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Retraso crónico de las becas comedor: "Es la única comida caliente para muchos niños"
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Más de un mes después de empezar las clases

Retraso crónico de las becas comedor: "Es la única comida caliente para muchos niños"

Al menos 30.000 familias madrileñas no están llevando a sus hijos a comer al colegio o adelantan el dinero de las cuotas por la lentitud del proceso, que se repite año tras año

Foto: Un grupo de niños almuerza en un comedor escolar. (Reuters)
Un grupo de niños almuerza en un comedor escolar. (Reuters)

Carmen no ha llevado a sus hijas al comedor del colegio desde que empezó el curso, el pasado 8 de septiembre. No puede asumir los 96 euros de cuota mensual que cuesta una comida al día en un centro educativo madrileño. Con cuatro hijas, 400 euros suponen un desafío para la economía familiar, que depende solo del trabajo como autónomo de su marido.

“Nos apañamos como podemos, vivimos con lo justo para pagar la hipoteca, impuestos y subsistir”, cuenta esta madre que vive en el sur de Madrid. Semana a semana, espera a que se publiquen las ayudas para el comedor, que en su caso rondan cada año el 50%. “Estamos a mediados de octubre y todavía no sabemos nada”, cuenta con impotencia. La diferencia entre comer en casa y el colegio es sustancial para la alimentación de sus hijas: “Yo no puedo ponerles pescado tres veces a la semana. Y somos afortunados, conozco familias que comen todos los días arroz”.

Según la FAPA, para muchos menores el menú del comedor supone "la única comida caliente y completa que tienen en todo el día”

El retraso en la resolución de las becas de comedor en la Comunidad de Madrid no es ninguna novedad para asociaciones de padres, colegios y estudiantes. Año a año, las familias deben adelantar y poner de su bolsillo la totalidad del coste del menú escolar, o apañarse como pueden hasta que salen las listas de beneficiarios. “Es una mala planificación de la Consejería de Educación, no le vemos sentido a este retraso sistemático. Ahora han dicho que abren un nuevo plazo, y hasta que no acabe no se va a resolver para todos”, asegura Camilo Jené, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Alumnos Giner de los Ríos (FAPA), quien alerta que para muchos menores, el menú del colegio “es la única comida caliente y completa que tienen en todo el día”.

De la mitad a un euro al día

Los únicos que tienen garantizada esta beca son las familias que reciben la renta mínima de inserción (RMI), y aun así deben esperar a que se resuelva el trámite para poder pagar soólo los 24 euros al mes que les corresponden. En la comunidad, un total de 34.000 familias perciben el salario social, por lo que el PSOE calcula que al menos cerca de 30.000 familias podrían no estar llevando a sus hijos al comedor o bien están adelantando el dinero. “No entendemos por qué en su caso no puede ser automático. Además, los que piden este tipo de ayudas no son licenciados en derecho y no tienen por qué saber que seguro que se las van a dar aunque se lo digas”, considera Juan José Moreno, portavoz de Educación del PSOE en la Asamblea de Madrid.

Las familias con RMI pagarán 24 euros al mes, y el resto que tengan reducción, 68 euros en lugar de los 96 que cuesta la cuota

En total, cada año se otorgan unas 100.000 ayudas al comedor, de las cuales un tercio es para las RMI. El resto de familias con beca deben pagar 68 euros al mes, menos de 20 euros de la cuota normal. Son los casos de víctimas de terrorismo, violencia de género, acogimiento familiar y con una renta familiar per cápita anual inferior a 4.260 euros.

Este último es el caso de Sara, a quien no le queda otra que llevar a sus dos hijos de cinco y siete años al comedor porque hace poco que ha encontrado trabajo y no puede atenderlos a la hora de comer. “Mis hijos prefieren la comida de colegio a la de casa, porque es más variada, además saben que trabajo y que es lo que hay”, asegura. El coste de los menús diarios se lleva, literalmente, la mitad de su sueldo de media jornada como monitora infantil. Otros años, hasta noviembre no le han notificado que le reducen la cuota y no le han devuelto la parte que adelantó, aunque la comunidad asegura que las familias sí reciben de vuelta ese dinero.

“Estamos asumiendo que las familias tienen que hacer de bancos porque tienen que adelantar el dinero”, denuncia Moreno, que apunta además a que estos primeros meses son “especialmente críticos” por el inicio del curso y los costes de la vuelta al cole. Carmen, sin embargo, no puede ni plantearse ir asumiendo ese coste: “Tendría que pedírselo a familiares y amigos, y claro, si luego no nos la dan, supone deber dinero a todo el mundo...”. Desde la FAPA, aseguran que a menudo son los propios centros escolares, las asociaciones de padres y otras entidades sin ánimo de lucro las que están anticipando las cuotas.

Hace unos días, Cristina Cifuentes aseguró que no hay ningún retraso en la tramitación, y que los plazos son los mismos que en años anteriores. Pero para el PSOE, al que la presidenta acusa de mentir y de ser oportunista, esta afirmación supone “reconocer que todos los años lo hacen mal”.

Normalmente, los colegios tramitan las peticiones durante el mes de septiembre y luego la comunidad los cruza con los datos del IRPF de los solicitantes, hasta por lo menos mediados de octubre, cuando se comunican las resoluciones. Este diario ha preguntado a la comunidad si, en las fechas que estamos, saben ya cuándo van a hacerse públicas, a lo que han respondido que “en breve” pero sin poder especificar una fecha exacta. Este año, la comunidad ha destinado 6,7 millones de euros más a esta partida, hasta 38 millones, que se traducirán en más becas pero no en reducciones más significativas para los que ya las tienen, algo que demandan desde la FAPA.

“Son familias que ya tienen problemas de inserción y 24 euros en el caso de las RMI ya son un esfuerzo, sobre todo si tienen más de un hijo”, considera Camilo Jené. Defienden que estos casos deberían estar exentos de cualquier cuota, al igual que ya ocurre con los tutelados por la comunidad, los que tienen protección internacional y los convenios de Educación con otras administraciones, como Instituciones Penitenciarias (para los hijos de las mujeres presas).

Consideran también que para solicitarlas debería darse un plazo abierto, y no que se cierre en septiembre, puesto que las situaciones de necesidad pueden llegar a los hogares en cualquier momento del año.

placeholder La FAPA considera que las familias con RMI no deberían pagar ninguna cuota de comedor. (Reuters)
La FAPA considera que las familias con RMI no deberían pagar ninguna cuota de comedor. (Reuters)

Sin comedor a partir de los 12 años

A la hija más pequeña de Carmen, de nueve años, le cuesta entender por qué si hasta junio iba con sus compañeros al comedor ahora no puede hacerlo: “Me pregunta todo el tiempo, '¿ya sabes algo?', ¿te ha dicho el director algo?”. Pero más complicado es el caso de sus hijas mayores. Las tres están ya en el instituto, donde no hay comedor, como en la mayoría de los centros de secundaria. Sin embargo, sí reciben cada año la beca, de la que hacen uso en el que fue su colegio, que les ha hecho el favor de acogerlas a la hora de comer.

Los niños que van al instituto también tiene derecho a comedor, con 12 años todavía necesitan una alimentación equilibrada

“Los niños que van al instituto también tiene derecho a comedor, porque con 12 años todavía necesitan una alimentación equilibrada, y si el centro no lo tiene, es tan sencillo como que puedan ir al colegio de su zona y no como ahora, que depende de la voluntad del centro de aceptarles o no”, consideran los socialistas, que presentaron una propuesta para regular esta situación, que se aprobó pero aún no ha entrado en vigor. "No supondría más coste ni coincidiría con el turno de los alumnos de Primaria, que comen antes", añaden.

Hasta el año pasado, las familias becadas debían pagar un euro al día en el caso de las RMI y tres en los anteriores casos citados, en lugar de una cuota mensual como en el presente curso lectivo. Así, se daban situaciones en las que a final de mes las familias no podían seguir llevando a los menores al comedor. “Muchas contratas han asumido el coste, pero también los colegios o los propios profesores cuando ha habido situaciones dramáticas. Es algo que hemos visto en muchos barrios de Madrid”, denuncia Moreno.

Carmen no ha llevado a sus hijas al comedor del colegio desde que empezó el curso, el pasado 8 de septiembre. No puede asumir los 96 euros de cuota mensual que cuesta una comida al día en un centro educativo madrileño. Con cuatro hijas, 400 euros suponen un desafío para la economía familiar, que depende solo del trabajo como autónomo de su marido.

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