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48.000 hospitalizaciones: el coste de la contaminación de los incendios forestales en Brasil
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las partículas viajan miles de kilómetros

48.000 hospitalizaciones: el coste de la contaminación de los incendios forestales en Brasil

Estas catástrofes naturales liberan a la atmósfera microparticulas peligrosas para la salud. Un nuevo estudio ha conseguido relacionar el aumento de estas sustancias con el de ingresos hospitalarios

Foto: Incendio en el amazonas, en el área de Mato Grosso, en Brasil. Foto: Reuters
Incendio en el amazonas, en el área de Mato Grosso, en Brasil. Foto: Reuters

Cuando se quema un bosque, no solo se libera a la atmósfera una gran cantidad de CO₂ que estaba 'fijado', o se pone en riesgo el patrimonio, tanto natural como particular de los habitantes de la zona, sino que sus consecuencias pueden llevar a quienes tienen la poca suerte de respirar sus humos al hospital, incluso años después.

Esa es la conclusión a la que ha llegado un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista 'The Lancet' y elaborado por investigadores de la Monash University en Melbourne, en Australia. En su trabajo científico, los investigadores dedicaron sus esfuerzos, durante un periodo de 15 años, a detectar los niveles de materia particulada (PM por sus siglas en inglés) en el aire (en concreto de las PM2.5, que son aquellas que tienen un diámetro menor a las 2,5 micras) producidos por los incendios forestales de la Amazonia brasileña y correlacionarlos con el aumento o disminución de las hospitalizaciones debidas a enfermedades respiratorias o cardíacas.

"Estos datos revelan impactos significativos en bienestar de la población a causa de los incendios forestales"

Este titánico esfuerzo fue posible gracias al terrible aumento de superficie forestal quemada en el país sudamericano desde principios de la década de 1990. Este año, por ejemplo, los investigadores explican que se han detectado un total de 260 grandes incendios en el Amazonas, que han arrasado con más de 105.000 hectáreas, una extensión igual al tamaño de la ciudad de Los Ángeles en EEUU.

El área del Amazonas que depende de Brasil es uno de los territorios del planeta en los que está teniendo lugar uno de los mayores ecocidios a nivel global. La deforestación (tanto legal como ilegal) elimina miles de hectáreas cada año y, a pesar de la prohibición por parte del gobierno brasileño el 27 de junio de los incendios al aire libre no autorizados, estos siguen sucediéndose.

placeholder Contaminación atmosférica debida al incendio forestal en las proximidades de San Clodio, en la provincia de Ourense. Foto: EFE
Contaminación atmosférica debida al incendio forestal en las proximidades de San Clodio, en la provincia de Ourense. Foto: EFE

El estudio en cuestión descubrió que entre enero del año 2000 y diciembre del año 2015, tuvo lugar un aumento de 10 microgramos por metro cúbico de aire de las PM2.5 (relacionadas con los incendios forestales). A su vez, este aumento se vinculó directamente con un aumento de las hospitalizaciones del 0,53%. En términos globales, esto corresponde a 35 casos por cada 100.000 habitantes o, (teniendo en cuenta la enorme población de Brasil expuesta), 48.000 brasileños hospitalizados al año por la contaminación atmosférica procedente de los incendios forestales en el Amazonas. Las regiones más afectadas fueron las del norte, sur y las del centro-oeste, mientras que la menos afectada fue la del noreste del país.

Los grupos de población más afectados por las micropartículas procedentes de los incendios forestales fueron los niños menores de 4 años, los niños de entre 5 y 9 años y los ancianos de más de 80 años de edad. Los síntomas más comunes de la exposición a PM2.5 son el asma, los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares y la disminución de la función pulmonar.

La repercusión de estos incendios es más que severa, como explica Yuming guo, el autor principal del estudio: "Estos datos revelan impactos significativos en la salud a causa de los incendios forestales. Los incendios de 2019 en Brasil captaron la atención mundial, pero fueron seguidos de un período de incendios igualmente intenso el año pasado".

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Según los datos proporcionados por el estudio, los incendios forestales en el Amazonas brasileño han aumentado desde la década de 1990, principalmente debido a la deforestación y degradación de los bosques por culpa de determinadas actividades humanas como la minería o la agricultura. Eso, sumado a que la duración de la estación seca (que tradicionalmente tenía lugar entre agosto y noviembre) se está alargando, está propiciando mayores incendios forestales.

Y lo peor de todo, explican los investigadores, es que "los efectos de las PM2.5 no se limitan a la población cercana a los bosques quemados, sino que esas partículas son capaces de elevarse hasta 2,500 metros y viajar largas distancias, amenazando la salud de personas que, en principio, parece imposible que se vieran afectadas".

Cuando se quema un bosque, no solo se libera a la atmósfera una gran cantidad de CO₂ que estaba 'fijado', o se pone en riesgo el patrimonio, tanto natural como particular de los habitantes de la zona, sino que sus consecuencias pueden llevar a quienes tienen la poca suerte de respirar sus humos al hospital, incluso años después.

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