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El mercado de productos médicos de China es el "salvaje Oeste" debido al covid-19
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El mercado de productos médicos de China es el "salvaje Oeste" debido al covid-19

La cadena de suministro está en estado de caos debido a que gobiernos extranjeros, hospitales y empresas compiten por el mismo equipamiento

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Urgentes inspecciones nocturnas en fábricas de mascarillas chinas. Transferencias electrónicas apresuradas de millones de dólares para asegurar acuerdos de compra de respiradores. Intermediarios merodeando junto a una fábrica de Shanghái ofreciendo mascarillas de procedencia desconocida.

La cadena de suministro de productos médicos de China se está convirtiendo en una especie de barra libre para todos a medida que gobiernos extranjeros, hospitales y empresas —y todos sus intermediarios—, llegan al país para abastecerse de respiradores, mascarillas y otros equipamientos de protección.

Rebosantes de posibles compradores, las fábricas chinas se están aprovechando de su posición privilegiada, dictando las condiciones de compra y exigiendo pagos por anticipado de la suma total. Mientras tanto, los compradores han de investigar con suma rapidez a vendedores noveles, a veces por videoconferencia desde el otro lado del mundo.

El desorden existente en China, un importante productor de equipos de protección personal, o EPI, pone de relieve lo desesperados que se han vuelto los EEUU y otros compradores para asegurarse el abastecimiento de equipamiento médico conforme la pandemia de coronavirus los envuelve.

"En este entorno, la clave es hacer todo lo posible para obtener tus productos", dijo Jeffrey Bernstein, quien dirige las operaciones de China en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh. "Es una locura de escenario, tal como el salvaje Oeste".

Los compradores, sin más alternativas, pagan casi todo por adelantado; los fabricantes chinos exigen hasta un 50% al firmar el contrato y otro 50% antes de la entrega de los productos, según afirman compradores y vendedores.

En el "mercado al rojo vivo" de los respiradores, donde algunos modelos pueden costar más de 50.000 dólares, pidieron a una institución médica occidental que transfiriera un depósito del 40% antes de ver el producto. Otro posible comprador, un estado de EEUU, cuenta que se le pidió que depositara 100.000 yuanes (14.120 dólares) antes de recibir la dirección de una fábrica donde el vendedor dijo que tenía los ventiladores listos para inspección, según afirman personas relacionadas con estas transacciones.

placeholder Material sanitario que proviene de China descargado en Tenerife, Canarias. (EFE)
Material sanitario que proviene de China descargado en Tenerife, Canarias. (EFE)

Por lo general, los compradores institucionales realizan una investigación exhaustiva y pagan a los proveedores aproximadamente un mes después de recibir los productos. Pero, en la actual crisis sanitaria, muchos tienen que acomodar sus estándares tradicionales a la nueva necesidad de actuar con rapidez.

Los gobiernos estatales, acostumbrados a un proceso de licitación que puede llevar meses, se han visto especialmente maniatados en la carrera por navegar en la red de cadenas de suministro de China, que son opacas, complejas y cambian constantemente.

"A menudo hay que tratar con intermediarios o con una empresa fantasma dentro de otra empresa fantasma que a su vez está dentro de una tercera", dijo el vicegobernador de Illinois, Christian Mitchell, quien aprobó la compra de más de 10 millones de piezas de EPI de China mientras supervisaba las adquisiciones para este estado del Medio Oeste. "Debes aceptar el nivel de riesgo que normalmente no aceptarías tomar con dinero del contribuyente".

Para apoderarse de las necesarias mascarillas faciales, el gobierno federal de EEUU ya se ha comprometido a hacer pedidos por valor de 110 millones de dólares a precios elevados y con proveedores no verificados, informó 'The Wall Street Journal'.

Un asesor de los gobiernos estatales de EEUU que intentaba obtener EPI de China recibió de uno de sus potenciales proveedores un certificado de aspecto oficial que pretendía provenir de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU. En este certificado se leía la frase "insertar el número aquí".

Resulta que la certificación fue falsificada y el proveedor se había olvidado de reemplazar palabras por números, dijo John Evans, el director gerente de la empresa de consultoría en gestión con sede en Bangkok, Tractus Asia.

En otro caso, cuenta Evans, los proveedores chinos enviaron direcciones de almacenes que decían que estaban llenos de mascarillas disponibles para la venta. Tras una inspección detallada, las instalaciones resultaron estar vacías.

Un portavoz del gobierno chino dijo esta semana que el país proporciona suministros médicos de urgencia a más de 150 países y organizaciones internacionales. A principios de este mes, China introdujo controles aduaneros más estrictos después de las quejas sobre las exportaciones de EPI chinos de baja calidad a algunos países europeos.

Las necesidades han sido extremas, los compradores han tenido que buscar 'soluciones imaginativas'

Los compradores del sector privado también han tenido que encontrar soluciones creativas. Durante el mes pasado, los miembros del equipo de Bernstein de la Universidad de Pittsburgh en China se han convertido efectivamente en agentes de compras de emergencia, ayudando a obtener productos médicos para las operaciones del grupo médico en la ciudad de Palermo, en el sur de Italia, y el gobierno regional de Sicilia, donde las necesidades han sido extremas.

El equipo de Bernstein se ha conectado a través de Zoom para realizar video-inspecciones de las plantas de fabricación de los proveedores chinos. Para asegurar la provisión de un pedido urgente de mascarillas un domingo por la noche, sus empleados se comunicaron con un socio de un grupo de hospitales chinos. El grupo de hospitales envió rápidamente a un médico a la fábrica alrededor de las 22:00h. El médico envió un video de sí mismo poniéndose el equivalente chino de una codiciada mascarilla N95 con filtro, y mostrando los dos pulgares hacia arriba.

Un mercado negro rebelde y en expansión

El personal de ventas en una fábrica del área de Shanghái que es operada por Dasheng Health Products Manufacturing y es descrita por un intermediario como el "Louis Vuitton de las mascarillas" por los altos estándares de calidad de sus productos, dijo a posibles clientes a principios de este mes que no podría suministrar mascarillas hasta octubre.

Aun así, en una reciente visita del 'Journal' a las instalaciones, durante una tarde del mes de abril, vieron que en una calle lateral bulliciosa, bordeada con árboles, había docenas de hombres comerciando deprisa con mascarillas que dijeron pertenecían a las líneas de producción de Dasheng.

Dos hombres afirmaron tener una asignación de cinco millones de mascarillas aseguradas a través de un contacto dentro de la planta, que ofrecieron revender a 18,50 yuanes (2,62 dólares) por mascarilla. Su parte del pastel: dos yuanes por mascarilla. No se pudo contactar con Dasheng para obtener sus comentarios.

Foto: Trabajadores chinos, produciendo mascarillas en una fábrica de Shanghái. (Reuters)
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El desembarque de los productos no garantiza que logren cruzar el Pacífico. Los obstáculos regulatorios en ambos países han hecho que la exportación de productos sea un campo minado.

Una reducción en el volumen de carga aérea ha producido aún más dolores de cabeza. China comenzó a limitar las aerolíneas extranjeras a un vuelo entrante por semana el mes pasado, lo que redujo significativamente la cantidad de carga que puede volar desde China en la bodega de los aviones de pasajeros.

United Parcel Service (UPS) ha comenzado a limitar la capacidad de envíos de sus clientes desde China a 50 kg al día, cuando el límite era de 1.000 kg al día el mes pasado, dijo Duncan Abdelnour, fundador de CrowdHealth Source, que compra el equivalente chino de las mascarillas N95 para clientes estadounidenses.

Estas reglas más estrictas implican que solo puede enviar unas 3.000 mascarillas cada día, dijo, y añadió que cualquier otra cosa se cobra a tasas mucho más altas. Una portavoz de UPS dijo que la compañía no divulga los precios específicos para clientes individuales y se negó a hablar sobre las operaciones antes del reporte de ventas del 28 de abril.

Foto: Mascarillas compradas por el Gobierno en China, repartidas este lunes en Madrid. (P. G.)

Los precios de la carga a granel también han aumentado dramáticamente. Según la firma de logística global ClearFreight, la tarifa de flete aéreo a los EEUU desde China aumentó hasta al menos 17 dólares por kilogramo esta semana, habiendo costado aproximadamente 3 dólares en enero.

Los vuelos chárter son posibles, pero caros, a veces cuestan más de 1,5 millones de dólares, o más del doble del precio habitual, dijo Khim Lim, vicepresidente de ventas y marketing de ClearFreight. No obstante, es algo que ClearFreight está considerando, dijo, apuntando a la subida de los tipos de cambio del "mercado spot" tanto para vuelos de pasajeros como de mercancía. La lucha ha puesto de relieve la dependencia que Occidente tiene de China para suministros médicos esenciales.

"Los estadounidenses están aprendiendo en esta crisis de nuestra excesiva dependencia de China", dice William Buckley, presidente de la junta del gobierno local en Milford, Massachusetts, quien hizo un pedido de 30.000 batas de aislamiento el mes pasado a un proveedor chino, que, según dijo, canceló el envío pocos días después.

"Con suerte, llegará el momento de ajuste de cuentas… y realinearemos la cadena de suministro", dijo Buckley. "Eso es lo que todo país debería hacer".