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El torero del futuro es de Arganda: “Estoy a gusto delante de la cara del toro”
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El torero del futuro es de Arganda: “Estoy a gusto delante de la cara del toro”

Joel Ramírez tiene un futuro prometedor en la tauromaquia. Ha ganado varios certámenes y en marzo debuta en Las Fallas

Foto: Joel Ramírez. (Miguel Arboledas)
Joel Ramírez. (Miguel Arboledas)

Si ustedes son habituales de la Feria de San Isidro o acuden periódicamente a los toros en las fiestas de su pueblo, seguramente se hayan preguntado más de una vez cómo se forja una figura del toreo, cómo será el camino para que un niño -aficionado a la tauromaquia- pueda hacer su sueño realidad y se dedique profesionalmente a matar toros. El proceso es largo y duro, nadie te regala nada nunca pero en el mundo del espectáculo menos aún. “En la plaza somos rivales, no hay amistad que valga pero fuera de ella solemos llevarnos bien. Al final, somos compañeros”.

Habla Joel Ramírez, un joven de 16 años, nacido en el madrileño municipio de Arganda del Rey y que apunta a ser una de las grandes futuras promesas del toreo patrio. “Con 9 años toreé a mi primera becerra y ya me entraron ganas de ser torero. Luego, con 10, me apunté a la Escuela Taurina de la Fundación ‘El Juli’”, recuerda. Desde hace un tiempo entrena y aprende en la Escuela de Tauromaquia José Cubero ‘El Yiyo’

placeholder Joel toreando. (Miguel Arboledas)
Joel toreando. (Miguel Arboledas)

Joel estaba destinado a ser torero, o al menos, a intentarlo. “En mi casa ha habido mucha afición siempre. Mi padre fue recortador y ahora es banderillero y mi tío también es recortador en la actualidad”. Sin embargo, le cuesta decantarse por un referente claro. Como ocurre con los futbolistas, quiere aprender lo mejor de cada uno. “Tengo muchos ídolos porque creo que hay que beber de todas las fuentes y no fijarse solamente en un matador de toros”, sentencia.

A pesar de su insultante juventud y bisoñez, ya ha cosechado grandes éxitos, de mérito, de los que proyectan carreras. Resultó triunfador en el I Certamen de Novilladas ‘Escuelas Taurinas y Ganaderas de la Comunidad de Madrid’ así como en el Certamen ‘Guadalajara Busca Torero’ en Castilla-La Mancha. Pero, sin duda, su gran oportunidad va llegar el próximo sábado 12 de marzo cuando va a debutar en una plaza de primera, en la de Valencia, en la primera jornada de Las Fallas.

"Entrenamos tres horas de lunes a sábado pero luego cada uno realiza su propio ejercicio fuera", explica Joel

Un escaparate envidiable y un escenario propicio para enamorar al respetable y darse a conocer. “Me lo dijeron los maestros un día entrenando en la Escuela, te puedes imaginar la alegría que me dio y lo agradecido que estoy a ellos. Afronto el reto con una responsabilidad enorme y con ganas de disfrutar y de hacer ver a la gente el trabajo que llevo dentro”, comenta ilusionado Joel.

Pero todos estos logros no son, obviamente, producto de la casualidad. El talento es innato pero detrás de este novillero y futuro matador de toros se esconde mucho trabajo, no hay otro secreto. “En la Escuela Taurina entrenamos tres horas de lunes a sábado pero luego cada uno realiza su propio ejercicio fuera”. Sin duda, el aspecto físico juega un papel importantísimo para el torero. “La base del entrenamiento es la preparación física y mental, además del toreo de salón (entrenamiento meramente técnico) y la preparación de los tentaderos (ruedos situados en las propias ganaderías)”, explica. “Suelo hacer una hora al día de carrera continua salvo los días que tengo preparador en la Escuela”.

placeholder Debutará el 12 de marzo en la Plaza de Toros de Valencia. (Jorge Delgado)
Debutará el 12 de marzo en la Plaza de Toros de Valencia. (Jorge Delgado)

De momento, Joel es novillero sin picadores pero no pierde de vista el día en el que pueda tomar la alternativa, convertirse en matador de toros y portar el traje de luces. “Me gustaría que fuera en Nimes (Francia) o en La Maestranza (Sevilla) y ojalá mi padrino pueda ser Morante de la Puebla o ‘El Juli’”, comenta. Cuando pisa el albero se centra en disfrutar. “Miedo siempre se pasa porque el peligro está ahí pero también sientes felicidad y llega un momento en el que estoy a gusto delante de la cara del toro”, explica.

Joel afirma no tener una especialidad definida entre capote, muleta o entrar a matar

No es especialmente supersticioso pero “siempre me santiguo antes de que salga el novillo”. Con buen criterio, afirma no tener una especialidad definida entre capote, muleta o entrar a matar. “Todas las suertes me gustan, son importantes y en todas hay que ser bueno, no te puedes quedar solo con una”.

En cuanto al debate abierto en el país y a las acusaciones de los antitaurinos, su posición es clara. “Respeto que haya gente a la que no le gusta pero no comparto el ser ‘anti nada’. Si a alguien no le gusta, perfecto, que no vaya, como a otras personas no les gustan otras cosas pero no me entra en la cabeza que nos falten al respeto”, sentencia Joel.

Aunque el proceso y el camino no son nada fáciles, el objetivo es claro: “Llegar a ser una figura del toreo y poder aparecer en los carteles de las ferias más importantes de España”. Si las lesiones le respetan y cuenta con esa pizca de suerte que te tiene que acompañar para triunfar en cualquier profesión del mundo, seguro que Joel logra su sueño de tomar la alternativa y convertirse en uno de los matadores de toros de referencia de nuestro país. Mimbres hay.

Si ustedes son habituales de la Feria de San Isidro o acuden periódicamente a los toros en las fiestas de su pueblo, seguramente se hayan preguntado más de una vez cómo se forja una figura del toreo, cómo será el camino para que un niño -aficionado a la tauromaquia- pueda hacer su sueño realidad y se dedique profesionalmente a matar toros. El proceso es largo y duro, nadie te regala nada nunca pero en el mundo del espectáculo menos aún. “En la plaza somos rivales, no hay amistad que valga pero fuera de ella solemos llevarnos bien. Al final, somos compañeros”.

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