El obispo de Bilbao autoriza a la Sociedad Bilbaína a una alubiada con sacramentos en viernes de cuaresma

Ya es mala pata que a una entidad como la Sociedad Bilbaína, con la raigambre que dan sus 180 años de historia, conocida por su distinción y apego a la tradición, también culinaria, se le hayan pasado por alto las fechas de la Cuaresma. Desde la junta directiva dan gran importancia al tiempo litúrgico de preparación interior para la Semana Santa, al menos así se desprende del hecho de que hayan pedido al obispo de Bilbao una dispensa para poder servir este viernes una "alubiada con todos sus sacramentos". Quizás haya sido el temor a que entre los 1.200 socios convocados a la comida alguno mostrase reparos en saltarse el precepto vigente para ese viernes: el que durante la Cuaresma insta a los cristianos a guardar ayuno y abstenerse de carne.

Para evitar esa mala conciencia, y en vez de dar un quiebro al calendario y cambiar la fecha u optar por aligerar de colesterol el menú, el presidente de la Sociedad Bilbaína decidió dirigirse al obispo. A lo que Joseba Segura accedió con naturalidad y un punto de ingenuidad, elementos ambos que suelen acompañar a la figura de no pocos obispos en España. Y dejándoselo además por escrito, el que esta vez salió con inusitada rapidez del cerrado círculo de esta señera sociedad.

“A solicitud de D. Juan Goiria, al haberse programado una comida que incluye carnes para los socios de La Sociedad Bilbaína el viernes 3 de marzo y no poder cambiar la fecha, DISPENSO, a tenor del c. 87, del cumplimiento de dicha ley a quienes, en esa ocasión, no les sea posible observarla sin grave incomodo”, decía el obispo en su escrito, fechado el 28 de febrero, cuatro días después de cerrarse el plazo para apuntarse al ágape.

Acompañaba la dispensa el tradicional recordatorio para tales casos (cada vez más escasos, por otra parte), como las disposiciones emanadas de la propia Conferencia Episcopal. De ahí que el obispo añadiese en su escrito eximente que “no obstante, teniendo en cuenta la importancia de estas prácticas penitenciales [el ayuno], exhorto a quienes no puedan abstenerse de la carne, a sustituirlo por alguna de las otras prácticas recomendadas por la Conferencia Episcopal Española: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la Misa, rezo del Rosario, etc.) y mortificaciones corporales (CEE, DA 13, 2)”.

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Agencias

El escrito del obispo traspasó rápidamente las puertas del emblemático edificio de la sociedad, en el corazón de Bilbao, se supone que para disfrute de los comensales que se habían apuntado. Pero, tal vez el obispo hubiese apostado por otra resolución. Ecologista convencido y usuario de la bici para moverse por Bilbao, es probable que hubiera preferido enviarle a La Bilbaína, en vez de la dispensa solicitada, el estudio de la Universidad de Cambridge que ponderaba la importancia de la Iglesia católica a la hora de ayudar a reducir las emisiones de carbono recuperando los viernes sin carne.

Según el estudio del reputado centro académico (que gana en tradición a la sociedad bilbaína), 875.000 comidas cárnicas menos a la semana supondrían un ahorro de 55.000 toneladas de carbono a lo largo de un año. Es el equivalente a 82.000 viajes menos de ida y vuelta entre Londres y Nueva York en un año. Los obispos alemanes, siempre por delante en estas cuestiones, han mostrado hace unas semanas su disposición a revestir de compromiso con la Creación (en la línea de lo pedido por el papa Francisco en su encíclica ecológica Laudato Si’) el tradicional ayuno de carne, teniendo en cuenta la cada vez más en desuso práctica penitencial decretada por el papa Nicolás I en el siglo IX, cuando los católicos debían abstenerse de comer carne los viernes en recuerdo de la muerte y crucifixión de Cristo.

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Efe

Misionero durante doce años en Ecuador, Segura (65 años), con un posgrado en economía en los Estados Unidos, es un obispo que rompe moldes con respecto a la mayoría del Episcopado español. Creador de la banca ética Fiare, discreto mediador en los años de plomo de ETA, desde su nombramiento como obispo de Bilbao, en 2021, se ha significado en la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia. De hecho, además de ceder el Museo de Arte Sacro del Obispado a Shame, la exposición que desde el 16 de febrero acoge fotografías y testimonios de víctimas de abusos sexuales en la infancia y adolescencia en distintos ámbitos, desde los colegios religiosos hasta el deporte, tiene previsto realizar el 24 de marzo, en la catedral bilbaína, un inédito gesto de petición de perdón a las víctimas de la pederastia eclesial, un gesto que le ha costado la crítica de algunos obispos, menos tajantes con esos delitos.