David contra Goliat en Coslada: la lucha de una vecina contra la basura del Jarama

La impotencia y la frustración. La rabia de ver cómo la basura se acumulaba en el río Jarama fue el germen del movimiento ciudadano 'Enmienda, limpia tu mierda', una iniciativa fundada por Nazareth Saiz y por su sobrino César Saiz. Una vez al mes realizan batidas para la recogida de desechos bajo una filosofía muy simple: “Todos cometemos errores. Todos. Y el mérito está en subsanar ese error entre todos”. La idea engloba a ministerios, consejerías y ayuntamientos con competencias en la Comunidad de Madrid. Y a los ciudadanos. Quién sino usa productos como las toallitas higiénicas, las tira al suelo y, como no son biodegradables por los plásticos de su composición, se acumulan en colectores, canalizaciones, cauces de ríos y entornos naturales.

Nazareth explica cómo surgió todo. Mayo del año 2020. Termina el confinamiento estricto por la pandemia del covid. La gente puede volver a la calle, salir a pasear por tramos horarios, no más lejos de un kilómetro del domicilio. Coslada. Ella es una privilegiada que tiene el Río Jarama cerca de su casa. Su primer paseo en semanas termina en decepción. No estaba preparada para encontrar el cauce cubierto de toallitas húmedas, latas, bolsas y otros desperdicios. “Bajaba al río a pasear en los ratos que nos dejaban y veía que estaba todo arrasado y lleno de desperdicios”, rememora.

"Me di cuenta de que los árboles tenían pegados una especie de pasta y eran toallitas", explica Nazareth

Casi como un acto reflejo de quien se encuentra su casa sucia, comenzó a retirar latas. “Al principio quitábamos botes. De un sitio que he bautizado como ‘Mi Rincón’ sacamos más de 40 bolsas de basura. Luego me di cuenta de que los árboles tenían pegados una especie de pasta. Eran toallitas húmedas. Y empezamos a quitarlas. Poco a poco se empezaron a unir familiares, gente que me conocía, que veía las imágenes por redes sociales y, así, fue como nos juntamos 20 personas, y mi sobrino y yo decidimos organizarnos”. Es el origen de esta iniciativa ciudadana: ‘Enmienda, limpia tu mierda’.

El proyecto ha crecido gracias al “boca a boca” de las redes sociales y a que todo el planeta parece un vertedero. “Podemos ser enmendadores en cualquier sitio. Mucha gente sube fotos a nuestras redes sociales desde diversos puntos del planeta, mostrando la suciedad de sus entornos naturales y recogiendo desperdicios. Enmendadores y enmendadoras somos todos los que hacemos algo por el planeta y por los demás”. La incansable Nazareth explica que ellos “son un movimiento ciudadano de voluntarios. Nos dedicamos básicamente a intentar concienciar a la gente por medio de la acción. Acción, reacción. No atacamos a nadie, porque todos hemos cometido errores y está en nuestra mano subsanarlos. Estamos unidos por un mismo fin, que es la preservación del medio ambiente”.

Cada mes convocan una “quedada” (más las que surgen de forma espontánea) para mostrar sus protestas predicando con el ejemplo. “De nada sirve quejarse si no pasas a la acción. Nuestro ámbito más cercano es el Parque Regional del Sureste, concretamente el Río Jarama, entre San Fernando de Henares y Coslada, pero nos movemos por toda la comunidad: Arganda del Rey, Mejorada del Campo, Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, San Martín de la Vega… Por desgracia, hay un muchos sitios de Madrid que están llenos de residuos y desperdicios”.

El proyecto ‘Enmienda, limpia tu mierda’ está abierto a quien quiera sumarse a través de las redes sociales, “siempre que se cumplan las normas básicas de convivencia. Detrás no tenemos a ninguna institución que nos represente y no admitimos partidos políticos. Por lo demás somos muy abiertos”, sonríe Nazareth. “Cualquier ciudadano puede colaborar, aunque no esté en la zona. Si tienes la suerte de no vivir rodeado de toallitas húmedas, seguro que tienes plásticos, bolsas, colillas, preservativos, compresas, latas y muchos residuos más que limpiar”.

Nazareth anhela “una sociedad concienciada, que ponga fin a este proyecto porque no haya nada que limpiar”

Con el paso del tiempo, alguna empresa se ha sumado a la iniciativa aportando material con el que recoger la basura (no aceptan dinero). Son casi dos años de trabajo y no parece que el futuro plantee un horizonte sin residuos que recoger. Nazareth anhela “una sociedad concienciada, que ponga fin a este proyecto porque no haya nada que limpiar”. Mientras tanto, dice, “seguiremos dando guerra, haciendo ruido con el ejemplo, desde el máximo respeto a todo el mundo, sólo con el objetivo de limpiar y concienciar”.

Es cierto que cada grupo de trabajo que se crea nace del sentimiento descorazonador de ver la suciedad que genera el ser humano, “pero el resultado al final del día es muy gratificante. Te hace sentir muy bien y también nos divertimos en la operación de limpieza y me he encontrado con mucha gente implicada en el mismo fin”.

La experiencia de Nazareth y todos los enmendadores que le acompañan revela también un problema que se está convirtiendo en endémico. “Nos hemos acostumbrado a ver el mal, a ver desperdicios por nuestros montes. Miramos para otro lado, nos echamos la culpa de unos a otros, hemos asumido la contaminación como algo normal. No nos fijamos en el problema que tenemos y permitimos que no se cumplan las normativas que ya existen”.

La tarea de los enmendadores resulta encomiable. Cada fin de semana, recogen kilos y kilos de desperdicios. Su esfuerzo y sus manos llegan a donde las administraciones públicas competentes ejercen su dejadez de funciones. Una muestra más de cómo un movimiento social puede cambiar la sociedad frente a la dejadez de la administración. La elevada contaminación de las aguas y riberas de los ríos Henares, Guadarrama y Jarama es una muestra de como unos y otros se pasan la pelota de la responsabilidad y del cuidado y mantenimiento de los espacios naturales de la región, como denuncian desde hace años diversas asociaciones ecologistas.