¿Por qué al primer premio de la Lotería de Navidad se le llama Gordo?
'El Enano' era la 'mascota' de un periódico sobre loterías y toros que tenía la virtud de saber hasta tres de los cinco números de la Lotería. Entonces ¿de dónde le viene lo de 'Gordo'?
Dicen que el ser humano tendría que vivir 100.000 años para garantizar que nos tocara el Gordo de la Lotería de Navidad. Pese a estas cifras tan pesimistas, cada 22 de diciembre estamos pendientes de la radio o la televisión para escuchar a las niñas y los niños de San Ildefonso cantando los números de cada bombo, con la esperanza de que uno de los números que llevamos en alguno de los décimos que hemos comprado vaya acompañado de esas cuatro palabras: "¡Cuatro millones de euros!". Ese es el que todo el mundo espera, El Gordo. Pero, ¿por qué se le llama así?
Lo cierto es que es un premio gordo, pero no el que más: si a uno le toca el primer premio de la Lotería de Navidad en un solo décimo, se lleva 400.000 euros que, una vez que se le da su parte a Hacienda, se quedan en un pico algo menos considerable, eso sí, bastante suculento para aquello de "tapar agujeros". En España, por ejemplo, se han llegado a repartir premios más grandes, como un primer bote de Euromillones superior a los 100 millones de euros. Entonces... ¿por qué Gordo? En realidad debería ser 'enano', y no porque sea un premio pequeño, que tampoco lo es.
Todo apunta a que el Gordo vino antes que la Lotería de Navidad: la denominación 'sorteo de Navidad' no llegó hasta los premios de 1892, cuando se mencionó este concepto en el programa de premios realizado para el sorteo que se celebró el 23 de diciembre de ese año. Sin embargo, la Lotería ahora navideña se había celebrado desde 1811. No obstante, esta lotería también tiene otros antecedentes: en 1773, el ministro de Hacienda del rey Carlos III, el marqués de Esquilache, instituyó la Lotería Primitiva o Lotería de Números con el objetivo de incrementar los ingresos a las arcas reales, dada la situación en la que se encontraba inmerso el país: la Guerra de los Siete Años, tal y como explica el diario 'The Diplomat in Spain'. Nació entonces como una especie de impuesto indirecto encubierto, cuyo primer sorteo se celebró en Madrid el 10 de diciembre de 1763 año en la Sala del Consejo de Hacienda.
Aquella lotería no tuvo mucho éxito y fue objeto de numerosas reformas para darle un aspecto más benéfico e incrementar los porcentajes de los premios, algo que la hizo menos rentable para el Estado. Así que en 1811 nació lo que se parece más a la que ahora vemos cada 22 de diciembre: esta Lotería Moderna ganó muchos más adeptos, quedando patente en las cifras de ventas. Entre 1815 y 1817 la Lotería Moderna ya duplicaba los ingresos de la Lotería Primitiva de Esquilache, y en los dos años siguientes, la cifra creció de manera exponencial. Ambas convivieron hasta 1862, y la Primitiva no se volvió a establecer hasta 1985.
Pero ¿dónde está el Gordo?
En medio de toda esta historia no aparece ningún 'gordo' como para que se le llame así al primer premio. En realidad lo que aparece es un enano, un personaje creado a partir de bolas de lotería y que nació antes incluso que la Lotería: en el siglo XVIII se creó al 'Enano afortunado' o 'Fanático de la Lotería' como la 'mascota' del sorteo nacional. El dibujo, un grabado de finales de siglo, comenzó a circular por todo el país con una leyenda para fomentar la participación en este juego de azar: 'De alegría y de dinero, este Enano Afortunado, si lo estudias con esmero te enseñará alborozado de la fortuna el sendero'. Tanto éxito tuvo entonces que el 3 de marzo de 1981 nació 'El enano', una gaceta semanal que se presentaba como 'periódico picante, burlón y pendenciero' y que se autopromocionó como el periódico más barato de España: tenía un precio de seis cuartos (menos de un real, que equivalía a 25 céntimos de peseta).
En su primera edición, el Enano se presenta como un ser con "una varita de virtud" que le había regalado una señora "viuda en sétimas nupcias de un famoso mago de la India, bruja de profesión, y mujer, que según voz pública, tenía pacto con el diablo (sic)", y precisamente esa 'varita de virtud' le da la propiedad de "adivinar al que la posea, tres, cuando menos", de los cinco números de la lotería primitiva ocho días antes de la extracción de las bolas. "Abre el ojo, jugador, ábrelo si no eres tonto, y hazte muy pronto, muy pronto, al 'Enano' suscriptor. Considera, pecador, que el terno tiene en la mano, pues por su don sobrehumano, a no escurrirse de un brinco, por lo menos de los cinco, atrapa tres el enano".
Según algunos estudiosos, este 'Fanático por la Lotería' o 'Enano Afortunado' que dio lugar a un periódico gamberro sobre loterías y toros es el origen del nombre del primer premio de la Lotería de Navidad, aunque más que un 'gordo' era un enano hecho de bolas de Lotería.
Dicen que el ser humano tendría que vivir 100.000 años para garantizar que nos tocara el Gordo de la Lotería de Navidad. Pese a estas cifras tan pesimistas, cada 22 de diciembre estamos pendientes de la radio o la televisión para escuchar a las niñas y los niños de San Ildefonso cantando los números de cada bombo, con la esperanza de que uno de los números que llevamos en alguno de los décimos que hemos comprado vaya acompañado de esas cuatro palabras: "¡Cuatro millones de euros!". Ese es el que todo el mundo espera, El Gordo. Pero, ¿por qué se le llama así?