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Menos contaminación y comercio estable: el balance de cinco años de Madrid Central
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EL COMERCIO CAYÓ Y SE RECUPERÓ

Menos contaminación y comercio estable: el balance de cinco años de Madrid Central

Un estudio demuestra que la medida tuvo un beneficio directo sobre la polución, pero complicó algo el negocio de los comerciantes, que con el tiempo han recuperado sus cifras

Foto: Un coche circula por el entorno de la calle del General Pardiñas, en Madrid.
Un coche circula por el entorno de la calle del General Pardiñas, en Madrid.

Madrid Central, el proyecto de la alcaldesa Carmena para hacer más vivible el centro de la ciudad, cumple ahora cinco años. Un grupo de investigadores multidisciplinares ha llevado a cabo un minucioso estudio sobre los primeros años de la medida para concluir que, salvo algún desajuste que se ha ido arreglando con el tiempo, se trata de un éxito municipal sin precedentes que no solo ha servido para rebajar los gases nocivos de la zona, sino que ha mostrado el camino a seguir para ciudades como París o Bruselas.

"Con la perspectiva del tiempo, podemos decir que Madrid Central fue un experimento extremo que ha tenido unos efectos drásticos con la contaminación", dice el alemán Felix Holub, principal autor del estudio e investigador de la universidad Goethe de Frankfurt. "Habíamos visto medidas parecidas en Londres y en ciertas zonas de Alemania, pero no eran iguales. En Londres cualquiera puede entrar con su coche al centro pagando una tasa, y en Alemania la restricción estaba más limitada a coches diésel y camionetas. Madrid fue la primera en prohibir el acceso a los coches, algo que generó una fuerte polémica, pero que ha sido muy efectivo".

En promedio, la contaminación atmosférica del centro cayó un 19% en el periodo estudiado, mientras que la polución procedente del tráfico registró una bajada del 16%. Son magnitudes que sorprenden a los investigadores, acostumbrados a variaciones mucho más extendidas en el tiempo: "Es un resultado sorpresivo, una caída mucho más acentuada de lo que hemos visto en otras zonas de Europa", explica Holub. "Aunque tampoco podemos negar que Madrid estaba en una situación complicada, incumpliendo por sistema los máximos de contaminación establecidos por Europa".

Los investigadores se las han visto para obtener una cifra fiable del descenso de la contaminación, ya que solo existe un medidor en todo Madrid Central. Además, se dan grandes diferencias entre las muestras de mediodía y las que se obtienen a medianoche, ya que el pico de tráfico está relacionado con los comercios y los espectáculos. "Hemos trabajado mucho el modelo estadísitico para librarnos de esta volatilidad", dice Ricard Gil, coautor de la Universidad de Queens, en Canadá.

No obstante, el momentum para su puesta en marcha fue clave para el éxito. "En Madrid se hizo en 2018, coincidiendo con la llegada de los vehículos eléctricos, híbridos, de cero emisiones... Madrid Central es una medida para mover a la población hacia ese tipo de transporte, no un cierre como los de otras ciudades, que simplemente te vetaban el acceso al centro", recuerda Gil.

La caída del comercio

Durante los primeros meses tras la puesta en marcha de Madrid Central ahora Madrid 360, los comerciantes denunciaron que sus ventas habían caído por las restricciones del tráfico. Es esta una situación tan habitual que muchos no le dieron importancia, como en el cuento de Pedro y el lobo. No obstante, esta vez tenían razón. Los investigadores han conseguido datos de transacciones con tarjeta de crédito de ciudadanos diferenciadas por el código postal donde viven y en qué otros códigos hacen compras.

Así, han podido identificar que en torno a un 21% de las ventas cayeron en los años inmediatos a la aprobación de Madrid Central. Es un gasto que procede casi íntegramente de madrileños que viven fuera de la zona restringida y que han cambiado las compras del centro por lugares más cercanos. "Imaginemos una familia de cuatro miembros que tiene por costumbre ir los domingos al cine en Gran Vía. Antes los montaba a todos en el coche y aparcaba por los alrededores del cine, porque los domingos no hay estacionamiento regulado. Esa familia ha dejado de ir allí y, en su lugar, realiza sus compras y acude a espectáculos más cerca de su casa, ya sea en comercio de proximidad o en centros comerciales del extrarradio", indica Ricard Gil.

La medida ha funcionado especialmente bien a la hora de desalentar el uso del coche para ir al centro, que era uno de los pilares del plan. "Vemos que los ciudadanos que tienen una buena conexión por transporte público han seguido yendo a Madrid Central con asiduidad, mientras que aquellos que necesitaban del coche para ir son los que han pegado un bajón más importante", explica Felix Holub.

"El negocio de los comerciantes se resintió en primera instancia, pero ya se ha recuperado"

No obstante, las asociaciones de comerciantes del centro han dejado de ver esto como un problema. Sostienen a este periódico que las cifras de ventas se han recuperado con el tiempo y que medidas como las pequeñas concesiones que realizó Martínez-Almeida al llegar a la alcaldía han servido para mejorar la situación. A diferencia del modelo de Carmena, Almeida permitió en diciembre de 2021 que cada comerciante pudiera introducir hasta tres vehículos a su nombre, sin importar su calificación ambiental. Este cambio, cuyo impacto se calcula en torno a 30.000 vehículos, ha servido para que las asociaciones de comerciantes recuperasen el negocio sin gran perjuicio para la calidad del aire.

"Aunque las cifras no hubieran vuelto a ser tan altas, el precio habría merecido la pena. Los vecinos de Madrid Central ha mejorado tanto la calidad de su aire que sería un coste privado muy pequeño en comparación con el beneficio común", dice Holub.

Por último, los investigadores quieren reconocerle el mérito a los madrileños. Habla Ricard Gil: "Desde que se anunció la medida hasta que entró en vigor, pasaron seis meses en los que a los infractores solo se les enviaba una carta a casa avisándoles de que en el futuro les multarían, pero lo curioso es que hemos detectado que los grados de incumplimiento son iguales a cuando la medida entró en vigor. Esto es, los ciudadanos se portaron igual cuando era un apercibimiento que cuando implicaba una multa económica. Tendemos a pensar que España es el país de la picaresca, pero lo que hemos visto en este estudio es que son ciudadanos muy cívicos a los que no les gusta recibir una carta llamándoles la atención".

Madrid Central, el proyecto de la alcaldesa Carmena para hacer más vivible el centro de la ciudad, cumple ahora cinco años. Un grupo de investigadores multidisciplinares ha llevado a cabo un minucioso estudio sobre los primeros años de la medida para concluir que, salvo algún desajuste que se ha ido arreglando con el tiempo, se trata de un éxito municipal sin precedentes que no solo ha servido para rebajar los gases nocivos de la zona, sino que ha mostrado el camino a seguir para ciudades como París o Bruselas.

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