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Los que salimos al campo a limpiarlo de basura somos ya legión
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Una cuestión de civismo

Los que salimos al campo a limpiarlo de basura somos ya legión

Los 72.000 voluntarios del Proyecto Libera llevamos recogidas más de 300 toneladas de basuraleza: la basura abandonada en la naturaleza

Foto: Recogida de basura en el campo. (Libera)
Recogida de basura en el campo. (Libera)

Los voluntarios del Proyecto Libera amamos la naturaleza, por eso, tenemos el vicio de cuidar de ella. Quedamos tres o cuatro veces al año para acudir al monte, al río o a la playa y echar la mañana agachándonos aquí y allá: recogiendo colillas, toallitas, bastoncillos, latas, bolsas, cañitas, botellines, envoltorios de todo tipo… ¡Ah! y mascarillas: ahora también muchas mascarillas.

Aunque nosotros no denunciamos, no señalamos ni acusamos a nadie: solo recogemos toda esa basura, la clasificamos, la caracterizamos y, además de llevar cada cosa a su contenedor, hacemos ciencia ciudadana con ella para buscar respuestas. Respuestas a por qué han aparecido esos residuos ahí, cuál es su origen y qué tipo de comportamiento provoca que, a pesar de nuestro esfuerzo, los campos estén cada vez más llenos de escombros.

placeholder Voluntarios en una batida de limpieza. (Libera)
Voluntarios en una batida de limpieza. (Libera)

El movimiento Libera nació hace ahora cuatro años como resultado de una voluntad común, un mismo empeño compartido por SEO/Birdlife y Ecoembes: frenar el deterioro ambiental y paisajístico que provoca el abandono de basura en la naturaleza: la 'basuraleza'. Un término que ha pasado a ser aceptado por los medios de comunicación tras recibir el reconocimiento de la Fundeu y mientras aguarda su incorporación al diccionario de la RAE.

A pesar de la pandemia

En 2020, a pesar de las restricciones de acceso al medio natural y los inconvenientes debidos a la pandemia, el Proyecto Libera ha logrado convocar a 12.500 participantes que, de manera voluntaria y altruista, han acudido a 611 espacios naturales repartidos por toda España para limpiarlos de basuraleza. Gracias a su esfuerzo, se recogieron 13,4 toneladas de residuos y se caracterizaron 100.000 objetos para obtener el conocimiento necesario sobre su origen y composición y la manera como afectan al entorno y la biodiversidad que acoge.

Asimismo, se ha logrado crear una gran red de colaboradores con 1.180 entidades científicas, educativas, divulgativas y de la Administración Pública, incluyendo 350 municipios, diputaciones y consejerías que participan de forma activa con el proyecto. Colaboración: esa es la clave del éxito. Una colaboración que ojalá se extendiera a todos los que acuden al campo a disfrutar de su afición y sin embargo se 'olvidan' de regresar con sus residuos, ya que la basura no vuelve sola.

Toda esa gente que sale al campo para liberarlo de basuraleza invita a la esperanza

Es imposible recoger todo lo que algunos dejan tirado ahí fuera. Por eso, evitar su abandono es un acto de responsabilidad que tiene que ver más con el civismo que con el ecologismo. Tirar una lata en mitad del campo, una toallita, una mascarilla o cualquier otro residuo es, antes que un agravio a la naturaleza, una falta de respeto al conjunto de la sociedad y hacia uno mismo.

Por todo ello, y aunque no va a faltar quien le ponga también pegas a esta iniciativa, permítanme que desde mis más de 40 años como naturalista de campo y militante de las principales organizaciones conservacionistas, afirme aquí que el Proyecto Libera, liderado por SEO/Birdlife en colaboración con Ecoembes, se ha convertido en el mayor movimiento ciudadano a favor de la naturaleza y en un ejemplo de colaboración que merece ser destacado y reconocido por todos.

Los voluntarios del Proyecto Libera amamos la naturaleza, por eso, tenemos el vicio de cuidar de ella. Quedamos tres o cuatro veces al año para acudir al monte, al río o a la playa y echar la mañana agachándonos aquí y allá: recogiendo colillas, toallitas, bastoncillos, latas, bolsas, cañitas, botellines, envoltorios de todo tipo… ¡Ah! y mascarillas: ahora también muchas mascarillas.

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