Ya no volveremos a ver a un grupo de niños recogiendo los bolos de la pista después de jugar una partida. Tampoco a un hombre probando la calidad de un casco estampándose contra una pared. Lo mismo ocurre con aquellas redacciones de periódicos en las que se consentía beber y fumar en horas de trabajo.
Son escenas propias de otra época capaces de despertarnos el sentimiento de nostalgia. Imágenes capturadas, cómo no, en película de blanco y negro, sepia o de colores poco saturados que hoy se clasificarían en la gama de vintage.