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Microcréditos: dinero rápido y sin preguntas pero con intereses superiores al 1.000%
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PROLIFERAN LOS PRESTAMISTAS QUE LOS OFRECEN

Microcréditos: dinero rápido y sin preguntas pero con intereses superiores al 1.000%

Es la fórmula del dinero rápido y sin preguntas. Créditos de reducido importe a devolver en un plazo máximo de 30 días. Sin embargo, ese dinero acarrea altos intereses

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Micropréstamos, crédito rápido, dinero directo, flexibilidad, al instante, apenas 15 minutos, sin preguntas, con una llamada, un SMS o desde Internet… El primero que pida incluso puede salirle gratis. Son los reclamos que se repiten día tras día en anuncios de televisión y radio, también en revistas y periódicos para anunciar estos créditos. Suele ser el último recurso para muchas personas a la hora de conseguir la financiación que les niegan los bancos para hacer frente a pagos e imprevistos a corto plazo. Pero tras estas teóricas ventajas, tras la rapidez, la flexibilidad o las pocas preguntas que, a priori, exigen estos prestamistas hay un dinero que sale caro. Muy caro en buena parte de los casos. Intereses TAE de cuatro dígitos, muy por encima de los créditos al consumo convencionales.

Pero no todos los prestamistas son iguales ni las tesituras en las que conceden sus préstamos son idénticas. En torno a una treintena de firmas han proliferado en los últimos dos años en España. El mercado sigue siendo joven y los expertos creen que el desembarco de estas empresas sólo acaba de empezar. La situación es bien distinta en países como Reino Unido, Estados Unidos o regiones de Europa del este donde en los últimos cinco años la presencia de estas compañías de crédito está más extendida, si bien su reputación no siempre ha estado inmaculada. Prueba de ello, es que en los últimos días, Wonga, una de las empresas destacadas del sector, se verá obligada a revisar sus prácticas de préstamo y a condonar la deuda a 330.000 clientes en Reino Unido.

¿Quién supervisa a estas compañías en España? El negocio base de estas firmas no es la captación de depósitos, pilarfundamentaldel mecanismo de funcionamiento de la banca. Por ello, y por el hecho de que en España es legal prestarse dinero entre particulares, estas empresas de créditos escapan a la supervisión del Banco de España. La CNMV tampoco tiene nada que decir al respecto, ya que no son sociedades de valores ni guardan una relación directa con los mercados. Estas firmas están supervisadas por el Ministerio de Sanidad y Consumo a través de la Ley 22/2007 sobre comercialización a distancia de servicios financieros destinados a los consumidores, cuyos requerimientos varían en función de cada comunidad autónoma en la que se aplique. Esta normativa recoge los derechos de ambas partes y los términos en los que debe informarse de las condiciones de dichos préstamos.

No es algo baladí. Uno de los aspectos que más se cuestiona del papel de estas compañías es la claridad de sus ofertas. A finales del pasado año, una docena de estas entidades se unificaron en la Asociación Española de Micropréstamos (Aemip) para dar luz, entre otras medidas, a un código de buenas prácticas que deben cumplir sus integrantes (firmas como OKMoney, CréditoMás, Vivus, Vía SMS o Qué Bueno, entre otras). Dentro de este ideario destaca la utilización de un lenguaje claro, de no permitir prórrogas de más de seis meses o asesorar a sus clientes sobre la adecuación del acuerdo crediticio a sus circunstancias.

Esta asociación también contempla la figura de un mediador que entrará en juego cuando los deudores asuman altas cuantías con varias de estas firmas y tratará de solventar el pago de la deuda de forma conjunta entre las partes. Sus servicios no son ni mucho menos gratuitos y conllevarán un coste del 10% de lo adeudado, con un mínimo de 200 euros y un máximo de 500 euros, que siempre será asumido por el cliente en caso de que se alcance un acuerdo.

No todos son iguales, pero si en algo coinciden los expertos es en que acudir a sus servicios debe ser un caso de máxima necesidad y sólo en situaciones puntuales de necesidad de liquidez en el corto plazo. En primer lugar, hay que diferenciar entretres compañías que adquieren un papel de financieras ante productos de consumo como son Cofidis, Cetelem o Big Bank, cuyo negocio no es similar al del resto de firmas. El resto de prestamistas siempre siguen el mismo patrón: dinero rápido de entre 50 y 800 euros a devolver en un plazo aproximado de 30 días desde su concesión.

El gancho en muchas ocasiones es que el primer préstamo sale gratis. La realidad después son unos intereses cuantiosos que conviene tener muy presentes antes de la contratación. Sirva de ejemplo el caso de Vivus, filial de la austríaca 4Finance, donde por pedir un préstamo de 300 euros a devolver en 30 días, el cliente deberá abonar 60 euros de intereses. La situación se repite en otras empresas del sector. Para estas mismas condiciones, la firma letona Vía SMS, Qué Bueno y Kredito24 exigen 105 euros en intereses y Pepe Dinero 74 euros en honorarios por un máximo de 250 euros a devolver en un mes.

Y es en este punto donde los propios prestamistas intentan establecer matices. “La TAE está pensada para medir el coste de productos a largo plazo, no a corto. Es como comparar el coste de un hotel con el del alquiler de un inmueble”, señalan desde Aemip. Según esta asociación, el coste medio diario se sitúa cerca del 0,8% - 1%. A este importe hay que añadir posibles penalizaciones por demora, que consisten en un importe fijo de entre cinco y veinte euros y un recargo diario hasta el día 60 de impago.

Desde la Asociación de Usuarios de Bancos y Cajas, Adicae, consideran que estos préstamos se ofrecen “a todas luces en condiciones abusivas, con intereses muy superiores a la rentabilidad media que presentan los créditos al consumo que ofertan las entidades bancarias” y que, a finales de 2013 y siempre según sus estimaciones, se situaban en el entorno del 9,8% TAE.

Todo ello en un sector en pleno auge que aspira a encontrar en España un nicho con similar potencial al que encontró años atrás en Reino Unido. Por el momento, las empresas de crédito no dejan de proliferar y fuentes de la asociación de micropréstamos estiman que el número de créditos que se concederán durante 2014 se situará entre los 300.000 y los 500.000.

Micropréstamos, crédito rápido, dinero directo, flexibilidad, al instante, apenas 15 minutos, sin preguntas, con una llamada, un SMS o desde Internet… El primero que pida incluso puede salirle gratis. Son los reclamos que se repiten día tras día en anuncios de televisión y radio, también en revistas y periódicos para anunciar estos créditos. Suele ser el último recurso para muchas personas a la hora de conseguir la financiación que les niegan los bancos para hacer frente a pagos e imprevistos a corto plazo. Pero tras estas teóricas ventajas, tras la rapidez, la flexibilidad o las pocas preguntas que, a priori, exigen estos prestamistas hay un dinero que sale caro. Muy caro en buena parte de los casos. Intereses TAE de cuatro dígitos, muy por encima de los créditos al consumo convencionales.

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