Ante el problema de la prostitución en Sevilla, el Ayuntamiento ha lanzado una campaña basada en un peculiar 'quién es quién'. Con ella se quiere desenmascarar a sus clientes, especialmente a cuatro tipos de consumidores. El primero, el hombre machista que es “el que paga y decide cómo y cuándo”. Otro perfil: el fiestero, el que se lo toma como “su diversión del fin de semana”, pese a que muchas chicas son explotadas. También está el acomplejado que asegura que “aquí sí tiene el control” y puede dominar. Y finalmente los novatos, que ya tan jóvenes vulneran la dignidad de las mujeres. Las calles de la ciudad se han llenado con esta denuncia: que ninguno tiene excusa, que todos son cómplices de esta esclavitud.