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Crece la peatonalización de Mostenses: se acabó el truco de Antonio Grilo
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SIN COCHES NI PLAZAS PARA APARCAR

Crece la peatonalización de Mostenses: se acabó el truco de Antonio Grilo

El cierre de esta pequeña vía era una exigencia histórica de los vecinos, que veían el tráfico pasar rozando sus ventanas

Foto: El Mercado de los Mostenses, en el centro de Madrid. (Wikipedia)
El Mercado de los Mostenses, en el centro de Madrid. (Wikipedia)

Antonio Grilo es la calle maldita de Malasaña. Sus 85 metros de longitud acumulan una parte sustancial de la historia negra de Madrid: un sastre que mató a su esposa y sus cinco hijos, exhibió los cadáveres en el balcón y después se suicidó; una madre que dio a luz en su casa, ahogó a su bebé y lo guardó en un cajón; un sacerdote que mató a golpes a un hombre en plena calle o una clínica abortista clandestina ubicada en el sótano del portal número 9. Su larga historia luctuosa está recogida en diversas publicaciones.

Hace más de cincuenta años que no se registra un crimen en Antonio Grilo, pero la calle sigue maldita. Hoy son los coches, y no los punzones afilados, el principal problema de los vecinos. Se da la circunstacia de que esta vía, de un solo carril y con aceras diminutas, resulta un atajo muy efectivo para los conductores que transitan San Bernardo en dirección a la Plaza de España. En vez de continuar hasta Gran Vía y bajar hacia su destino, el desvío por Antonio Grilo ahorra cuatro semáforos y el habitual atasco del cruce con la arteria principal.

Día y noche, sin descanso, un reguero de taxis, VTC, repartidores, basureros y camiones para abastecer el Mercado de Mostenses pasan a menos de 3 metros de las ventanas de los vecinos de Antonio Grilo. "Y eso sin contar con los madrileños que se saben el 'truqui' y lo hacen con su coche, que son un montón", reconoce un vecino del barrio. Para colmo, los vehículos más voluminosos se ven obligados a invadir la acera izquierda en un estrechamiento de la calle, lo que hace inviable el paso por esa acera.

Coincidiendo con el corte obligado por Filomena, los vecinos aprovecharon para vallar el tramo de calle y plantarse ante el ayuntamiento. Sus exigencias encontraron respuesta este verano, cuando Cibeles presentó un ambicioso plan de reforma de la zona. Incluía la peatonalización de las calles Ricardo León, Travesía de las Beatas y La Parada, además de una parte de Mostenses. Fue la proyección de un plan que ha terminado de concretarse esta semana, cuando la Delegada de Obras del ayuntamiento Paloma García y José Fernández, concejal de distrito Centro, les han mostrado el plan definitivo a los vecinos. La clave estaba en Antonio Grilo, ya que preocupaba en Cibeles que su cierre no solo afectase al tráfico de Gran Vía, sino que impidiese el acceso al parking de Mostenses, una estructura básica en un barrio sin apenas plazas de aparcamiento en superficie.

Finalmente se ha impuesto el criterio de los vecinos y Antonio Grilo será peatonal. Los camiones del mercado y los coches del parking entrarán a la Plaza de los Mostenses a través del acceso más cercano a Plaza de España, la calle del General Mitre, que pasará a ser de doble sentido a costa de la banda de aparcamiento. Será el único nexo de conexión con Gran Vía, dado que el proyecto dibuja en el otro acceso, la calle García Molinas, un paseo peatonal con arbolado.

La parte más llamativa del proyecto es la de la Plaza de los Mostenses, una no-zona desde la construcción del parking y sus accesos. Atascada durante el día, por la noche es habitual encontrarla llena de desechos del mercado y de restos de botellones. Con el nuevo plan, Mostenses solo contará con un acceso al parking, dedicando el espacio a una zona arbolada para juegos infantiles, con puntos de carga para vehículos eléctricos y aparcamiento de bicicletas.

Las obras están previstas para el comienzo del año que viene y además incluyen la remodelación de las calle San Ignacio de Loyola y Álamo, siempre a la sombra del imponente Edificio España. No obstante, de aquí a que comiencen los trabajos, los vecinos lucharán por unos flecos: que se busque una alternativa para las escaleras de Mostenses, que son una de las zonas de menor paso del barrio, y para que la nueva zona peatonal permita el acceso para bicicletas, algo que por el momento no valora el ayuntamiento.

Antonio Grilo es la calle maldita de Malasaña. Sus 85 metros de longitud acumulan una parte sustancial de la historia negra de Madrid: un sastre que mató a su esposa y sus cinco hijos, exhibió los cadáveres en el balcón y después se suicidó; una madre que dio a luz en su casa, ahogó a su bebé y lo guardó en un cajón; un sacerdote que mató a golpes a un hombre en plena calle o una clínica abortista clandestina ubicada en el sótano del portal número 9. Su larga historia luctuosa está recogida en diversas publicaciones.

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