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Solbes tendrá que ‘tirar’ de deuda pública para mantener las inversiones y el gasto público
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Solbes tendrá que ‘tirar’ de deuda pública para mantener las inversiones y el gasto público

La deuda pública, un viejo instrumento de la política fiscal, volverá a cumplir un papel fundamental en la estrategia presupuestaria del Gobierno. El vicepresidente Pedro Solbes

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Solbes tendrá que ‘tirar’ de deuda pública para mantener las inversiones y el gasto público

La deuda pública, un viejo instrumento de la política fiscal, volverá a cumplir un papel fundamental en la estrategia presupuestaria del Gobierno. El vicepresidente Pedro Solbes volverá a tirar del endeudamiento del Estado en 2009 para no dejar caer ni la inversión pública ni el gasto social como consecuencia del fuerte deterioro de la actividad económica, y que se ha traducido ya en una fuerte ralentización de los ingresos del Estado.

Solbes ha repetido en numerosas ocasiones que el Gobierno está dispuesto a dejar funcionar libremente los llamados estabilizadores automáticos, el gasto público asociado al cambio de ciclo económico, lo que significa que no se plantea por el momento aprobar ningún decretazo para hacer frente a los incrementos de gasto. Su margen presupuestario es escaso, como él mismo ha reconocido, por lo que el único instrumento con que cuenta para hacer políticas anticíclicas es tirar del endeudamiento público, donde el margen es elevado.

No en vano, España ha reducido en los últimos años el volumen de deuda respecto al PIB de forma notable, hasta el punto de que si entre 1996 y 2007 el endeudamiento bruto representó una media del 53,2% del Producto Interior Bruto, en 2008 se situará al final del ejercicio en el entorno del 35% del PIB, lo que convierte a España en una de las naciones desarrolladas menos endeudadas en términos presupuestarios –otra cosa es la cuantía del déficit exterior-.

La reducción del endeudamiento público ha sido posible gracias a la caída de los tipos de interés registrada desde la incorporación de España al euro y al saneamiento de las cuentas públicas, que ha permitido reducir de forma importante la carga financiera del Estado. Durante estos últimos años el margen ha sido tan grande que, incluso, buena parte de las inversiones públicas han sido financiadas con la emisión de activos financieros, lo que ha permitido al Gobierno presentar año tras año unos datos de saldo presupuestario más positivo que los que se hubieran producido en caso de que esas inversiones se hubieran financiado con operaciones no financieras.

Números rojos

En un contexto económico notablemente más debilitado, la única herramienta con que cuenta Solbes para impedir que el PIB se deteriore más rápidamente es tirar de emisiones públicas con las que financiar el aumento del gasto y sortear la caída de los ingresos. Eso explica que algunos servicios de estudios hayan previsto ya que en 2009 volverá a crecer la deuda pública respecto del PIB, algo que no ocurría prácticamente desde la introducción del euro. Funcas, el servicio de estudios de las cajas de ahorros, ha previsto, por ejemplo, que la deuda pública represente el 36,4% del PIB en 2008, lo que supone 1,4 puntos porcentuales más que el 35% que se alcanzará, previsiblemente, este año. Dicho en otros términos, teniendo en cuenta que cada punto del PIB equivale a unos 10.000 millones de euros, eso significa un endeudamiento adicional de unos 14.000 millones de euros que servirán para contrarrestar el cambio de ciclo y su efecto sobre las cuentas públicas sin que se dispara el déficit fiscal.

Aunque el Gobierno sostiene que el superávit presupuestario no está amenazado ni este año ni el siguiente, lo cierto es que la mayoría de los institutos de coyuntura duda de que el Estado pueda esquivar los números rojos el año próximo, lo que obligará al Tesoro Público a aumentar sus emisiones. Con datos hasta marzo de este año, la deuda pública del Estado asciende a 303.618 millones de euros, con una vida media de 6,95 años. El tipo de interés medio se sitúa en el 4,44%, menos de la mitad que el existente en la recesión de 1992 y 1993, lo que desde luego es un factor a tener en cuenta para analizar la intensidad del ajuste del gasto público y comparar aquel periodo con el actual.

En la actualización del Programa de Estabilidad 2008-10, presentado hace apenas cinco meses, el Gobierno ha previsto que la deuda pública mantuviera una senda descendente, hasta el 32% el año próximo y el 30% el siguiente, pero en un contexto presupuestario y macroeconómico claramente mejor, y que ahora deberá ser revisado.

La deuda pública, un viejo instrumento de la política fiscal, volverá a cumplir un papel fundamental en la estrategia presupuestaria del Gobierno. El vicepresidente Pedro Solbes volverá a tirar del endeudamiento del Estado en 2009 para no dejar caer ni la inversión pública ni el gasto social como consecuencia del fuerte deterioro de la actividad económica, y que se ha traducido ya en una fuerte ralentización de los ingresos del Estado.

Pedro Solbes Gasto público