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El PSOE extiende su poder en las alcaldías gallegas y Baltar logra preservar su feudo
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CONSTITUCIÓN DE LAS CORPORACIONES LOCALES

El PSOE extiende su poder en las alcaldías gallegas y Baltar logra preservar su feudo

El descenso de las mareas, más por su división interna que por la gestión durante los últimos cuatro años, ha sido capitalizado por el PSdG y, en menor medida, por el BNG

Foto: El secretario general del PSdG-PSOE, Gonzalo Caballero (c) junto a la ejecutiva del partido durante la noche electoral del 26-M. (EFE)
El secretario general del PSdG-PSOE, Gonzalo Caballero (c) junto a la ejecutiva del partido durante la noche electoral del 26-M. (EFE)

El PSdG se hará este sábado con las principales alcaldías gallegas, a excepción de Pontevedra que se mantendrá en manos de los nacionalistas, y con Ourense, donde rechazaron realizar un pacto contra natura con la formación local Democracia Ourensana (DO) que, en cambio, los populares no desacharon sorprendiendo a última hora de la tarde ayer. En el feudo de la dinastía Baltar, las negociaciones cruzadas durante los últimos días apuntaban hacia un intercambio de cromos del PP con DO, para que su excéntrico líder, Gonzalo Pérez Jácome, dé su apoyo a Baltar hijo en la Diputación a cambio convertirse en el próximo alcalde de la ciudad. Así será finalmente, tras ratificarse un acuerdo para establecer "gobiernos de concentración para el periodo 2019-2023 en la ciudad y en la provincia", que se justificó con el "fin de mantener gobiernos estables para situar a los ourensanos por encima de todo".

El actual alcalde popular, Jesús Vázquez, ya dejaba entrever ayer la vía de la coalición con DO cediendo el bastón de mando, al apostar por un "gobierno en mayoría" para la ciudad, aun reconociendo que "hasta última hora o mañana probablemente no podamos conocer el resultado de las conversaciones". Durante la última legislatura gobernó en minoría, con una gestión caracterizada por la parálisis sin capacidad para aprobar presupuestos ningún año. José Luis Baltar era más claro al proponer olvidar sus enfrentamientos con el líder de DO, quien ya anunció que se presentará a la investidura, y abrir "un nuevo ciclo" con la formación local. Jácome, por su parte, trasladaba su voluntad de "pactar con el diablo" para centrarse más en el cambio de gobierno en la ciudad, donde tiene siete concejales al igual que el PP, que en desalojar a Baltar de la institución provincial.

La fortaleza de los socialistas gallegos liderados por Gonzalo Caballero, que se quedaron a poco más de 8.000 votos de los populares en las municipales, se materializará con la conquista de los gobiernos de A Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol, los tres arrebatados a las mareas, y revalidando mandato en las ciudades de Lugo y Vigo. En esta última ciudad, Abel Caballero sumó la única mayoría con 20 de los 27 concejales de la corporación y casi un 68% de los apoyos, mientras que en el resto de grandes municipios los socialistas accederán al poder a través de pactos con Marea Atlántica (A Coruña); Ferrol en Común y BNG (Ferrol); Compostela Aberta (Santiago) y BNG en Lugo. En Pontevedra formarán parte de la corporación local que volverá a dirigir el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores.

Las nuevas caras del poder local serán la socialista Inés Rey en A Coruña, tras su acuerdo con la marea local, y Ángel Mato en Ferrol, que después de que sea investido este sábado debe llegar a un acuerdo en el plazo de un mes para cerrar un acuerdo que podría traducirse en un bipartito con Ferrol en Común o incluso in tripartito si finalmente también incluye al BNG en la estructura organizativa. En la capital gallega volverá a la alcadía Xosé Sánchez Bugallo, quien ya fue regidor entre 1998 y 2011 y en Lugo repetirá mandato Lara Méndez.

A poco más de un año de que se convoquen las elecciones gallegas, el nombre del alcalde de Vigo, Abel Caballero, se posiciona como uno de los candidatables a la presidencia de la Xunta de Galicia. No solo con el impulso de su bastión en la Ciudad olívica, sino con un PSdG fuerte en todo el territorio y una mayoría progresista tanto en las anteriores elecciones generales como en las municipales.

El descenso de las mareas, más por su división interna que por la gestión durante los últimos cuatro años, está siendo capitalizada tanto por el PSdG como por el BNG. La sensación del fin de ciclo en las mareas se impone al igual que entre sus socios fuera de Galicia, apuntando hacia una recomposición de cara a las elecciones gallegas, para las que Podemos, Esquerda Unida y Anova abogan por rearticular una candidatura conjunta al margen de las siglas de En Marea.

Las tensiones dentro del grupo parlamentario se han incrementado durante los últimos meses entre estas formaciones y la dirección de Luis Villares, hasta el punto de presentar dobles candidaturas en los últimos comicios. En el contexto del último conflicto, a cuenta de la elección del senador que les corresponde por designación autonómica, ha vuelto a unir a Podemos, EU y Anova frente Villares y la vicepresidenta segunda del parlamento y líder de EU, Eva Solla, aprovechó para abogar porque reformular la confluencia de cara a los próximos comicios y exigir a En Marea que no compitiese con sus ahora socios en el grupo parlamentario.

El PP, en cambio, obtuvo en las municipales su peor resultado desde que aún se presentaba con las siglas de UCD, situándose por debajo del 33%. Todo ello pese a no sufrir la fragmentación del voto conservador, puesto que Vox no obtuvo ningún concejal y Ciudadanos entró en los consistorios de las capitales gallegas con entre uno y dos ediles. A la espera de que se confirmen los acuerdos Ourense, el PP podría perder su única alcaldía de las siete ciudades gallegas. A cambio conservaría el poder en la Diputación provincial, ya sin mayoría, donde el denominado sector de la boina -frente al del capitalino del birrete- gobierna desde 1987.

El PSdG se hará este sábado con las principales alcaldías gallegas, a excepción de Pontevedra que se mantendrá en manos de los nacionalistas, y con Ourense, donde rechazaron realizar un pacto contra natura con la formación local Democracia Ourensana (DO) que, en cambio, los populares no desacharon sorprendiendo a última hora de la tarde ayer. En el feudo de la dinastía Baltar, las negociaciones cruzadas durante los últimos días apuntaban hacia un intercambio de cromos del PP con DO, para que su excéntrico líder, Gonzalo Pérez Jácome, dé su apoyo a Baltar hijo en la Diputación a cambio convertirse en el próximo alcalde de la ciudad. Así será finalmente, tras ratificarse un acuerdo para establecer "gobiernos de concentración para el periodo 2019-2023 en la ciudad y en la provincia", que se justificó con el "fin de mantener gobiernos estables para situar a los ourensanos por encima de todo".

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