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CiU no descarta la insumisión fiscal con España hasta cerrar el concierto económico
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CREARÍA UNA 'CAJA CATALANA' PARA RECAUDAR

CiU no descarta la insumisión fiscal con España hasta cerrar el concierto económico

Los nacionalistas catalanes ya tienen otra arma más para presionar al Gobierno central a cambio de obtener un concierto fiscal tras las próximas elecciones generales: la

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CiU no descarta la insumisión fiscal con España hasta cerrar el concierto económico

Los nacionalistas catalanes ya tienen otra arma más para presionar al Gobierno central a cambio de obtener un concierto fiscal tras las próximas elecciones generales: la insumisión fiscal. Se trata de abrir una “caja catalana” donde se depositarían los impuestos de los ciudadanos, empresas o instituciones de esta comunidad y que no se entregaría al Estado hasta que no se hubiera alcanzado un acuerdo. En 1899, el entonces alcalde de Barcelona Bartomeu Robert, dio de baja a los establecimientos comerciales para que dejasen de pagar la contribución, medida que luego fue adoptada por otras ciudades. Con ello, protestaban contra la subida de impuestos decretada por el Gobierno de Francisco Silvela. La protesta provocó la dimisión del doctor Robert, pero también la de tres ministros. Más de 50 gremios se sumaron al cierre. “Llamamos la atención de todos nuestros compañeros de tributación respecto al único, aunque radical recurso, que nos queda dentro de lo legal, o sea, darnos de baja de la contribución y cerrar nuestros establecimientos”, decía el texto que establecía también una Junta Sindical Permanente para coordinar la huelga.

La medida de un nuevo “cierre de cajas” fue lanzada el lunes por la noche por Muriel Casals, presidenta de la asociación òmnium Cultural, la más importante del ámbito soberanista (precisamente en el acto que conmemoraba sus 50 años) y este martes se adhirió a ella el presidente del grupo de Convergència i Unió (CiU) en el Parlamento catalán, Oriol Pujol. En declaraciones a la emisora pública Catalunya Ràdio, Pujol reconoció que si a final de legislatura no se ha conseguido un concierto económico similar al vasco, él, “probablemente, la apoyaría. Pero en 4 años posiblemente no hará falta”. Reconoció, sin embargo, que “por un lado nos reclaman unos dineros que supuestamente nos avanzaron con unas previsiones hechas al alza, que no tocaban, pero no nos avanzan lo que nos tenían que avanzar del Fondo de Competitividad. Este es el juego del que tiene el grifo. Por tanto, ¿qué debemos hacer? Tener el grifo. ¿Y qué es el concierto fiscal? Tener el grifo”. Y esto en el horizonte de esta legislatura.

Un censo especial para Cataluña

Es más, Pujol estableció los tempos de las futuras reivindicaciones nacionalistas: primero, una negociación política; luego, un referéndum soberanista; y, por último, un cierre de cajas. “No renunciamos a una consulta y ésos son los tempos. Antes de nada, tenemos la voluntad de reformar la ley de consultas, porque ahora hay que pedir permiso de rodillas al Gobierno del Estado para todo y eso no es una ley de consultas. Por tanto, la queremos reformar y podemos tener consenso en el Parlamento autonómico. Además, se puede hacer de modo que sea perfectamente constitucional. Hay mecanismos para ello. El fallo del plan Ibarretxe fue que intentó utilizar el censo español. Pero se puede dotar al Gobierno de la Generalitat de un censo, no electoral, sino de rodamiento, diferente. Si disponemos de él, se puede articular una consulta. Y eso es antes de una objeción fiscal”.

Este martes, Muriel Casals volvió sobre el tema y estableció más paralelismos con la huelga de hace un año, proponiendo que sean los ayuntamientos los que protagonicen el nuevo cierre de cajas. “Evidentemente, se trata de no hacer efectiva la amenaza hasta que no haya un grueso evidente de gente y entidades dispuestas a hacerlo, de forma que el castigo sea muy espectacular”. Y ello por una cuestión de cajón: “Es más difícil actuar legalmente contra instituciones que contra las personas”.

Desde el Gobierno, la consejera de Justicia, Pilar Fernández Bozal, salió inmediatamente al paso de la bola de nieve iniciada por òmnium y recordó que la Administración tiene los recursos suficientes para cobrar los impuestos. “Aunque no se quiera pagar, se acabará haciendo”, dijo. Una de ellas es, por ejemplo, embargar las cuentas corrientes de los morosos, cosa relativamente fácil con los mecanismos legales de que el Estado dispone en la actualidad. Fernández Bozal también advirtió sobre los peligros del llamamiento a la insumisión fiscal.

Los nacionalistas catalanes ya tienen otra arma más para presionar al Gobierno central a cambio de obtener un concierto fiscal tras las próximas elecciones generales: la insumisión fiscal. Se trata de abrir una “caja catalana” donde se depositarían los impuestos de los ciudadanos, empresas o instituciones de esta comunidad y que no se entregaría al Estado hasta que no se hubiera alcanzado un acuerdo. En 1899, el entonces alcalde de Barcelona Bartomeu Robert, dio de baja a los establecimientos comerciales para que dejasen de pagar la contribución, medida que luego fue adoptada por otras ciudades. Con ello, protestaban contra la subida de impuestos decretada por el Gobierno de Francisco Silvela. La protesta provocó la dimisión del doctor Robert, pero también la de tres ministros. Más de 50 gremios se sumaron al cierre. “Llamamos la atención de todos nuestros compañeros de tributación respecto al único, aunque radical recurso, que nos queda dentro de lo legal, o sea, darnos de baja de la contribución y cerrar nuestros establecimientos”, decía el texto que establecía también una Junta Sindical Permanente para coordinar la huelga.

Cataluña Oriol Pujol