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Chrysler Grand Voyager, el gran viajero
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PRUEBA - EL CONFIDENCIAL

Chrysler Grand Voyager, el gran viajero

El Chrysler Grand  Voyager es un vehículo muy especial, perfecto para ser utilizado como coche de viaje por grandes familias o grupos de amigos y al

El Chrysler Grand  Voyager es un vehículo muy especial, perfecto para ser utilizado como coche de viaje por grandes familias o grupos de amigos y al mismo tiempo bastante limitado si se trata de una utilización más urbana o en zonas más viradas. Son las dos caras de una moneda, pero es que no hay que olvidar que son casi 5,2 metros de coche y 2.100 kilos en vacío a los que hay que sumar el peso de las personas y el de sus equipajes.

Este modelo ha sido pensado para el mercado americano, para las dimensiones de sus calles y de sus grandes autopistas, y por ello no se ha escatimado nada en cuanto a espacio interior y a confort de marcha para sus ocupantes.

Por ello, el Grand Voyager es un vehículo perfecto si lo que necesitamos es un gran coche para viajar disfrutando con toda la familia o los amigos de los grandes desplazamientos.

Su equipamiento es también el más apropiado para hacer placeneteros esos grandes viajes. Así, cuenta con siete amplísimas plazas, realmente confortables y que permiten viajar en su interior como si fueramos en el salón de nuestra casa, pero con cuatro ruedas y con todo el confort posible en un automóvil 

En este sentido el coche ofrece un completo equipo de sonido que incluye la posibilidad de un sistema de entretenimiento para los niños, y para los no tan niños, con un lector de DVD y con dos pantallas, respectivamente para la segunda y la tercera fila de asientos, que van situadas en el techo y que ofrecen una muy buena visibilidad.

Otro aspecto importante, sobre todo para los grandes viajes de verano, el sistema de climatización, que también es perfecto. Ofrece salidas independientes para las tres filas de asientos e incluso cuenta con salidas de aire en el techo del vehículo, al estilo de las empleadas en los aviones. Por eso, perfecto también en este sentido.

Aunque sin duda lo mejor de este modelo de Chrysler es el espacio interior y sus posiblidades de configuración realmente únicas. No hay otro vehículo similar a este Voyager en este sentido.  En la fila delantera dos plazas muy amplias, con una gran anchura, lo mismo que las de la fila central, también con dos amplias butacas con reposabrazos a ambos lados.

La tercera fila ofrece tres plazas y es de tipo corrido.  Lo mejor es que la distancia entre la segunda y la tercera fila permite viajar con total y absoluta comodidad a sus ocupantes sin el menor problema, y por supuesto contando con la ventilación y con el equipo del DVD. Con ello, el viaje, incluso para los ocupantes de esta tercera fila será muy agradable siempre.

Esta tercera fila de asientos, lo mismo que la segunda, se pueden plegar de manera automática bajo el suelo del vehículo, ofreciendo un espacio como sólo una gran furgoneta puede proporcionar. El maletero es increíble. Con las tres filas de asientos puestas se puede contar con más de 500 litros de maletero, que se puede ir ampliando mediante el plegado de los asientos hasta alcanzar los 3.000 litros. Lo dicho, como una furgoneta, pero con la cosa de que estamos llevando un monovolumen muy confortable.

Un comentario a parte merece el plegado de la tercera fila de asientos. Este se realiza de manera automática y eléctrica mediante unos botones situados en la parte trasera del vehículo, en el montante del lado izquierdo. Sorprende este detalle que aporta un confort aún mayor al vehículo y demuestra su origen americano. Tras una simple presión sobre el botón veremos como el mecamnismo se pone en marcha, comienzan los plegados y los movimientos hasta esconder el asiento y dejar un fondo plano, envidiable cuando se trata de trasladar algo grande y sin ningún problema.   

Sin duda, el Grand Voyager es un gran coche de viaje. Asociado a este vehículo encontramos un motor turbodiesel bastante eficiente. Con sus 163 caballos se mueve con bastante soltura a pesar de que su cambio automático es bastante lento en sus reacciones. Y sus consumos son altos, como no podía ser de otra forma en un vehículo que pesa 2.100 kilos, a los que hay que sumar los de los ocupantes y sus equipajes. El consumo homologado en ciclo mixto es de 9,3 litros.  

Circulando por buenas carreteras el coche funciona muy bien, mantiene bien la velocidad fácilmente y sus consumos son razonables para el tipo de coche que es. Otra cosa bien diferente ocurre cuando tratamos de abordar carreteras de segundo orden, donde el vehículo se muestra algo más torpe. En este tipo de trazados el cambio automático muestra sus limitaciones que repercuten en una agilidad de marcha algo limitada y en unos consumos que se elevan bastante.

Cambio automático

Otro aspecto destacable es la posición de la palanca de cambios. Todo en este vehículo ha sido pensado para ofrecer el máximo espacio a sus ocupantes. Por ello, no se ha montado una consola entre los dos asientos delanteros donde suele ir la palanca de cambios, sino que esta se ha posicionado en la misma consola central, junto al cuadro de instrumentos, en una posición muy vertical y a la derecha, en una posición nada habitual en los vehículos europeos. Cuesta trabajo acostumbrarse a su posición, sobre todo cuando tratamos de hacer una maniobra rápida.

El Grand Voyager es un coche único, pensado para los grandes desplazamientos y las familias generosas, con siete plazas reales y muy confortables y con un equipoamiento, entre los de serie ya las opciones, muy completo y que cubre todas las necesidades. Un coche limitado por otra partem, porque esa gran amplitud repercute en unos consumos altos y una agilidad limitada en zonas urbanas y en tramos virados de carretera.  

        

El Chrysler Grand  Voyager es un vehículo muy especial, perfecto para ser utilizado como coche de viaje por grandes familias o grupos de amigos y al mismo tiempo bastante limitado si se trata de una utilización más urbana o en zonas más viradas. Son las dos caras de una moneda, pero es que no hay que olvidar que son casi 5,2 metros de coche y 2.100 kilos en vacío a los que hay que sumar el peso de las personas y el de sus equipajes.