La comedia que nuestro cine no se atrevería a hacer

¿Se imaginan que algún atrevido guionista español se lanzara a ofrecer a alguna productora el guión de una comedia en la que se hiciera humor con los presuntos delitos cometidos por el expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán? Difícil, ¿verdad? Y si no que se lo digan a Borja Cobega, que lleva años intentando sacar adelante Fe de etarras, una comedia con ETA como trasfondo.

Pues bien, nuestros vecinos franceses, esos que defienden a capa y espada su cine, no sólo se han atrevido a burlarse de su patronal en la nueva comedia de David Charhon, Incompatibles, censurando sus tramas corruptas, sino que han retratado a sus empresarios como incondicionales de las apuestas ilegales, las drogas o el sexo desenfrenado.

Lástima que esto sea lo único positivo de la cinta. Incompatibles no es más que otra comedia policial al estilo de cintas como Bad boys, Vaya par de polis, Hora punta o Dos rubias de pelo en pecho, pero sin el ingenio o la potencia cómica de éstas.

Tan sólo el carisma de Omar Sy, el divertido cuidador de Intocable, consigue generar cierto interés. De hecho, incluso en España se ha aprovechado el tirón de la cinta de Olivier Nakache y Éric Toledano para traducir forzosamente el título de Al otro lado de la periferia como Incompatibles.

No obstante, la cinta de Charhon cumple su cometido de hacer pasar un buen rato al espectador durante hora y media. Y eso, teniendo en cuenta la obsesión de algunos directores por alargar el metraje de sus cintas, es de agradecer bastante.

Dato curioso: la banda sonora pertenece a Ludovic Bource, Oscar por The artist en 2012. ¿Se imaginan a Alberto Iglesias poniendo música a una película de Emilio Martínez Lázaro? Difícil, ¿verdad?