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Bonos, oro, euro, emergentes... El mercado y Bernanke vuelven sobre sus propios pasos
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Por la debilidad del mercado laboral

Bonos, oro, euro, emergentes... El mercado y Bernanke vuelven sobre sus propios pasos

Cambio de planes. La Fed quería reducir los estímulos a final de año. Pero parece que tendrá que atrasar el reloj y los inversores también ajustan su calendario

Foto: Bernanke, en el centro, durante la presentación del nuevo billete de 100 dólares
Bernanke, en el centro, durante la presentación del nuevo billete de 100 dólares

Ni siquiera Ben Bernanke, la voz financiera más influyente del mundo, es todopoderoso. El 19 de junio, el presidente de la Reserva Federal (Fed) anunció que el banco central estadounidense podría empezar a reducir sus estímulos anticrisis más agresivos "a finales de 2013", para luego retirarlos por completo "a mediados de 2014". Normal. En la primera mitad del ejercicio, EEUU venía generando cerca de 200.000 empleos al mes y la reactivación parecía ganar fuerza. Cuatro meses después, la situación es distinta. Ayer se conoció que la primera economía del mundo apenas creó 148.000 puestos de trabajo en septiembre y que el promedio del último trimestre se limita a 143.000 empleos. Estas cifras, menos convincentes, confirman que el motor del mercado laboral no termina de arrancar.

A su vez, esa sensación conduce a otra:la Fed debe revisar su calendario.Con estos datos, se da por descartado que la institución estadounidense frene su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3) en la reunión de los próximos días 29 y 30 de octubre. Únicamente 3 de los 61 expertos consultados por la agencia financieraBloombergconsideran que la Fed podría aminorarlos en la cita de la próxima semana.Por tanto, seguirá dedicando 85.000 millones de dólares al mes a la compra de deuda pública e hipotecaria, tal como viene haciendo desde diciembre de 2012. En ese supuesto, Bernanke sólo tendrá una ocasión más, en la reunión de los días 17 y 18 de diciembre, para hacer realidad el calendario tentativo anticipado a mediados de junio.

Por ahora, el convencimiento de que la Reserva Federal mantendrá los estímulos tal como están más tiempo del previsto no preocupa a los mercados. Más bien al contrario."Acorto plazo, lo que pesa en el ánimo de los inversores es que la Fed probablemente no acentuará la inestabilidad con la reducción de las compras de deuda", confirma José Luis Martínez, estratega de Citi en España. Sin embargo, recuerda que detrás de esa complacenciatambién subyacen peligros."Al final, la liquidez no nos dejar ver el riesgo de fondo.Pero, ¿y si finalmente los datos económicos empeoran más de lo esperado? ¿El riesgo de desaceleración está contemplado?", se cuestiona.

El camino está marcado

La lenta recuperación de mercado laboral está retrasando por tanto el reloj de Bernanke y este retardo provoca, al mismo tiempo, que los inversores también recalibren sus puntos de mira. Si entre mayo y julio el miedo al tapering -el conceptoinglés que se usa para identificar la reducción del QE3- provocó ventas masivas en la deuda estadounidense, los mercados emergentes y el oro y compras de dólares, ahora los inversores vuelven sobre esos pasos conforme se sigue posponiendo el frenazo de los estímulos. Lo que está claro es que ambos momentos han mostrado, bien a las claras, el tipo de influencia que la futura retirada de los estímulos cuantitativos puede ejercer sobre los distintos activos financieros.

La evolución del cuerpo a cuerpo entre el euro y el dólar muestra estos bandazos al amparo de la voluntad de la Fed. Desde mediados de junio, el dólar se apreció casi un 5% contra el euro en apenas tres semanas. En ese periodo, el euro cayó desde los 1,34 hasta los 1,275 dólares. A partir de entonces, y en la medida en que el ritmo anticipadopor Bernanke ha sido puesto en entredicho por la insuficiente recuperación del mercado laboral, el euro ha ido apreciándose. Ayer, tras conocerse los datos de septiembre, se revalorizó un 0,8%, hasta los 1,378 dólares, el cambio más alto de la divisa europea contra la estadounidense desde noviembre de 2011.

Pero aún hay más.La rentabilidad de los bonos norteamericanos a 10 años, que tocó el 3% a comienzos de septiembre, descendió ayer hasta el 2,52%, el nivel más bajo desde julio; el oro, que a finales dejunio llegó a cotizar por debajo de los 1.200 dólares por primera vez desde 2010, se revalorizó este martes un 2%, hasta los 1.342 dólares; y entre los mercados emergentes, el retorno del dinero ha propiciado rebotes de doble dígito desde los mínimos anuales a los que cayeron en julio. Es el caso, por ejemplo, del Bovespa brasileño, que en los tres últimos meses ha recuperado un 25%, o del Sensex indio, que en este periodo ha sumado un 16%.

Ni siquiera Ben Bernanke, la voz financiera más influyente del mundo, es todopoderoso. El 19 de junio, el presidente de la Reserva Federal (Fed) anunció que el banco central estadounidense podría empezar a reducir sus estímulos anticrisis más agresivos "a finales de 2013", para luego retirarlos por completo "a mediados de 2014". Normal. En la primera mitad del ejercicio, EEUU venía generando cerca de 200.000 empleos al mes y la reactivación parecía ganar fuerza. Cuatro meses después, la situación es distinta. Ayer se conoció que la primera economía del mundo apenas creó 148.000 puestos de trabajo en septiembre y que el promedio del último trimestre se limita a 143.000 empleos. Estas cifras, menos convincentes, confirman que el motor del mercado laboral no termina de arrancar.

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