Es noticia
Buffett y Goldman Sachs, los nuevos oráculos del deporte
  1. Mercados
  2. Finanzas personales

Buffett y Goldman Sachs, los nuevos oráculos del deporte

No es ningún secreto que todo lo que toca Warrent Buffett acaba convirtiéndose en oro. No en vano es conocido como el oráculo de Omaha. Pero

Foto: Buffett y Goldman Sachs, los nuevos oráculos del deporte
Buffett y Goldman Sachs, los nuevos oráculos del deporte

No es ningún secreto que todo lo que toca Warrent Buffett acaba convirtiéndose en oro. No en vano es conocido como el oráculo de Omaha. Pero si a esto se le suma la presencia de dos altos directivos de Goldman Sachs y la de una súper estrella del baseball en Estados Unidos, la mezcla puede ser explosiva.

El último escándalo vivido al otro lado del charco ha puesto de manifiesto que, hasta en el mundo del deporte, los gurús financieros saben hacer negocio. Todo empezó cuando el tercera base de los Yankees de Nueva York, Alex Rodríguez, siguiendo los consejos de su agente, Scott Boras, decidió romper el contrato que tenía firmado hasta 2010 con su equipo, tras rechazar 72 millones de dólares, además de los 252 millones que le correspondían por convenio.

Una jugada para ponerse en valor que le pudo salir muy cara si no hubiera sido por la casi divina intervención de Buffet. Cuando se hizo pública su marcha de los Yankees, después de tres semanas de dura negociación con la familia Steinbrenner, propietaria del equipo, la prensa y los fans se echaron encima de Rodríguez, que se había declarado un jugador libre, disponible para fichar por cualquier otro equipo.

Pero el ambiente se iba caldeando cada vez más y a Rodríguez le embargaron los nervios ante la posibilidad de quedarse compuesto y sin novia. Fue entonces cuando decidió llamar al oráculo, amigo personal y gran admirador de los Yankees con el que entabló amistad años atrás. Si bien es verdad que Wall Street suele merodear entre aquellos asuntos relacionados con el deporte de primer nivel, en el que se mueven grandes sumas de dinero, lo cierto es que raramente los titanes de las finanzas se meten en negociaciones de contratos, ya que, por ley, la única voz autorizada para hablar en nombre de un deportista es su agente.

Según fuentes cercanas al tercera base, la contestación de Buffett fue contundente: “acércate a los Yankees sólo, sin Boras”, como publica The Wall Street Journal. Y dicho y hecho ¿quién ignoraría un consejo del oráculo de Omaha? Ahora Rodríguez tenía que enfrentarse a la situación en solitario e hizo lo mejor que podía hacer en un caso como este: tirar de agenda.

El jugador se puso en contacto con John Mallory, gestor de grandes patrimonios de Goldman Sachs que, a su vez, es la entidad encargada de gestionar la fortuna de la familia Steinbrenner. Mallory, al que conoció gracias a vínculos familiares en Miami, se había trasladado a Los Ángeles apenas un año antes, pero era la única percha que tenía Rodríguez para iniciar de nuevo los contactos con su ex equipo.

Tras la conversación con el jugador, Mallory telefoneó inmediatamente a Gerry Cardinale, la persona encargada de las inversiones en medios y telecomunicaciones de la unidad de Private Equity de Goldmam en NY. “No te lo vas a creer”, aseguró Mallory, según publica The Wall Street Journal citando fuentes cercanas al conflicto, y le explicó que Rodríguez quería “restablecer un diálogo” con los Steinbrenners.

Con esa información, Cardinale, amigo de la familia desde 2001, llamó seguidamente al presidente de los Yankees, Randy Levine, para contarle que Rodríguez se había arrepentido. “Es genuino” afirmó “si le escucharais”… y mientras tanto Mallory volaba a Miami para preparar con Rodríguez la estrategia a seguir.

No es ningún secreto que todo lo que toca Warrent Buffett acaba convirtiéndose en oro. No en vano es conocido como el oráculo de Omaha. Pero si a esto se le suma la presencia de dos altos directivos de Goldman Sachs y la de una súper estrella del baseball en Estados Unidos, la mezcla puede ser explosiva.

Warren Buffett Consejo Superior de Deportes (CSD)