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Gritos y fans: los años dorados del Parque de Atracciones como escenario musical
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Gritos y fans: los años dorados del Parque de Atracciones como escenario musical

Durante casi 30 años, miles de personas se agolparon en sus butacas para ver desfilar a lo más granado del momento. Julio Iglesias, Miguel Bosé, Serrat, Ana Belén, Los Rodríguez, Mecano y Tequila pasaron por allí

Foto: Concierto de Julio Iglesias en el auditorio en los años 60. (Parques Reunidos)
Concierto de Julio Iglesias en el auditorio en los años 60. (Parques Reunidos)

Acostumbrado a cubrir las grandes citas que se daban en el Gran Teatro Auditórium del Parque de Atracciones, Fernando Íñiguez se perdió aquel glorioso 20 de abril de 1985 en el que Jerry Lee Lewis y Brenda Lee consiguieron un lleno absoluto. Ellos, como grandes artistas internacionales que eran, visitaron la capital durante el Primer Festival Country que se organizó justo en el ecuador de lo que llegó a ser esa plaza musical desde los años 70 hasta finales de los 90. Fueron casi tres décadas de conciertos de lo más variopinto que amenizaban el paso, más de los padres que de los niños, por el todavía joven recinto, ubicado en la Casa de Campo, justo en el mismo lugar en el que el pasado día 19 se desprendió parte de un techo que hirió a 13 personas.

Foto: Una ambulancia del SAMUR en el lugar del accidente. (Emergencias Madrid)

Los nombres propios hablan de la época: Julio Iglesias, Massiel, Rocío Jurado, Paphael, Rocío Dúrcal, Isabel Pantoja, Camilo Sesto. También Alaska y Dinarama, Miguel Bosé, Serrat, Ana Belén, Los Rodríguez, Mecano y Tequila. Este tan solo es un pequeño listado de las grandes figuras, de antes y algunas de ahora, que coparon las listas de espectáculos del Parque de la capital, sobre todo en verano, en un momento en el que el color luchaba por imponerse en el rebelado de las fotografías. Íñiguez lo conocía bien: primero asistió a los conciertos como espectador joven; algo más maduro los visitó como industrial de una marca discográfica, acompañando a los artistas que allí tocaban; por último, asistió a los shows con una mirada crítica que a los minutos estamparía en las crónicas que dictaba, cabina telefónica mediante, a El País, el medio para el que cubría los conciertos y en el que sigue escribiendo.

placeholder Parque de Atracciones en los sesenta. (P.R.)
Parque de Atracciones en los sesenta. (P.R.)

“Vi a Víctor Manuel y Ana Belén poco después de 1975. Recuerdo que por allí pasaban más bien cantautores, como Pachi Andion”, rememora el periodista que también dirige un programa en Radio 3. Pasaron los años y los grandes artistas españoles se sucedían por el escenario del Gran Teatro Auditórium: “Como ejecutivo de la compañía discográfica acompañé a Serrat, El Fary, la Pantoja, Camilo Sesto, Mecano. A esas iba por obligación, aunque no me gustaran, como parte del séquito de la compañía”, precisa.

Momentos para la historia

Su memoria periodística se detiene en una imagen: Ana Torroja, agosto de 1989, concierto en el Parque de Atracciones, abarrotado de gente. La cantante da la espalda al público mientras levanta el micro. Ataviada con una chaqueta de cuero por la parte de arriba, la minifalda hace su trabajo por la cadera. “También llevaba una media de rejilla negra que con la falda le dejaba un poco los cachetes fuera”, disecciona Íñiguez. Justo ahí se dispara el objetivo de la cámara de Uly Martín, fotógrafo de El País, que inmortaliza un momento que después llegaría a ser un icono de Mecano.

Las anécdotas en la cabeza de este crítico musical se agolpan, pese a la volubilidad de sus recuerdos. Esta vez sus ojos van dirigidos al foso de delante del escenario. Preparado como un espectáculo de música, agua y colores que nunca llegó a ejecutarse en todo su esplendor, servía como frontera acuática entre el público y los artistas. “Con eso había problemas porque venían megafans a los conciertos que les daba igual todo con tal de acercarse a sus ídolos. Los de seguridad a veces tenían que meterse en el agua para que los chavales no llegaran al escenario”, rememora el veterano periodista.

placeholder Aspecto del Parque en los 70 (P.R.)
Aspecto del Parque en los 70 (P.R.)

Íñiguez vivía donde actualmente se ubica la sala La Riviera, muy cerca de Madrid Río. Uno de los planes de su pandilla en cuanto llegaba la primavera era ir a montarse a las atracciones del Parque. De esa primera época recuerda ver programadas las actuaciones de Manolo Escobar e Isabel Pantoja y no haber entrado a verlas. “En esa tiempo yo era más rockerillo, aunque íbamos a conciertos de todo tipo”, afirma cuestionándose si su memoria no le juega una mala pasada con los conciertos que también se organizaban, dentro de la Casa de Campo, durante las fiestas del Partido Comunista de España.

Las delicias de los chavales

Algo parecido le ocurría a José Luis Yuguero, vecino del Alto de Extremadura que con su pandilla no se perdía ni uno de los recitales musicales. “Para nosotros aquello fue una ventana abierta, una posibilidad de ver a los grandes que triunfaban y que solo oías en la radio y la televisión”, enuncia. Recuerda que aquellos pases se denominaban “Happening”, el gran evento de los chavales durante el verano y que “para el Parque de Atracciones era una forma de atraer visitantes porque costaba mucho dinero montar en las atracciones”, teoriza este madrileño.

Eran jóvenes que se habían criado en esa zona y que se conocían todos los resortes a su favor. Sabían, por ejemplo, que en el acceso del puente en la Casa de Campo era el lugar en el que se juntaban dos vallas por las que se podían colar. Chavales ávidos en triquiñuelas, encontraron una segunda forma de no pagar la entrada saltando la verja por la parte de Batán. “No podíamos pagar lo que costaba, pero nosotros esperábamos de semana en semana el concierto siguiente, planificábamos quiénes íbamos a ir. Joder, los Happening, qué infancia más bonita, además, con los primeros escarceos que teníamos, que a las chicas no les dejaban ir sus padres, esas batallas las vivíamos de forma muy intensa”, rememora Yuguero.

placeholder Aspecto del parque a comienzos de los 90 (P.R.)
Aspecto del parque a comienzos de los 90 (P.R.)

Los chavales de su pandilla, y no deberían ser los únicos, siempre se ponían en el mismo lugar para ver al artista: la parte central de arriba, evitando tener a alguien detrás que les pudiera molestar en el cénit de sus vacaciones veraniegas. En 'Parque de Atracciones de Madrid. Un viaje desde sus orígenes hasta el presente' (La Librería, 2016), Marco Besas y Héctor García describen lo que llegó a ser ese gran auditorio: “El teatro contaba con 3.150 butacas individuales, cada una hecha de cemento con respaldo y asiento ergonómicos. Aparte de esta extensa zona de butacas, el área superior del anfiteatro contaba con tres terrazas semicirculares que formaban parte de la cafetería/restaurante donde el público podía tomar un refresco o sentarse en una de las 84 mesas con capacidad para unos 350 comensales sentados y comer mientras veía el espectáculo”.

Un hito para España

A todo ello se sumaba el espacio del bar y sus aledaños, por lo que un millar de personas más podrían ver el espectáculo de pie. “Esto suponía un aforo de casi 5.000 personas convirtiéndolo en el auditorio más grande de España”, sentencia la publicación. El volumen también recoge el precio de los conciertos, que no era otro que el de la entrada general al Parque al estar incluidos en ella, 5 pesetas, pues las atracciones se pagaban aparte. Y así narra el libro lo vivido por Yuguero: “Los mejores artistas del momento eran elegidos para formar un extraordinario calendario que constituía el programa de espectáculos más completos de todo el verano madrileño. Cada día había una actuación nueva, y todas las tardes se celebraban dos sesiones, a las 19h. y a las 22h., cada una con una duración de 45 minutos”.

El Gran Teatro Auditórium del Parque de Atracciones vio nacer a los primeros grandes espectáculos infantiles orquestados por Torrebruno, retransmitidos en directo por TVE y las principales emisoras de radio, continúa explicando el libro. Entre sus páginas se encuentran las declaraciones de Antonio Castellanos, uno de los exdirectivos del Parque, que no olvida cómo la afluencia de público llegó a preocupar a los organizadores. Una de estas ocasiones se produjo durante el concierto de Serrat en 1975, pero mucho peor fue lo ocurrido el 30 de septiembre de 1979: “Ese día el programa radiofónico El gran musical retransmitía en directo desde el Parque el concierto del grupo Triana y la entrega al mismo del triple Disco de Platino”.

placeholder La atracción Tarzán durante los años 80 (P.R.)
La atracción Tarzán durante los años 80 (P.R.)

Castellanos contó que ese día acudieron al Parque más de 35.000 personas, aunque nadie sabe cuántas pudieron ir al concierto de Triana, incluso subidas al techo de la cafetería donde se agolparon más de 500 personas, a juzgar por las fotos publicadas y tal y como recoge la monografía de Marco Besas y Héctor García. De hecho, el volumen no pasa por alto la arquitectura del lugar, que también estaba a la altura de los acontecimientos al contar con “un impresionante paraboloide de 30 metros que cubría el escenario apoyándose en sólo dos puntos, superando el más grande construido hasta entonces en los Estados Unidos (de 22 metros)”.

Espacio multiusos

Mientras todo esto ocurría, Íñiguez continuaba al pie de la cabina telefónica dictando sus crónicas musicales. Así se retrotrae a mediados de los 90: “Recuerdo un concierto de Los Rodríguez que fue brutal. No sabía que tenían tanto tirón hasta que todo el mundo cantó todas sus canciones”. En agosto de 1996 entrevistó a Los del Río, justo cuando más en boga estaba su 'Macarena'. En esta ocasión, “Alegría y cosa buena” fue el titular con el que se publicó su artículo. De todas formas, “tocar en el Parque de Atracciones no creo que marcara ningún hito, sino que era más bien entretenimiento de verano, algo que se veía de un artista venido a menos que ya tocaba gratis para los mamás y papás cansados de pasear al niño”, reflexiona el periodista de El País.

Las cosas, en los 90, habían cambiado mucho. Los precios también. De esas 5 pesetas de las que hablaba el libro sobre la historia del Parque pasaron a las 450 que costó entrar al recinto el día del concierto de Wyoming y Pablo Carbonell en junio de 1997. Dos meses después, para el concierto de Paloma San Basilio, la entrada se incrementó en 25 pesetas. Atrás quedó ese lugar como gran plaza musical, escenario también para eventos como los sorteos de la Lotería Nacional e, incluso, cierres de campaña como el del extinto Partido Reformista Democrático, con Miquel Roca a la cabeza, que por unas horas ocupó ese lugar el 20 de junio de 1986. Ahora, el Parque de Atracciones desconoce cuándo podrá volver a hacer uso de ese auditorio por el que, además de los ya mencionados, desfilaron artistas como Bertín Osborne, Los secretos, Gabinete Caligari, Hombres G, Los Chichos, Sergio Dalma, Miguel Ríos y Mocedades.

Acostumbrado a cubrir las grandes citas que se daban en el Gran Teatro Auditórium del Parque de Atracciones, Fernando Íñiguez se perdió aquel glorioso 20 de abril de 1985 en el que Jerry Lee Lewis y Brenda Lee consiguieron un lleno absoluto. Ellos, como grandes artistas internacionales que eran, visitaron la capital durante el Primer Festival Country que se organizó justo en el ecuador de lo que llegó a ser esa plaza musical desde los años 70 hasta finales de los 90. Fueron casi tres décadas de conciertos de lo más variopinto que amenizaban el paso, más de los padres que de los niños, por el todavía joven recinto, ubicado en la Casa de Campo, justo en el mismo lugar en el que el pasado día 19 se desprendió parte de un techo que hirió a 13 personas.

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