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Telefónica no se decide: La subasta de Digital Plus a punto de quedar desierta
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CARRERA CONTRARRELOJ: LA DEUDA AHOGA A PRISA

Telefónica no se decide: La subasta de Digital Plus a punto de quedar desierta

A última hora de la tarde de ayer la impresión imperante en Telefónica era que la operadora no iba a presentar oferta vinculante por Digital Plus,

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Telefónica no se decide: La subasta de Digital Plus a punto de quedar desierta

A última hora de la tarde de ayer la impresión imperante en Telefónica era que la operadora no iba a presentar oferta vinculante por Digital Plus, la televisión de pago de Sogecable, grupo Prisa. El plazo de presentación terminaba a las 12 de la noche de ayer, 12 de noviembre. El proceso, que discurre con la  mayor opacidad, tiene un interés que rebasa el puramente económico: saber si Telefónica resistirá las presiones de todo tipo, incluso políticas, que le han llegado para que compre un activo del que depende el futuro del grupo Prisa, víctima de una deuda superior a los 5.000 millones de euros.

Todo, o casi, seguía estando anoche en la nebulosa. Empezando por la fecha tope de presentación de ofertas. Aunque la propia Prisa, en el último comunicado remitido a la CNMV, se comprometió a informar sobre las ofertas vinculantes recibidas por Digital + como muy tarde el 12 de noviembre, ayer mismo un portavoz del grupo de comunicación aseguraba a este diario que “la fecha del 12 nunca ha sido válida para nosotros, que siempre nos hemos remitido a finales de esta semana o principios de la próxima para disponer de esa lista corta de aspirantes al Plus”.

En Telefónica no piensan lo mismo. “Nosotros siempre hemos trabajado con el día 12 como fecha tope”. Y a las 8 de la tarde de ayer, la impresión general en la operadora es que no habría oferta, aunque todo podría variar dependiendo de una decisión personal de César Alierta. La sensación general es que “no es posible presentar una oferta realmente “vinculante e incondicionada”, como exige taxativamente el vendedor, con la escasa información disponible en poder de los potenciales compradores”.

Más grave aún, parece confirmado que Telefónica no está dispuesta a pagar por Digital Plus más allá de los 2.000 millones de euros, muy lejos de los 3.000 que reclama Juan Luis  Cebrián y que resultarían imprescindibles para arreglar el balance del grupo Prisa. Y el otro aspirante “serio” que parece seguir en liza al lado de telefónica, el grupo francés Vivendi, propietaria de Canal + Francia, le ocurre otro tanto, con la salvedad de que Vivendi no dispone siquiera de esos 2.000 millones.

 

Rumores de oferta conjunta con Vivendi

Ayer por la tarde circuló la especie de que Telefónica y Vivendi podrían estar ultimando la presentación de una oferta conjunta de última hora, especie desmentida por la operadora española. “Presentar en este estadio una oferta conjunta es casi imposible, y me da la impresión de que también lo es por separado… Hay demasiadas incertidumbre en torno al negocio en sí como para poder presentar oferta, por lo que, si no lo hace nadie, a Prisa no le quedará más remedio que prolongar el plazo y, más realista, iniciar contactos directos con los potenciales interesados”.

Las carencias de información para definir una oferta “vinculante e incondicionada” tienen que ver básicamente con las grandes distribuidoras de contenidos de TV americanas, y con la situación de los acuerdos con los clubes de fútbol, lo cual podría traducirse en que la oferta u ofertas, de haberlas, lo fueran condicionadas a disponer de una información más amplia sobre los contratos con las grandes productoras de EE.UU., las llamadas majors,  y con los clubes de fútbol.

A última hora de la tarde de ayer la impresión imperante en Telefónica era que la operadora no iba a presentar oferta vinculante por Digital Plus, la televisión de pago de Sogecable, grupo Prisa. El plazo de presentación terminaba a las 12 de la noche de ayer, 12 de noviembre. El proceso, que discurre con la  mayor opacidad, tiene un interés que rebasa el puramente económico: saber si Telefónica resistirá las presiones de todo tipo, incluso políticas, que le han llegado para que compre un activo del que depende el futuro del grupo Prisa, víctima de una deuda superior a los 5.000 millones de euros.

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