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La casa de los horrores de Colmenar Viejo: todo lo que se sabe del médico que maltrataba a sus ocho niños y su mujer
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La localidad, conmocionada por el caso

La casa de los horrores de Colmenar Viejo: todo lo que se sabe del médico que maltrataba a sus ocho niños y su mujer

Un chalé unifamiliar en una apacible urbanización en la localidad serrana de Colmenar Viejo escondía una historia de maltrato y vejaciones de unos padres a sus ocho hijos menores de edad

Foto: Vista de la vivienda del número 48 de la calle Clara Campoamor en Colmenar Viejo, en el que la pareja de esta localidad madrileña fue detenida por el presunto maltrato de sus ocho hijos menores de edad. (EFE/Víctor Lerena)
Vista de la vivienda del número 48 de la calle Clara Campoamor en Colmenar Viejo, en el que la pareja de esta localidad madrileña fue detenida por el presunto maltrato de sus ocho hijos menores de edad. (EFE/Víctor Lerena)

Ocho niños "siempre solos", que faltaban continuamente al colegio, que pasaban "horas y horas" en el patio de la casa y que un día intentaron incluso incendiar la valla de la vivienda. Esa era la única cara visible de la tragedia y el horror que en el interior de un chalé de Colmenar Viejo vivían día a día ocho menores que ahora han sido ingresados en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid después de que el pasado 29 de marzo la Guardia Civil detuviera a sus padres, acusados de maltrato hacia sus hijos, que eran "castigados físicamente y estaban malnutridos".

Tras la detención de los progenitores —un médico de 45 años y una mujer de 44 a los que se les ha retirado cautelarmente la patria potestad—, ha empezado a salir a la luz la situación en la que se encontraban los ocho niños. Los vecinos han denunciado que los menores se quedaban encerrados "horas y horas" en el patio, hiciera el tiempo que hiciera, y eran frecuentes los ruidos y vida nocturna de la familia en la vivienda. Hace unos días, contaba Enrique, uno de los vecinos a EFE, los niños "cogieron unas cerillas y quemaron la valla y casi queman la casa". El mismo vecino aseguraba también que, "alguna vez, una niña intentó como tirarse por la ventana porque estaban todo el tiempo en una habitación y no podían salir".

placeholder Foto: EFE/Víctor Lerena.
Foto: EFE/Víctor Lerena.

El padre, que se aprovechaba de su condición como médico para justificar las continuas ausencias de sus hijos en el colegio, era quien se había encargado de evitar, con un total "hermetismo", que la situación saliera a la luz. Y es que algunos de los centros educativos en los que estaban matriculados sus hijos se habían preocupado por su estado en varias ocasiones, pero los progenitores, en especial el padre, había intentado justificar todo tipo de descuidos sobre los ocho niños.

El origen de la investigación

El colegio e instituto donde estudian los ocho niños de Colmenar Viejo maltratados por sus padres fueron los que dieron la voz de alarma a las fuerzas y cuerpos de seguridad, facilitando que los agentes actuaran. El Colegio Ángel León y el Instituto Marqués de Santillana, los dos de titularidad pública, fueron los que trasladaron a los cuerpos de seguridad sus sospechas acerca de la situación de los niños en su casa.

La investigación se originó días antes de la detención, tras una denuncia de presuntos malos tratos contra una de las menores, iniciándose un estudio pormenorizado del entorno familiar. Las primeras pesquisas revelaron que los menores solían faltar constantemente a clase, siendo "justificadas las ausencias escolares por el padre, que ejerce de médico en un hospital madrileño", y que este también sometía a malos tratos a la madre de los menores, una española de 44 años, que a su vez "también ofrecía un trato degradante y descuido sobre sus ocho hijos". El juez le ha impuesto también una orden de alejamiento de ella.

La investigación judicial confirmó "una grave situación de desamparo" y de violencia doméstica, presuntamente ejercida por el padre, al que también se investiga por un posible delito de hurto, pues, al registrar la vivienda, se hallaron uniformes y material hospitalario cuya procedencia no se pudo acreditar.

En el registro de la casa, que siempre tenía las persianas bajadas, quedó patente que esta presentaba "un estado de insalubridad en todas las dependencias a excepción del despacho" del padre, mientras que la situación higiénico-sanitaria de baños y cocina era "pésima". Los ocho menores malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón y eran castigados mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda. En la casa, situada en una apacible urbanización de chalés, se puede ver un patio trasero que hoy está lleno de triciclos, bicicletas, patinetes y cacharritos tirados. En el pequeño espacio de la entrada, aún permanece un tendedero con ropa de la madre y de los pequeños.

La urbanización tiene una piscina, a la que nunca iban los niños, según cuenta otro vecino, Tito. "Ni verles. No me suenan de nada. Ha sido una sorpresa. No teníamos contacto, pero me han dicho algunos vecinos que hacían mucho ruido los niños en el sótano", comenta. Él tiene cuatro hijas, y dice que ellas tampoco habían visto a los niños en la piscina.

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Foto: EFE/Víctor Lerena.

Otro vecino, que llegó a la vivienda poco después de este verano, dice, sin embargo, que él no notó nada raro en ellos, a los que se presentó cuando se instaló en la urbanización. Incluso su pareja veía a la madre en el garaje en ocasiones cuando iba a aparcar la furgoneta. "La madre parece más mayor de lo normal", recuerda Enrique, porque "tiene el pelo blanco, es un poquito rellenita, y eso nos hacía pensar que posiblemente estaba otra vez embarazada. Iba siempre en chándal a llevar a los niños al colegio".

Algunos vecinos coinciden en que ella parecía "un poco desaliñada", pero que el aspecto de los niños, que iban al centro escolar a escasos metros de la casa, "era normal". Sin embargo, la mayoría de los vecinos mantienen que no era normal que los niños no fueran ni al parque.

Sanidad abrirá un expediente

La Consejería de Sanidad anunció este lunes que abrirá un expediente al padre, médico del Hospital Gregorio Marañón, mientras que el hospital "colaborará activamente ante cualquier requerimiento judicial".

Según fuentes de la consejería, dado que se encontró abundante cantidad de material sanitario en la vivienda de este médico en Colmenar Viejo, la Dirección General de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la consejería "va a abrir un expediente con designación de instructor por la supuesta sustracción de material sanitario".

Además, el Hospital Gregorio Marañón "colaborará activamente ante cualquier requerimiento judicial. Igualmente, se encuentra a expensas del desarrollo de la instrucción del caso para adoptar las medidas oportunas en función de la legislación vigente".

El médico acusado de maltratar a sus ocho hijos seguirá "realizando sus funciones habituales" en el hospital "mientras el juez no determine en sentido contrario", ha dicho este martes el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

Ocho niños "siempre solos", que faltaban continuamente al colegio, que pasaban "horas y horas" en el patio de la casa y que un día intentaron incluso incendiar la valla de la vivienda. Esa era la única cara visible de la tragedia y el horror que en el interior de un chalé de Colmenar Viejo vivían día a día ocho menores que ahora han sido ingresados en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid después de que el pasado 29 de marzo la Guardia Civil detuviera a sus padres, acusados de maltrato hacia sus hijos, que eran "castigados físicamente y estaban malnutridos".

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