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Oleguer Pujol: “No soy un defraudador fiscal porque me acogí a la ley Montoro”
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DENUNCIA UNA CAUSA GENERAL CONTRA SU FAMILIA

Oleguer Pujol: “No soy un defraudador fiscal porque me acogí a la ley Montoro”

En una declaración inicial de 45 minutos, ha asegurado que nunca ha gestionado dinero de su familia porque que nunca ha hecho operaciones relevantes en Catalunya

Foto:  Oleguer Pujol Ferrusola. (EFE)
Oleguer Pujol Ferrusola. (EFE)

Ser defraudador tiene mucho de subjetivo. Que se lo preguntes, si no, a los Pujol. ¿Tener dinero en Andorra sin declarar es defraudar? Ésta es la pregunta directa que le hizo la diputada Isabel Vallet (CUP) a Oleguer Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol durante la comisión parlamentaria celebrada esta tarde. La respuesta, como mínimo, es sorprendente: “No. Yo no soy un defraudador. Me acogí a la ley Montoro, que preveía la reforma del Código Penal y deja claro que con la regularización no se puede abrir procedimiento judicial y no hay fraude fiscal. Yo me acojo a esa regularización y, por tanto, no soy un defraudador”.

Que haya tenido dinero escondido fuera y que no haya pagado impuestos por ese dinero es irrelevante. “Todo mi dinero lo tengo declarado. No tengo dinero fuera”, subrayó más tarde.

El benjamín de los Pujol Ferrusola, si hemos de hacer caso a lo que dijo a los diputados, es una víctima propiciatoria del Estado. Y eso por dos motivos. Por una parte, porque tenía 750.000 euros escondidos en Andorra en el año 2009. Y, tras regularizarlos, “tuve que pagar por ellos un tipo marginal del 40%, pero además tuve otro 40% de recargo, más los intereses de demora etcétera. O sea, que de esos 750.000 euros que tenía como saldo acabé pagando un 130%. Éste es el efecto de acogerse a la ley Montoro: tuve que poner encima 220 o 230.000 euros más”. Le faltó hacer una colecta entre los diputados.

Por otro lado, es víctima también del sistema. Para dar esa sensación, contó con la inestimable ayuda de la portavoz de Convergència i Unió (CiU), Meritxell Borràs, que acusó a los restantes grupos de convertirse en “portavoces de la Fiscalía y del ministro Fernández Díaz”. Y se dirigió en especial al portavoz de ERC, Oriol Amorós, que le recriminó que sólo planteaba dudas que ponen de manifiesto documentos oficiales del juzgado y de la fiscalía, cosa que Borràs obviaba. El republicano le recriminó: “A la vista de lo que ha dicho, ¿qué ha hecho usted por el esclarecimiento de los hechos?”. La convergente insistió en que el republicano era portavoz de la Fiscalía y de Fernández Díaz. Ahí se acabó el rifirrafe partidista.

Pero el tema le sirvió a Oleguer para quejarse de que “se supone que había una investigación secreta y el 23 de octubre a las 8.30 de la mañana, abro la puerta de casa, con mi hijo pequeño de la mano y me encuentro a un señor que me dice que es el secretario del juzgado, a otro que me dice que es el fiscal y a quince policías”. No sólo eso. Afirma que hubo una excesiva escenificación porque la Policía “se llevó cajas con documentos, pero también cajas vacías”. Se supone que para visualizar las muchas pruebas que deberían tener en contra suyo. “Incluso vinieron con perros para buscar dinero. Me preguntaron ‘¿dónde guarda usted el dinero?’. ‘Pues en el banco, como todo el mundo’. Es que todo era un montaje en torno a mi figura, pero no hay nada de nada”. Según afirmó, toda la información que se llevaron de su casa ya la tenía desde hacía dos años la ONIF (Oficina Nacional de la Investigación contra el Fraude).

Causa general contra los Pujol

Se refirió también el financiero al hecho de que, desde entonces, no ha habido novedades en el sumario. “El juez ya ha pedido a la Fiscalía y a la Udef que le hagan un informe de situación, porque no es normal que no se haya efectuado ningún movimiento”, subrayó Oleguer. “Todo el juicio que tengo abierto en la Audiencia Nacional es consecuencia de una querella de Podemos en la que ha intervenido el exfiscal Carlos Jiménez Villarejo. Mi acusación es calcada de la de mi hermano y no es más que una causa general contra los Pujol. Lo único que dice de mí es que el dinero de una operación de compraventa de un hotel en Canarias proviene de las Antillas, lo cual no es verdad. No hay por dónde coger esa querella. Y la cosa ha cogido una dimensión que, para mí, está fuera de lugar y no tiene ningún sentido”.

Admitió, sin embargo, que en 1990 recibió 60 millones del legado de su abuelo Florenci Pujol pero que ignoraba si todos los hermanos lo habían recibido. La pasada semana, Oriol Pujol, el defenestrado secretario general de Convergència Democràtica (CDC) afirmó que él no había regularizado ninguna situación, negándose a declarar sobre el legado y sobre si había tenido dinero fuera de España. Oleguer, sin embargo, fue a lo suyo y afirmó que había invertido el dinero en un “perfil muy conservador. No era un fondo para ganar dinero, sino una reserva por si acaso”.

También negó tener 3.000 millones de euros en el extranjero y que su compañía gestionaba un total de 2.730 millones de euros de 1.600 inmuebles. Eso sí, descargó toda su responsabilidad en un informe que hizo Deloitte en octubre del año pasado que lo exoneraba de la procedencia del dinero que invirtió para comprar más de 1.100 oficinas del Banco Santander y las sedes del Grupo Prisa, entre otras operaciones. Dos días después de que Deloitte hubiese entregado ese informa, el juez ordenó el registro de su casa.

Otra cosa fue la comparecencia de Mireia Pujol Ferrusola, que se acogió a su derecho a no declarar. Mireia se negó a contestar incluso al hecho de cómo había obtenido una casa de protección oficial de 127 metros cuadrados y una plaza de garaje en primera línea de mar (un dineral, en resumen) si sólo con los intereses de su cuenta secreta de Andorra ya no hubiese cumplido los requisitos para acceder a ella. La joven, en cambio, prefirió callar mientras ponía cara de póker. Sólo rompió su silencio para contestar a Carlos Carrizosa, representante de Ciudadanos que no respondería a ninguna pregunta “porque lo manipulan de una manera… es que no estoy acostumbrada a este escenario. El presidente de la comisión, David Fernández (CUP), aclaró que aunque estaba en su derecho a no declarar, “el derecho del diputado es hacerle las preguntas que crea convenientes aunque le puedan no agradar”.

Ser defraudador tiene mucho de subjetivo. Que se lo preguntes, si no, a los Pujol. ¿Tener dinero en Andorra sin declarar es defraudar? Ésta es la pregunta directa que le hizo la diputada Isabel Vallet (CUP) a Oleguer Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol durante la comisión parlamentaria celebrada esta tarde. La respuesta, como mínimo, es sorprendente: “No. Yo no soy un defraudador. Me acogí a la ley Montoro, que preveía la reforma del Código Penal y deja claro que con la regularización no se puede abrir procedimiento judicial y no hay fraude fiscal. Yo me acojo a esa regularización y, por tanto, no soy un defraudador”.

Oleguer Pujol Generalitat de Cataluña
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