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Suertes dispares: a Jove le incomoda que le pregunten por Fernando Martín
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Suertes dispares: a Jove le incomoda que le pregunten por Fernando Martín

No concedía una rueda de prensa desde que pisó el suelo de la Bolsa de Madrid para estrenar su condición de cotizado. Ni siquiera lo hizo

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Suertes dispares: a Jove le incomoda que le pregunten por Fernando Martín

No concedía una rueda de prensa desde que pisó el suelo de la Bolsa de Madrid para estrenar su condición de cotizado. Ni siquiera lo hizo años más tarde cuando vendió Fadesa. Sólo ahora, cinco años después de su primera vez, el ex presidente y fundador de la inmobiliaria gallega ha vuelto al ruedo de los medios para presentar en sociedad a su nueva criatura. Porque el señor Jove, como le llaman en su tierra, ha decidido no estar quieto, ni siquiera después de salvarse de la quema del ladrillo y poder disfrutar de las comodidades que ofrece contar con 4.000 millones de euros en la cuenta corriente.

Presidiendo una mesa ampliamente representada, Jove puso ayer cara al proyecto que abandera, el holding industrial y financiero Inveravante. Sin embargo, dada la actual coyuntura y el especial morbo periodístico, el gallego no pudo evitar que le preguntaran por la actual situación del sector inmobiliario, más en concreto sobre Fadesa y muy en particular sobre Fernando Martín. Fue entonces cuando torció diplomáticamente el gesto y de manera muy educada se dirigió a la platea de asistentes para pedir perdón por su silencio, ya que “no puede hablar de lo que no es suyo”.

Del ladrillo, cuyas consecuencias –las de la burbuja- hemos sufrido casi todos, se atrevió a tirar de memoria para recordar que este es un negocio cíclico, que ya ha vivido situaciones similares en otros momentos y que, por lo tanto, terminará saliendo adelante. No obstante, reconoció que resulta difícil saber el tiempo que va a durar la actual coyuntura negativa. En todo caso, “hay que saber afrontarla” y mirar, por ejemplo, a otros mercados “como los países emergentes” para poder diversificar. “Y los españoles –inmobiliarios- lo están haciendo”.

Hasta aquí sus palabras sobre Fadesa, la inmobiliaria que fundó, sacó al parqué y más tarde vendió -en septiembre de 2006- por la friolera de 4.000 millones al también promotor Fernando Martín. La suerte sonrió al empresario gallego, que encabezó una oleada de ventas cruzadas en el negocio del ladrillo entre unos que se salían y otros que entraban de lleno para ser más grandes. El tiempo –de momento- ha querido darle la razón, aunque con la misma gloría puede volver a quitársela si su nueva apuesta resulta fallida.

De momento, Jove se ha rodeado de un equipo de profesionales -hasta 60 personas, con delegaciones en La Coruña, Madrid, Marruecos y Venezuela- para constituir el embrión de lo que puede llegar a ser un holding en toda regla, con participaciones empresariales y financieras que, con el tiempo, si el viento acompaña y sus movimientos resultan certeros, podría abrirse a socios financieros o al capital de los mercados. Salvando las distancias, como ayer comentaba algún asistente a la presentación, un remedo de lo que puede ser Corporación Alba pero con varias patas.

Para llevar a cabo sus planes, el empresario gallego cuenta con tres áreas básicas de poder, que se distribuyen entre Antonio de la Morena (ex Fadesa) para la dirección del grupo empresarial (energía, alimentación, inmobiliario); con Alberto Rodríguez (ex Urquijo), para el área de inversiones financieras (bolsa y capital riesgo); y con Jaime Lacalle (ex Urquijo), como responsable financiero del grupo. A estas patas se suman otras dos para completar el holding, la de patrimonio y activos en renta (hoteles) y la obra social (Fundación), que estarán bajo gestión de sus dos hijos, Miguel Angel y Felipa Jove, respectivamente.

4.000 millones de inversión

Para todas estas actividades, Manuel Jove tiene previsto invertir unos 4.000 millones hasta 2011, a los que espera sacar un retorno neto del 15%. Esta cifra se elevaría hasta los 7.000 millones si se incluye el desembolso de 3.400 millones –apalancado y con coberturas- materializado para adquirir el 5% que tiene en el capital de BBVA. Y de momento, no parece que el resto de sus apuestas vayan a ir a por piezas tan grandes, ni siquiera en el mismo banco, donde a pesar de ser el primer accionista no está sentado en el consejo de administración “porque nunca se lo han pedido”.

Fuera ya de Fenosa, donde intentó sin éxito formar parte de un consorcio gallego para su control, y tras haber rechazado entrar en Iberdrola o a tomar parte en Endesa, Manolo Jove prefiere hacer cosas más pequeñas. De momento, “hoy la mejor inversión es la que no se hace”, bromeó el empresario gallego, haciendo referencia a los tiempos de turbulencia que sacuden el mercado. “Hay ofertas para invertir, pero no pensamos en el tiempo como una oportunidad. Con nuestra apuesta intentamos hacer empresa”. Y así será hasta que en 2011 toque mirar cómo ha crecido la criatura. Igual entonces, con las bolsas recuperadas, es tiempo de vender.

No concedía una rueda de prensa desde que pisó el suelo de la Bolsa de Madrid para estrenar su condición de cotizado. Ni siquiera lo hizo años más tarde cuando vendió Fadesa. Sólo ahora, cinco años después de su primera vez, el ex presidente y fundador de la inmobiliaria gallega ha vuelto al ruedo de los medios para presentar en sociedad a su nueva criatura. Porque el señor Jove, como le llaman en su tierra, ha decidido no estar quieto, ni siquiera después de salvarse de la quema del ladrillo y poder disfrutar de las comodidades que ofrece contar con 4.000 millones de euros en la cuenta corriente.

Manuel Jove Fernando Martín