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Nos preocupa la calidad del aire y del agua, pero ¿y el suelo?
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Un deterioro creciente

Nos preocupa la calidad del aire y del agua, pero ¿y el suelo?

La pérdida de fertilidad y el avance de la desertización están abocando a la agricultura a una situación de colapso. Urge una solución basada en el respeto a la naturaleza.

Foto: Foto: Unsplash/@gozhanet
Foto: Unsplash/@gozhanet

Observamos cómo nuestros mares se llenan cada vez más y más de basura, cómo los gases y las micropartículas contaminan el aire, sobre todo en las grandes ciudades, pero ¿qué les pasa a nuestros suelos?, ¿acaso no es importante la pérdida de fertilidad de la tierra? La inmensa mayoría de los cultivos corresponden a cereales. El trigo, el arroz y el maíz son los que ocupan mayor extensión. El problema es que ese espacio agrícola que hace poco más de 3 siglos alimentaba a cerca de 1.000 millones de personas, ahora debe alimentar a más de 7.500 millones.

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Foto: EFE

Una gesta que se ha logrado gracias a los avances en tecnología agrícola, que han permitido aumentar el volumen de las cosechas y realizarlas de forma más rápida y eficiente. Pero todo ello a un elevado coste medioambiental. El problema es que nuestros suelos agrícolas están agotados y se ven ahora amenazados por los efectos negativos de la crisis climática. Es así como problemas tan importantes como el avance de la desertización y el aumento de la salinidad se están agravando, lo que supone una doble amenaza: para el mantenimiento de la biodiversidad y para nuestro propio abastecimiento de alimentos.

"Naciones Unidas avisa: si continuamos agotando los suelos a este ritmo, pronto no dispondremos de más de 60 tipos de cosecha diferentes"

Ahora, un grupo de investigadores de la Microbiology Society, ha publicado un estudio en el que se analiza cómo, con la ayuda de determinados microorganismos, se podría mejorar la calidad de nuestros suelos mejorando su fertilidad, eliminando contaminantes o convirtiendo las tierras actualmente baldías en terrenos de nuevo aptos para el cultivo.

Según explican los autores de este estudio, el Reino Unido podría sufrir en un periodo de entre 30 y 40 años "una pérdida severa e irreversible de la fertilidad de sus suelos". De hecho, como explica el investigador Geertje van Keulen, de la Universidad de Swansea, "si continuamos con el actual ritmo de sobreexplotación agrícola en el futuro cercano no habrá más de 60 tipos diferentes de cosechas":

Foto: Una bolsa de plástico, en la fosa de Calipso, el punto más profundo del Mediterráneo. (Caladan Oceanic)

De hecho, el problema es tan serio que la UE ha incluido la salud del suelo entre sus prioridades de acción medioambiental para los próximos años. Y como explica este investigador, para hacer frente al problema va a ser necesaria la colaboración de los agricultores. "La gestión sostenible del suelo debería estar más incentivada", declara en el informe.

A día de hoy los agricultores se encuentran ante el difícil dilema de tener que atender la demanda de alimentos de una población creciente, a precios más bajos y con suelos cada vez menos productivos. Una ecuación imposible de resolver que está llevando a muchos productores a un abuso en la utilización de agroquímicos.

Para que los suelos mantengan una buena calidad de cultivo en equilibrio con el entorno va a ser necesario adoptar unas prácticas agrícolas más sostenibles, buscando el difícil equilibrio entre la eficiencia, la rentabilidad y el respeto al medio ambiente. Un reto urgente que va a exigir la colaboración de todos.

Observamos cómo nuestros mares se llenan cada vez más y más de basura, cómo los gases y las micropartículas contaminan el aire, sobre todo en las grandes ciudades, pero ¿qué les pasa a nuestros suelos?, ¿acaso no es importante la pérdida de fertilidad de la tierra? La inmensa mayoría de los cultivos corresponden a cereales. El trigo, el arroz y el maíz son los que ocupan mayor extensión. El problema es que ese espacio agrícola que hace poco más de 3 siglos alimentaba a cerca de 1.000 millones de personas, ahora debe alimentar a más de 7.500 millones.

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