La Caixa se 'carga' a los clientes de menos de 500.000 euros de Morgan Stanley

La Caixa ya ha empezado a mostrar a las claras sus intenciones con la adquisición de Morgan Stanley: conseguir un equipo de especialistas en banca privada con el que crear una unidad específica para atender a los altos patrimonios que actualmente están en la caja. Sus dos primeros pasos en este sentido son elocuentes: ha rebautizado a Morgan Stanley como Caixa Banca Privada, y está deshaciéndose de los clientes con patrimonios más bajos.

Respecto al nombre, ya está rotulado en la tienda de bolsa que Morgan Stanley tiene en su edificio de la calle Serrano de Madrid. Aunque corrieron rumores de que la unidad podía volver a su antiguo nombre de AB Asesores y la entidad catalana se planteó un nombre nuevo (como hizo al bautizar Criteria al antiguo Caixaholding), al final ha optado por un nombre clásico que deje claro qué es esta unidad de negocio.

Más miga tiene el asunto de los bajos patrimonios. Según fuentes de toda solvencia, los clientes con unos activos financieros inferiores a 500.000 euros están recibiendo una carta de La Caixa en la que se les indica muy amablemente las sucursales de la entidad catalana más cercanas a sus domicilios, "donde serán atendidos a partir de ahora". Es decir, que está sacando de Morgan Stanley a esos clientes 'poco rentables' -que suponían el grueso de los que tenía AB- para transferirlos a la red, en un viaje opuesto al que pretende emprender con los altos patrimonios 'de verdad'.

El problema es que muchos de esos clientes 'pequeños' se están sintiendo ofendidos por este rechazo, según las fuentes consultadas. Primero, porque consideran que un patrimonio de 80 millones de pesetas no es precisamente bajo. Y segundo y más importante, porque estaban acostumbrados a ser atendidos por un profesional de banca privada de un gigante de Wall Street, por lo que no están en absoluto dispuestos a ponerse en manos del director de la oficina de La Caixa de la esquina.

Una pérdida asumible

Pero a Juan María Nin , director general de la caja, no le importa demasiado esta fuga porque sus metas son mucho más altas, según fuentes de su entorno. Estas fuentes aseguran que los altos patrimonios identificados en la red -la mayor de todas las entidades españolas- y que actualmente no tienen un servicio especializado suponen un volumen infinitamente superior al que puede perder la entidad con la salida de los pequeños clientes históricos de Morgan Stanley. Ésas son las sinergias que han permitido a Nin pagar un precio tan elevado por esta unidad del banco norteamericano.

La Caixa anunció el lunes pasado la formalización del contrato de compra de esta división de banca privada. Aunque no declaraba el precio definitivo, las distintas fuentes consultadas aseguran que será ligeramente inferior a los 600 millones de euros de referencia por la depreciación de los activos a causa de la crisis bursátil del primer trimestre. En este comunicado también se incluía el nombramiento de uno de los co-consejeros delegados de Morgan, Juan Gandarias, como máximo responsable de esta unidad.

Por otro lado, Morgan Stanley ha fichado recientemente a Gustavo Trillo, hasta ahora número dos de JP Morgan banca privada en España, para la parte del negocio que no ha vendido a La Caixa: la venta de sus fondos internacionales a instituciones españolas. Esta responsabilidad estaba vacante desde la salida del anterior country manager, José Brañas, para fundar Sinergia Advisors.

Morgan también se han quedado en manos de la entidad norteamericana los clientes privados de mayor patrimonio en España, cuya gestión se llevaba desde Londres.