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El ‘Parlament’ vota hoy su “Adéu, Espanya” sin ningún valor jurídico
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SERÁ APROBADA SIN EL PSC, PP Y CS

El ‘Parlament’ vota hoy su “Adéu, Espanya” sin ningún valor jurídico

Lo prometido es deuda: Artur Mas ha conseguido cumplir su palabra y el Parlamento catalán celebra hoy su primera sesión con un tema estrella: la votación

Foto: El ‘Parlament’ vota hoy su “Adéu, Espanya” sin ningún valor jurídico
El ‘Parlament’ vota hoy su “Adéu, Espanya” sin ningún valor jurídico

Lo prometido es deuda: Artur Mas ha conseguido cumplir su palabra y el Parlamento catalán celebra hoy su primera sesión con un tema estrella: la votación de una declaración solemne sobre la soberanía de Cataluña. En otras palabras, es una manera de decir Adéu, Espanya, pero sin valor jurídico, porque las declaraciones solemnes de la institución no van más allá de la mera anécdota. En realidad, la Cámara ha votado ya 8 declaraciones a favor del derecho a la autodeterminación de los pueblos, aunque nunca hasta ahora había calificado a Cataluña como “sujeto político y jurídico soberano”. Por tanto, los nacionalistas insisten en que hoy será “un día histórico”.

Se trata, pues, de un salto cualitativo de la vieja reivindicación que lleva paseándose por las instituciones catalanas desde hace más de 20 años. La declaración establece también la obligación de celebrar un referéndum durante esta legislatura y de abrir una negociación “con el Estado español, las instituciones europeas y el conjunto de la comunidad internacional”. Pero deja en el aire la fecha de la consulta, así como la pregunta que debe hacerse en la misma. Y, de este modo, Mas podrá introducir la cuestión del modo que considere más conveniente.

Su intención es preguntar a los catalanes si quieren ser un Estado libre dentro de la UE, pero eso es una falacia. En primer lugar, porque la UE ya ha avisado de que, si Cataluña se independiza, quedará automáticamente fuera de la Europa comunitaria. Por tanto, el presidente catalán partirá de un planteamiento falso al hacer la pregunta, puesto que no depende de él el estar dentro de la UE.

De momento, sin embargo, seguirá adelante con una declaración consensuada entre CiU, ERC, ICV y, muy posiblemente, la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP), mientras que los socialistas, de momento, no han comprometido el voto afirmativo. Serán 87 diputados de un Parlamento de 135 miembros, 28 de los cuales ya han anunciado que votarán no: son los del PP y Ciutadans.

Hoy, pues,comenzará una nueva era, pero bajo la atenta mirada del Gobierno español. “No nos preocupa, de momento, el tema, aunque estaremos vigilantes. La declaración institucional del Parlamento no afecta al ámbito jurisdiccional. No tiene mayor contenido. Pero en el momento en que vulnere la ley, Artur Mas será desautorizado y sus decisiones, recurridas”, aseguran a El Confidencial fuentes cercanas al Gobierno español. Descartada temporalmente la vía judicial, lo que sí que habrá, en cambio, es “una respuesta política, que es lo que toca en este momento”.

Las fuentes consultadas consideran que “la deriva de Artur Mas traerá consecuencias para todos. Incluso para CiU, que tiene grandes tensiones internas porque muchos militantes ven que esto no va a ninguna parte y que se deberían haber tomado otras iniciativas”. Un ejemplo de ello es la tensión creciente entre Convergència y Unió, las dos formaciones de la Federación de CiU. Los convergentes son masivamente soberanistas, mientras que los democristianos son mayoritariamente confederalistas. “Lo malo es que Artur Mas se ha enrocado y no mueve ficha. De ahí los desencuentros con Josep Antoni Duran Lleida. El que puede, no mueve ficha. Y el que quiere, no puede moverla, porque quien maneja los hilos es el otro”.

Cisma entre CDC y Unió

Respecto al enfrentamiento entre  los dos socios a causa de un comunicado de la Federación de CDC de Barcelona contra Duran, el propio secretario general de Unió, Josep Maria Pelegrí, reclamó en un durísimo comunicado de ayer por la tarde que la dirección de Convergència desautorice a su federación barcelonesa, a la que califica de "sectaria" y de "falta de respeto hacia la discrepancia y, sobre todo, hacia UDC y Duran". Pelegrí considera que los ataques a Duran son "gravísimos" y anuncia que el tema será tratado internamente en los órganos de CiU.

Los motivos de Artur Mas

Pero la gran batalla del presidente catalán es contra otros: Artur Mas dejó meridianamente claro ayer que la culpa de todo la tiene el Estado, porque ahoga a Cataluña. “Estamos haciendo los deberes. Estamos en fase de control de los déficits de la Generalitat, aunque no estamos aún en la fase definitiva. Sin embargo, podríamos anunciar ya la estabilización si tuviésemos la colaboración del Gobierno central”. Lo que hay, enfatizó, es una “gran y permanente deslealtad” de Madrid.

Y detalló los cuatro motivos por los que al “pueblo catalán” no le queda más remedio que exigir la secesión: “Primero, porque el Gobierno central se queda con la parte del déficit que no le toca”. Y esto porque, aunque la UE relajó sus condiciones y permite un déficit para España del 6,3% del PIB, el Gobierno central sólo permite a las autonomías un déficit del 1,5%, a pesar de que éstas soportan un tercio del gasto social.

En segundo lugar, explicó Mas, “no hace ni deja hacer”. Se refería a los recursos interpuestos por el Estado contra el euro por receta, las tasas judiciales y el impuesto sobre depósitos bancarios. “Intentamos mejorar los ingresos de la Generalitat, pero nos cortan las alas”, se quejó.

En tercer lugar, “el Estado no paga sus deudas”. Y es que el año pasado el Gobierno central no abonó ni siquiera los 211 millones de euros que habían quedado pendientes de la liquidación del 2011. Por si fuera poco, los nacionalistas se quejan de que el Estado no invierte en infraestructuras, tal y como recoge la disposición adicional tercera del Estatuto. Es más: el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, afirmó que el Gobierno autonómico no sólo no recibió los ingresos finalistas sobre formación ocupacional y becas universitarias, sino que tuvo que poner dinero para preservar “el funcionamiento del Estado del bienestar”.

Y en cuarto lugar, aseveró el presidente catalán, “el Gobierno central sube los impuestos, pero se lo queda todo él. A las comunidades no nos da ni un euro”. Por ello, remarcó, está justificada la rebelión de Cataluña, la exigencia del “derecho a decidir la soberanía”.

Desde el otro lado del Ebro, las cosas se ven radicalmente distintas. “El año pasado, el Gobierno central dio a Cataluña 11.500 millones de euros, entre anticipos, pagos a proveedores, condonaciones o aplazamientos de deuda. Y para este año, se prevé que la Generalitat reciba entre 8.200 y 8.300 millones de euros más. Por tanto, Mas no puede quejarse. No decimos que nos hagan reverencias, pero lo menos que podía hacer es estarse calladito”.

Al final, pues, la cuestión es sencilla. Todo se reduce a un mero problema crematístico, de liquidez: si Artur Mas tuviese los bolsillos llenos, no se habría metido nunca en el berenjenal de la independencia, porque no se hubiese sentido maltratado por el Estado central. Lo malo es que, iniciado ya el camino, es casi imposible una marcha atrás, entre otras cosas porque los cuadros de Convergència, en estos momentos, ya han asumido el soberanismo preconizado por la cúpula dirigente. Y nadie está dispuesto a hacer acto de contrición y a decir ahora que puede haber otra alternativa que no sea la secesión.

Lo prometido es deuda: Artur Mas ha conseguido cumplir su palabra y el Parlamento catalán celebra hoy su primera sesión con un tema estrella: la votación de una declaración solemne sobre la soberanía de Cataluña. En otras palabras, es una manera de decir Adéu, Espanya, pero sin valor jurídico, porque las declaraciones solemnes de la institución no van más allá de la mera anécdota. En realidad, la Cámara ha votado ya 8 declaraciones a favor del derecho a la autodeterminación de los pueblos, aunque nunca hasta ahora había calificado a Cataluña como “sujeto político y jurídico soberano”. Por tanto, los nacionalistas insisten en que hoy será “un día histórico”.

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