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Nueve días a la intemperie en un descampado para ver a su ídolo: “Todos deberían hacerlo”
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¿CÓMO HAN EVOLUCIONADO LOS FANDOMS?

Nueve días a la intemperie en un descampado para ver a su ídolo: “Todos deberían hacerlo”

Harry Styles tocará en el mismo recinto del Mad Cool. Cientos de personas se acumulan para conseguir la primera fila. Analizamos lo que hay detrás de una comunidad de fans, ¿han cambiado mucho desde los 'groupies' de Los Beatles?

Foto: Macro-camping del fandom. (A.F.)
Macro-camping del fandom. (A.F.)

Jueves, 13 de julio. Madrid, 33 grados. A las afueras de la Colonia Marconi, en un descampado paralelo al polígono, más de 500 personas comen, beben y pasan las horas. La ola de calor no ha podido con ellos. Colchones hinchales, sombrillas, toallas, gorras y mucha, mucha agua. Lejos de tratarse de una emergente comunidad hippie de Madrid del sur, son en realidad el fandom de Harry Styles, un popular cantante exmiembro de la banda One Direction. El británico tocará este viernes en el recinto donde el pasado fin de semana se celebró el Mad Cool. Una oportunidad única para ver de cerca a un ídolo musical que viste con transparencias, boas de color y pendientes extravagantes. Georgina es la primerísima de la cola. Lleva nueve días durmiendo a la intemperie en un descampado.

Foto: Polémica en redes por la cola del concierto de Harry Styles en Barcelona. (EFE / EPA /KOEN VAN WEEL)

Lo de estar en la calle en plena ola de calor no parece la mejor de las opciones para estos días, por ello lleva tres neveras repletas de agua para paliar el efecto del sol. A su lado están sus compañeras de aventuras y desconocidas hasta hacía una semana, Carlota y Aleida. “Yo llegué sola”, relata la última, “y me adoptaron con ellas”. Matan el tiempo “marujeando” y haciendo pulseras de bolitas. Tienen que dejar todo listo antes del concierto de mañana: “Harry empezó a utilizar collares de perlas y la idea fue evolucionando. Además, el fandom de Taylor Switf se intercambia pulseras y eso se ha trasladado al nuestro también”, explica Carlota, estudiante de podología de 19 años. De hecho, una de sus amigas no está en la cola en este momento porque ha ido a encontrar conexión a internet para conseguir las entradas de Swift, que salían a la venta este jueves.

Acampar es la previa

Defienden la idea de acampar los días previos como una parte más del concierto. Una experiencia en conjunto. “Todo el mundo debería hacerlo. Si pudieran, lo harían. Es verdad que tiene algunas cosas negativas, como la gente que no recoge. Y también que entiendo que es un poco injusto. Hay quienes no pueden venir antes porque viven fuera o trabajan y al final, no tienen la oportunidad de estar tan cerca como nosotras”, continúa Aleida, educadora infantil de 23 años. Pero ella sabe de lo que habla: lleva siguiendo a Harry desde que hace 13 años diera el petardazo con One Direction. La otra gran reina de las acampadas fandom es precisamente Georgina: este verano irá a ver a Louis Tomlinson (otro de la banda juvenil) a Oslo, Viena, Atenas, Hamburgo, Londres y Barcelona.

placeholder Georgina, Carlota y Aleida, las primerísimas. (A.F.)
Georgina, Carlota y Aleida, las primerísimas. (A.F.)

Van preparadísimas. Styles ha conseguido reunirlas a todas aquí. Algunas aprovechan parta terminar su extravagante outfit para el concierto, acorde con la estética del cantante. El músico rompe con la imagen hegemónica masculina. Lleva falda, plumas y tatuajes. Un rollo David Bowie, salvando las distancias, de la década de los 2010 que irrumpió en la cultura pop y se convirtió en una estrella.

Hay quienes han traído hasta colchones hinchales con sábanas, sillas y unas sombrillas. Al tratarse de un suelo de tierra, podría parecer que están descansando en la playa de Torremolinos. No es el caso. “Hacemos turnos para dormir”, detalla una de ellas. Siempre debe haber alguien despierto para evitar que algún listo quiera colarse.

“No nos fiamos”, continúa Georgina. Por ello, han organizado una lista para agrupar y numerar a la gente según su orden de llegada. Geo es la número 1. Con un rotulador negro, apuntan uno a uno en la mano para que todos sepan quién va delante y detrás de ellos.

placeholder Dos amigas bajo una sombrilla. (A.F.)
Dos amigas bajo una sombrilla. (A.F.)

Pregunta: ¿Sois vosotras las que estáis poniendo los números?

Respuesta: Hasta el 250, sí. Si habéis llegado después, se encarga una chica más atrás.

Una de ellas consigue que Georgina le repase el número 353 con el rotulador porque se le había borrado. Un sistema organizativo independiente en mitad del polígono Marconi. Esa misma joven aprovecha para promocionar lo que ella misma llama "su mercado ilegal". Expone una lona con chapas realizadas por ella misma que vende entre los días previos al concierto: "Tres euros las grandes, dos las pequeñas".

placeholder Una joven sacando rentabilidad a la acampada. (A.F.)
Una joven sacando rentabilidad a la acampada. (A.F.)

Por haber, hay incluso familiares acompañando a sus críos en esta aventura. “Un padre estuvo una noche durmiendo en una silla porque su hija no podía venir”, señala Carlota. De hecho, Lidia, de 47 años, ha venido con su hija desde Málaga, pero a diferencia de ella, no dormirá en la calle. “Me he pillado un hotel”, asegura a este periódico. Su hija adolescente pasará la noche ultimando los detalles del evento de mañana. Pintauñas, tatuajes de agua y gestión de los nervios. “Tiene un templo de Harry en la habitación. El resto está hecho un desastre, pero esa zona, impoluta”, bromea su progenitora.

placeholder 'Soy la número 353'. (A.F.)
'Soy la número 353'. (A.F.)

Los nuevos modelos de fandom

Las comunidades de fans existieron y existirán. Y si bien Los Beatles marcaron un punto de inflexión en la historia del fandom, ha llovido mucho desde entonces. Ahora, las redes se posicionan como una herramienta potentísima capaz de traspasar fronteras. Esto fomenta la unidad, la comunicación y el flujo de información de los fanáticos. Henry Jenkins, uno de los precursores en el análisis de los fandom a finales de los 90, dota a los fans de cierta relevancia en ocasiones ignorada por el resto. Les posiciona como consumidores activos, creativos y capaces de crear comunidad. Esto, con las redes, se multiplica.

placeholder Otro grupo refugiándose como pueden del sol. (A.F.)
Otro grupo refugiándose como pueden del sol. (A.F.)

El catedrático en Sociología por la Universitat Ramon Llull, Jordi Busquet, y autor del artículo académico El fenómeno de los fans e ídolos mediáticos: evolución conceptual y génesis histórica habla con este diario. "Hoy en día se comparte tanta información que permite analizar el fenómeno de forma más natural. Históricamente, era mucho más complicado ver a los Beatles en España. Aquello marcó una época, pero hoy es más sencillo ver a tu ídolo en directo". Tampoco existía tanto contacto directo entre admiradores del mismo grupo o artista. "Esa barrera ahora se ha roto. Con las redes, se diluye la percepción de distancia entre los fans y el propio cantante", explica Busquet.

placeholder El viento levantando la arena del suelo. The place to be. (A.F.)
El viento levantando la arena del suelo. The place to be. (A.F.)

No obstante, el resto de mortales se siguen sorprendiendo con el fanatismo. “La gente nos miraba. Supongo que se preguntarían qué narices hacían unas crías solas durmiendo en un descampado”, relata Georgina. Otra mujer se acerca para preguntarles directamente. “¿Cuántos días lleváis aquí, chicas?”; “¡Nueve!”, exclama la joven. La mujer se lleva las manos a la cabeza y solo puede darles ánimos. “Ya queda poco”. La realidad es que el estigma social siempre relaciona a estos grupos de seguidores con connotaciones negativas, así lo detalla Busquet en el mismo artículo. “Mis padres me dejan, pero sí le ven [a Harry] como alguien que se viste y actúa así [de forma extravagante] para llamar la atención”, explica Carlota. A los progenitores de unas jóvenes de Badajoz no les hacía mucha gracia que se fueran un día antes a Madrid. “Es normal, nos decían que tuviéramos cuidado y eso”, apunta Sofía.

placeholder Dos amigas de Badajoz haciendo pulseras. (A.F.)
Dos amigas de Badajoz haciendo pulseras. (A.F.)

Para el experto, siempre se reproduce el estereotipo de "chicas adolescentes un tanto histéricas", pero el análisis real dista de esa idea. "De hecho, en el mundo del fútbol, tradicionalmente de hombres, no ha habido tanto señalamiento. En cambio, cuando es un fenómeno mayoritariamente femenino, aumenta el estigma", declara Busquet a este diario.

placeholder Una manta con la cara de Harry Styles. (A.F.)
Una manta con la cara de Harry Styles. (A.F.)

Todos aquí son fanáticos de Styles, el icono del momento. Cada época generar sus propios ídolos, las caras visibles de las nuevas tendencias de la cultura popular, en torno a las que se desarrollan comunidades de admiradores insaciables. Y son mucho más importantes de lo que parecen. “A mí me gusta porque siempre habla de que hay que ser amables”, matiza de nuevo Sofía, que ha venido desde Badajoz para ver al británico. El lema del cantante es Treat People With Kindness (trata a la gente con amabilidad). “La gente se piensa que nos queremos casar con Harry, pero no es así”, explica Aleida. “Hay personas que le sexualizan, pero nosotras no nos identificamos con eso”, continúa. La clave está, según su relato, en la admiración y el apoyo persé.

Jueves, 13 de julio. Madrid, 33 grados. A las afueras de la Colonia Marconi, en un descampado paralelo al polígono, más de 500 personas comen, beben y pasan las horas. La ola de calor no ha podido con ellos. Colchones hinchales, sombrillas, toallas, gorras y mucha, mucha agua. Lejos de tratarse de una emergente comunidad hippie de Madrid del sur, son en realidad el fandom de Harry Styles, un popular cantante exmiembro de la banda One Direction. El británico tocará este viernes en el recinto donde el pasado fin de semana se celebró el Mad Cool. Una oportunidad única para ver de cerca a un ídolo musical que viste con transparencias, boas de color y pendientes extravagantes. Georgina es la primerísima de la cola. Lleva nueve días durmiendo a la intemperie en un descampado.

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