Las zonas de bajas emisiones (ZBE), a la espera de un marco común para todos los municipios

Aunque ya son una realidad en las dos grandes ciudades españolas de Madrid y Barcelona, las zonas de bajas emisiones (ZBE) se irán ampliando hasta un total de 149 municipios españoles de más de 50.000 habitantes (y territorios insulares) a partir de 2023, según establece la actual Ley de Cambio Climático. La nueva legislación también afecta a otros 410 municipios con una población de más de 20.000 residentes, que estarán obligados a desarrollar sus propios protocolos contra la contaminación atmosférica durante los periodos en los que se superen los límites de emisiones de algunos gases contaminantes (NOx o PM10 y PM2,5, entre otros).

Para analizar el impacto de estas políticas públicas y la importancia del transporte público y las nuevas formas de movilidad compartida, El Confidencial y el Grupo Español para el Crecimiento Verde organizaron el debate ‘La descarbonización de la movilidad urbana’. En la conferencia participaron Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático; Joaquín López Vallés, director del Departamento de Promoción de la Competencia en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); Lola Ortiz, directora general de Planificación e Infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid; Luis Martí, director de Regulación de Acciona y secretario general del Grupo Español para el Crecimiento Verde, y Carlos Bravo, consultor en la organización Transport & Environment.

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La movilidad supone más del 30% de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) lanzadas a la atmósfera. Un porcentaje que aumenta al 35% en los entornos urbanos y alcanza el 70% en los trayectos cortos. A esto hay que sumar el impacto económico y la pérdida de productividad en los atascos, la contaminación acústica, además de la siniestralidad y las víctimas provocadas por los accidentes de tráfico.

“Las zonas de bajas emisiones (ZBE) son una de las medidas más eficaces para reducir simultáneamente las emisiones de GEI y de otros gases contaminantes. Aunque existe esta obligación legal que afecta a los municipios de más de 50.000 habitantes y territorios insulares, no hay una normativa que establezca unos criterios obligatorios para armonizar las ZBE entre todos los municipios”, señaló Carlos Bravo sobre los problemas que plantea la implementación de esta Ley sin un Real Decreto que fije un marco común y unos criterios mínimos obligatorios para todos los municipios.

El director de Regulación de Acciona y secretario general del Grupo Español para el Crecimiento Verde coincidió con Bravo sobre la necesidad de que las ZBE cuenten con un “contenido mínimo para que no se queden en un ejercicio puramente cosmético”. Luis Martí subrayó el “cambio cuantitativo” que introduce las ZBE en las políticas públicas para frenar el calentamiento global, las cuales empezarán a afectar cada vez más a la mayoría de los ciudadanos. “Hasta ahora, las medidas para mitigar el cambio climático afectaban al mundo industrial y al sector energético. Los ciudadanos estaban más al margen. Con la implantación generalizada de ZBE, eso empieza a cambiar y es el principio de un periodo en el que pasará cada vez más”.

Entre algunas de estas medidas con un alcance más amplio y profundo en la sociedad destaca el plan Fit for 55 de la Unión Europea, que plantea incluir en el ETS EU (sistema de compensación de emisiones) a más sectores de la economía. También asigna objetivos concretos para edificios, combustibles, residuos y pequeñas industrias, entre otros, para reducir en conjunto un 55% las emisiones entre 1990 y 2030.

“Las modificaciones en la movilidad urbana son un reto científico, técnico y político, pero también social para cambiar hábitos y comportamientos”, destacó Valvanera Ulargui. En este sentido, “los ZBE se han entendido como una buena herramienta para mejorar la calidad del aire, la salud, y reducir las emisiones de GEI. En las muestras demoscópicas del año pasado vemos como el 88,3% de los ciudadanos apoyan esta medida, y el 83,5% está a favor de las restricciones a los coches más contaminantes. Hay una llamada clara y una necesidad de actuar para conseguir espacios más habitables en nuestras ciudades”, añadió la directora de la Oficina Española de Cambio Climático.

"Hay una llamada clara y una necesidad de actuar para conseguir espacios más habitables en nuestras ciudades” (Ulargui)

Lola Ortiz, por su parte, explicó las diferentes iniciativas adoptadas en la ciudad de Madrid para reducir las emisiones de gases contaminantes. “La nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible aprobada en septiembre de 2021 incluye tres ZBE: Madrid, que será la ciudad europea con la ZBE más grande en 2025; Madrid centro que se equipara al plan Madrid Central, y la zona de Plaza Elíptica, donde se concentran los mayores problemas de calidad del aire de la ciudad”. Además, la directora general de Planificación e Infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid destacó la peatonalización de algunos distritos; la sustitución de todos los autobuses de la flota de transporte público propulsados por diésel por eléctricos y gas natural; el nuevo carril bus-VAO en la A-2 y los planes para introducirlo en la A-42 y la A-3; y que todas las vías con dos carriles tengan limitación a 30 km/h en su derecha para mejorar la convivencia con las bicicletas y ciclomotores.

“Es importante comprender que la competencia puede ser una palanca para avanzar hacia los objetivos de sostenibilidad y descarbonización. En el ámbito de la movilidad, la competencia hace que ganen atractivo formas de transporte más accesibles, baratas, y cómodas, que reemplacen al vehículo privado”, dijo Joaquín López Vallés.

El único criterio que comparten las zonas de bajas emisiones (ZBE) de toda España es el sistema de etiquetas aprobado por la Dirección General de Tráfico (DGT). Los coches de gasolina matriculados antes de 2000 y diésel anteriores a 2006 carecen de ella. La etiqueta ‘B’ corresponde a los coches de gasolina de entre 2000 y 2006, y diésel desde 2006 hasta 2013. La ‘C’, de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014. ‘Eco’, para los vehículos híbridos —eléctrico y carburante—, y ‘Cero’, que incluyen los eléctricos o los híbridos con una autonomía de más de 40 kilómetros. Estas dos últimas etiquetas cuentan con exenciones y bonificaciones.

“Los transportistas que se trasladen de una ciudad a otra no van a conocer las diferentes normativas que rigen en cada municipio. Hace falta una mayor armonización sobre los vehículos que pueden acceder a las ZBE”, dijo Bravo. Para el representante de la organización Transport & Environment también sería conveniente una revisión del sistema de etiquetas, que fije los niveles máximos de CO₂ permitidos según el número de asignado y el tipo de vehículo. “La etiqueta Eco no debería incluir a los propulsados con gas natural, mientras que la etiqueta Cero es para vehículos que realmente sean cero emisiones y no una mezcolanza de ellos”, como los coches híbridos con autonomía de hasta 40 kilómetros en modo eléctrico, explicó.

Calidad del aire

Sobre la calidad del aire en las ciudades españolas, un problema que afecta a centros urbanos como Madrid, Granada, Murcia o Barcelona, Ulargui explicó que "la Ley de Cambio Climático también obliga a los municipios de más de 20.000 municipios a cumplir con requisitos mínimos para que no se superen los límites de emisiones de gases contaminantes recomendados por la OMS" y destacó “el conocimiento que tienen los ayuntamientos sobre la movilidad y los problemas que ocasiona en sus municipios”.

En septiembre de 2021, la OMS publicó unas nuevas recomendaciones mucho más restrictivas sobre los niveles de contaminación atmosférica de partículas NO2 y PM 2,5, cuya última edición era de 2005.

"Hay que empezar por la movilidad activa, seguir con el transporte público y evolucionar hacia la movilidad compartida" (Martí)

“Madrid cuenta con 24 estaciones para medir la calidad del aire y los resultados se publican diariamente. En 2020, por las restricciones derivadas de la pandemia, tuvimos lógicamente mejores indicadores, pero en 2021 la calidad también mejoró. Solo se ha incumplido en la zona de Plaza Elíptica, y es una de las razones para incluir este distrito en las ZBE”, agregó por su parte la directora del Ayuntamiento de Madrid, al tiempo que destacó algunas medidas introducidas para reducir el impacto de la ‘última milla’ en el sector del transporte, como la creación de ‘hubs’ logísticos o centros de consolidación para hacerlo más sostenible y eficiente.

“Existen alternativas para una movilidad personal más sostenible. La pirámide de soluciones en el transporte tiene que empezar por la movilidad activa, continuar con el transporte público, y luego evolucionar hacia la movilidad compartida, como paso prioritario siempre al uso de vehículos privados”, resumió el directivo de Acciona.

Por último, López Vallés explicó cómo la sostenibilidad se ha convertido “en una herramienta de competitividad” para el sector privado, y destacó la importancia de los mecanismos de competencia para mejorar las prestaciones que ofrecen a los usuarios. “Dentro de los municipios que están regulando la movilidad compartida hay mejores y peores ejemplos. Lo importante es que la administración entienda que la competencia funciona como una palanca para mejorar el servicio”.