Alfonso Rueda, investido presidente de Galicia con el compromiso de captar nuevas inversiones

Alfonso Rueda ha sido, en pocos meses, presidente interino, presidente en funciones y desde esta tarde, presidente de Galicia investido por la mayoría del PP en el parlamento autonómico para la XII Legislatura que arranca. Con Rueda al mando, la región se refuerza como bastión de los populares con la Xunta como una de las piezas en la oposición al Gobierno central y escudera de Alberto Núñez Feijóo en Génova en un año trufado de citas electorales. Entre los compromisos que Rueda ha desgranado destaca la creación de una Oficina de Coordinación Económica para, entre otras cuestiones, captar nuevas inversiones y empresas.

La votación tuvo lugar esta tarde en la Cámara del Hórreo, tras varias horas de exposición y argumentario de la oposición al primer discurso pronunciado por Rueda el pasado martes. Fue, en realidad, un trámite plácido y sin concesiones, amparado en la amplia mayoría que el PP logró en las urnas el pasado 18 de febrero, con 40 diputados, dos por encima del umbral de la mayoría absoluta frente a los 25 del BNG y los 9 del PSOE, reducido a su mínimo histórico, mientras que el único representante de Democracia Ourensana, la mano derecha del alcalde Gonzalo Pérez Jácome, se abstuvo.

Menos institucional que su primera intervención, Alfonso Rueda estuvo más ágil, socarrón y cómodo en su turno de réplica. Afeó a Ana Pontón que evitase nombrarlo como “presidente legítimo”. “Galicia funciona y va a ir todavía mejor. Cómo se nota que usted no gobernó en la vida”, le contestó Rueda a la líder de la oposición y el BNG.

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Pontón le había brindado un pacto cuádruple para la legislatura “en sanidad, vivienda, modelo energético y regeneración democrática”, tras acusarlo de “demagogia, paternalismo y prepotencia” e instarlo a que no cayese “en el absolutismo” y se apease de la “cofradía de la perpetua crispación”. Las “privatizaciones y el expolio ambiental” fueron dos ejes de la intervención del BNG, que acusó al equipo de Rueda de “mentir, engañar y ocultar” información sobre la planta que Altri quiere instalar en Lugo. La fábrica estuvo en el eje del debate parlamentario como arma arrojadiza, cuestionada por vecinos y ecologista por su potencial contaminante y el alto consumo de agua.

Más cordial e institucional estuvo el socialista José Ramón Gómez Besteiro. Se estrenó en el escaño como portavoz con una intervención propositiva en materias como la financiación local, no obstante, reprochó a Rueda “la falta de ambición de país” y la perenne “confrontación con el Gobierno central”. “¿Para qué quiere ser presidente?”, le inquirió Besteiro, que lo instó a ir más allá de ser “un presidente legítimo para ser un gran presidente”.

“Cometeré errores y no tengo la soberbia de negarlo”, apostilló Rueda, que se definió para su mandato como “un caminante más”, "con humildad, firmeza y el sumo interés de Galicia” como eje nuclear de sus acciones. A su proclamación siguió un largo aplauso de su bancada y ronda de abrazos con sus todavía conselleiros.

A diferencia de otros presidentes autonómicos -en coalición o no con Vox- Rueda no esquiva la calificación de violencia machista -la citó en su investidura para señalar que "invirtió más que el bipartito" (PSdeG/BNG)- y avanzó que la cultura y la política lingüística tendrán más peso en el próximo Ejecutivo, el primero que diseñará a su medida y del que no ha trascendido ningún nombre propio.

Tomará posesión este sábado

El 21 de diciembre del 2023, Rueda confirmó un runrún y adelantó las elecciones gallegas al 18 de febrero aunque tenía margen para estirar la legislatura hasta julio. Galicia se desmarcó de Euskadi, que tendrá elecciones el 21-A y con la que venía coincidiendo en las citas electorales desde 2009, y se anticipó al tren electoral al que luego se subió también Cataluña, 12-M, y que llega hasta las europeas de junio. La maniobra, muy posiblemente diseñada desde Génova, jugó a favor del PP, que revalidó su mayoría absoluta en Galicia y cogió fuelle para 2024 tras el fiasco del 23-J.

Rueda obtuvo el 47,36% de los votos, ligeramente por encima de los porcentajes obtenidos por Isabel Díaz Ayuso (47,32%) o Juanma Moreno (43,13%) y se sentará, por derecho propio, en la mesa de los grandes barones del Partido Popular junto a su amigo y jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo.

Tras más de 15 años a los mandos de la sala de máquinas de la Xunta, como conselleiro y vicepresidente, Rueda asumió la presidencia accidental con la salida de Feijóo a Madrid para tomar las riendas del PP en abril del 2022. Ahora, y con el aval de las urnas, será el sexto presidente de la Xunta de Galicia y el cuarto del PP tras Gerardo F. Albor, Manuel Fraga y Feijóo.

Tomará posesión este sábado 13 a las 12:00 en el Panteón de Galegos Ilustres de Santo Domingo de Bonaval, donde están enterrados Castelao y Rosalía de Castro, rompiendo con la tradición de sus dos predecesores. Rueda, cordial y discreto, se define como un "tímido con tablas".

El acto será menos retumbante que la mítica toma de posesión de Manuel Fraga en 1990, con 1.500 gaitas concentradas en la plaza del Obradoiro y se espera la presencia de buena parte de la cúpula del partido en una ceremonia agendada tras la boda de José Luis Martínez Almeida.