La guerra oculta tras la opa de LVMH por Tiffany's: insultos, demandas e intrigas políticas
El presidente de LVMH, Bernard Arnault, se enfrenta al reto de revivir la firma en tiempos difíciles para la industria de lujo tras cerrar su compra bajo amenaza de ir a los tribunales
Se espera que los accionistas de Tiffany & Co aprueben la fusión con LVMH que otorgaría al gigante del lujo francés una gran cuota del mercado de la alta joyería y le permitiría poner fin a meses de caos que casi acaban con el acuerdo de 15.800 millones de dólares. También se espera que el voto de este miércoles cubra una operación en la que el accionista mayoritario de LVMH, el multimillonario Bernard Arnault, no ha conseguido lo que quería.
Arnault lleva meses luchando para renegociar la fusión después de que la pandemia del covid-19 sembrara el caos en la industria de lujo. Pidió al Gobierno francés ayuda para salir de dicho caos y más tarde reclutó a un banquero de Rothschild & Co para que tuviera conversaciones indirectas con Tiffany's, según fuentes familiares con el asunto. Arnault, molesto por la insistencia de Tiffany’s de pagar todos los dividendos a los accionistas antes de cerrar el acuerdo, exigió que la joyería redujese el precio del acuerdo un 11%, afirman dichas fuentes.
Tiffany’s se negó y siguió adelante con una demanda, presentada en el tribunal de Delaware, para hacer cumplir el acuerdo de fusión inicial. LVMH aceptó comprar Tiffany's con un descuento del 2,6% del precio original del trato. Tiffany realizó un pago de dividendos de 70 millones de dólares la semana pasada. Arnault decidió que era mejor adquirir Tiffany's a un precio similar al acuerdo prepandemia que continuar la lucha, dice una persona cercana al asunto.
Ahora, tiene el reto de revivir Tiffany's en un momento en el que la marca y, en general, el sector han sufrido daños importantes. Los abogados de LVMH declararon en una contrademanda en septiembre que la pandemia había dejado al minorista “sin un fin a la vista para sus problemas”. Entre ellos: muchos turistas que son grandes consumidores y viajan por el mundo comprando bienes de lujo se han quedado en casa debido al virus, privando a Tiffany's de una fuente de ingresos clave. Tiffany depende en gran medida de las tiendas en centros comerciales de EEUU, locales minoristas que han sufrido este año.
“La brusca caída del tráfico a pie en los centros comerciales, que se encuentran en el centro de la estrategia minorista de Tiffany, tendrá un impacto perjudicial importante a largo plazo para la compañía”, decía LVMH en su demanda. Esos problemas se suman a otros puntos débiles, como la inclinación de su gama de productos hacia la joyería nupcial en un momento en el que hay pocas bodas, apuntan los analistas.
“Tiffany's es muy nupcial, y ahí no está el futuro”, dice Erwan Rambourg, analista de artículos de lujo en HSBC. Dentro de LVMH, dice Rambourg, “los productos van a evolucionar drásticamente. Creo que las tiendas también van a cambiar en gran medida”. Un portavoz de Tiffany se ha negado a hacer declaraciones. Antes de la pandemia, la empresa estaba trabajando en revitalizar su imagen, especialmente para los compradores más jóvenes. Tiffany's conserva mucha parte del brillo que atrajo a Arnault en primer lugar, sobre todo una marca que es una de las más reconocibles en el sector del lujo.
Arnault llevaba años observando a Tiffany's antes de hacer una oferta para comprar la empresa en octubre de 2019 por 120 dólares la acción. Tras varias semanas de negociaciones, LVMH llegó a un acuerdo para comprar Tiffany's por 135 dólares la acción, cerca del récord de la empresa. Semanas después, se registraron los primeros casos de coronavirus en Wuhan, China. En marzo, las boutiques de lujo de todo el mundo cerraban a medida que las grandes economías se confinaban. Durante el verano, representantes de LVMH pidieron al ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, un documento que preparase el terreno para que la empresa renegociara o se saliera del acuerdo de fusión, según autoridades francesas. Le Maire no accedió.
El 8 de septiembre, LVMH comunicó a Tiffany que había recibido una carta de Jean-Yves Le Drian, ministro de Asuntos Exteriores francés, pidiendo a la empresa aplazar su compra de Tiffany hasta el 6 de enero de 2021 para ayudar al Gobierno en negociaciones de fiscalidad y aranceles internacionales con el Gobierno de EEUU. Al día siguiente, LVMH declaró que se salía del acuerdo. Tiffany's puso una demanda inmediatamente, para obligar a LVMH a comprar la empresa o pagar una indemnización. El presidente de Tiffany's, Roger Farah, declaró en un comunicado ese mismo día que LVMH tenía “las manos sucias”, sugiriendo que la empresa había solicitado al Gobierno francés escribir la carta. Sus palabras enfurecieron a Arnault y a la dirección de LVMH, según una persona cercana a los hechos. “Fue demasiado”, afirma esta persona.
El 16 de septiembre, el asesor de Tiffany en el acuerdo, Blair Effron, de Centerview Partners, recibió una llamada de un banquero francés, Grégoire Heuzé, entonces en Rothschild en París. A Effron le extrañó tener noticias de Heuzé y no de banqueros de Citigroup, que había estado trabajando con LVMH en el acuerdo, según algunas fuentes. Heuzé ya había asesorado a Arnault en 2017 en una operación que unificó a LVMH y la casa de moda Christian Dior.
Heuzé sugirió que LVMH estaría interesado en llegar a un acuerdo. Effron reenvió el mensaje a Farah, quien dijo “no gracias, confiamos en poder ganar en los tribunales”, declaran personas cercanas a la conversación. A principios de octubre, Heuzé le dijo a Effron que LVMH estaría dispuesto a cerrar el acuerdo por 120 dólares la acción, menos que el precio original de 135 dólares. Effron contestó que Tiffany probablemente no aceptaría un descuento tan grande, según declaraciones reglamentarias.
El 15 de octubre, Tiffany's publicó los resultados preliminares de agosto y septiembre de 2020, que mostraban que su negocio había empezado a estabilizarse. Las ventas globales se habían reducido ligeramente, pero los beneficios de explotación se habían disparado un 25% respecto al ejercicio anterior. La empresa también registró ventas sólidas ‘online’ y crecimiento en China. El 18 de octubre, Heuzé elevó la oferta a 131 dólares la acción, según los documentos. Effron respondió que el precio tendría que ser 132 dólares la acción, y que Tiffany seguramente exigiría un contrato ‘irrefutable’ que evitaría que LVMH desapareciese, según tales documentos.
Heuzé dice que LVMH estaba dispuesto a firmar 131,50 dólares la acción. Farah creyó que valía la pena aceptar un pequeño descuento a cambio de la seguridad de cerrar el acuerdo, afirman las fuentes. Las dos empresas anunciaron un acuerdo a finales de octubre, en el que LVMH pagaría 131,50 dólares la acción. En noviembre, Heuzé dejó Rothschild para unirse a la oficina de Centerview en París. El descuento le ahorró 440 millones de dólares a LVMH, menos del 1% de sus ingresos de 2019. A dichos ahorros se les restaron 141 millones de dólares que Tiffany pagó en dividendos en agosto y diciembre, lo que LVMH habría podido evitar si hubiera cerrado el acuerdo con mayor rapidez.
“Parece que fue más una cuestión de principios”, señala Rambourg. “¿Han valido la pena el tiempo invertido y el coste de las acciones legales? No lo sé”.
Se espera que los accionistas de Tiffany & Co aprueben la fusión con LVMH que otorgaría al gigante del lujo francés una gran cuota del mercado de la alta joyería y le permitiría poner fin a meses de caos que casi acaban con el acuerdo de 15.800 millones de dólares. También se espera que el voto de este miércoles cubra una operación en la que el accionista mayoritario de LVMH, el multimillonario Bernard Arnault, no ha conseguido lo que quería.