose tras lo sucedido.