Díaz Ferrán: "Deben presidir la CEOE empresarios mucho más importantes que yo"

“Tiene que haber empresarios mucho más importantes que yo en la presidencia de CEOE”, lanzó el presidente de la patronal al explicar las reformas que quiere aprobar en el seno de la organización y que pasan por reducir a dos los mandatos presidenciales. Pero, de momento, fue él quien, con José María Fidalgo y Cándido Méndez mirándole fijamente, dejó claro que “un coste del despido alto es una penalización para crear puestos de trabajo”. También fue él quien, ante la sonrisa de compromiso de Sebastián, aseguró que el Gobierno ni le ha contestado a su propuesta de que el ICO avale o dé crédito a las empresas para financiar su tesorería y capital circulante. Sus planes para el ICO los expuso por primera vez el infausto día en que aludió a la necesidad de hacer un paréntesis en la economía de mercado. “Se me criticó por eso, pero no presido CEOE para buscar halagos o aplausos”, dijo Díaz Ferrán ayer dejando ver, sin duda, una espinita clavada.

Díaz Ferrán insistió: los 130.000 millones que el Ejecutivo ha puesto en manos de la banca no son suficientes. El procedimiento es lento y ese crédito no llegará a las empresas. ¿Es la cantidad incluida en el fondo suficiente? “Habrá que ampliarlo en 2009. Lo primero que hay que hacer el gastarlo. Y ponerlo en marcha con rapidez, a toda velocidad. Luego veremos”, concluyó. ¿Debe ser público qué entidades financieras acceden a ese rescate? Díaz Ferrán en estado puro, otra vez en la cuerda floja: sí, hay que saberlo, pero con precaución. Y es que la falta de transparencia crea desconfianza, claro. Aunque es verdad que también podría generar desconfianza saber quién pide árnica. No debería, pero podría generarla. Pues eso, un galimatías calculado.

Eso pasaba dentro. Fuera, a las puertas del Intercontinental, un hotel de cinco estrellas en plena Castellana, se manifestaban unos 25 clientes de Banif –que copatrocinaba el acto- y otras entidades financieras atrapadas en la parte más americana de la crisis. “¿Han dicho algo de lo nuestro?”, preguntaban. Ante las caras de nada de los asistentes que salían al frío madrileño, se quejaban: “Mira que pensé en pasar la noche en el hotel para poder colarme en el acto”. Cuando los más rezagados abandonan el foro tras los saludos y las relaciones públicas de rigor, los bonistas desmontaron su chiringuito y, resignada y educadamente, dejaron el exiguo espacio que conduce al vestíbulo de hotel a una colecta de la Cruz Roja que esperaba su turno. Ya lo decía Randy Newman. Al final, It’s Money That Matters.