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Todos admiten contactos con Millet, pero dicen que no les presionó para construir el hotel del Palau
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AYUNTAMIENTO DE BARCELONA Y OPOSICIÓN, ANTE EL JUEZ

Todos admiten contactos con Millet, pero dicen que no les presionó para construir el hotel del Palau

Gobierno y oposición del Ayuntamiento de Barcelona coincidieron ayer en el juzgado de instrucción número 10 de Barcelona, que investiga las supuestas anomalías del ex presidente

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Todos admiten contactos con Millet, pero dicen que no les presionó para construir el hotel del Palau

Gobierno y oposición del Ayuntamiento de Barcelona coincidieron ayer en el juzgado de instrucción número 10 de Barcelona, que investiga las supuestas anomalías del ex presidente del Palau de la Música para construir un hotel de lujo al lado de la institución musical. El ex primer teniente de alcalde, Carles Martí, el actual teniente de alcalde Ramon García-Bragado y el líder de CiU en el consistorio, Xavier Trias, dieron sus explicaciones ante la jueza Miriam de Rosa. De sus testimonios se desprende que no hubo presiones ni tratos de favor. Ni, mucho menos, tráfico de influencias. Esta actitud desmonta una de las acusaciones del fiscal, que había atisbado indicios de este delito en la actuación de los dos principales implicados, Fèlix Millet y Joprdi Montull, presidente y director administrativo del Palau respectivamente.

 

La declaración más esperada era la de Trias. Por algo en la carpeta roja que Fèlix Millet olvidó en su despacho se encontraron cartas del prohombre barcelonés al edil convergente. En ellas, le pedía que intercediera ante las autoridades municipales para que el proyecto fuera aprobado. Incluso en una de las misivas le recordaba que, como siempre, se verían el verano próximo en Menorca, donde ambos eran vecinos. “Con el señor Millet he tenido una relación de hablar de vez en cuando, pero nunca presionó para que esto fuese más rápido”, declaró Trias tras salir de su breve comparecencia en el juzgado.

Sus aseveraciones coinciden también con lo manifestado a El Confidencial por fuentes cercanas al caso: en un principio, nadie apoyaba el proyecto del hotel porque el arquitecto había previsto derribar las paredes, circunstancia que no podía llevarse a cabo porque se trataba de edificios catalogados. Trias le manifestó a Millet que ni él ni su grupo aprobarían el proyecto tal y como fue presentado en primera instancia. A partir de ahí, se modificaron los planos y se eliminó la plaza prevista para preservar las fachadas modernistas de los edificios que ocupaban los solares. Además, como casi todos, se enteró de que Millet había vendido los terrenos a Olivia Hotels demasiado tarde, cuando el trámite municipal estaba en la recta final. “Estábamos convencidos de que la tramitación era del Palau”, subrayó, lo que concuerda tanto con la querella del fiscal Antoni Pelegrín como con las conclusiones de la jueza.

El líder convergente negó, asimismo, que hubiese intercedido ante la concejal del distrito, Itziar González -con la que mantenía excelentes relaciones-, para acelerar el proyecto, aunque reconoció que hubo peticiones de Millet y de su mano derecha, Jordi Montull, en este sentido.

Nadie se sintió presionado

). García-Bragado se enteró, como todos, de que Millet había vendido los solares a Olivia Hotels el verano pasado, cuando estalló el escándalo.

Carles Martí -el chivo expiatorio del fracasado referéndum sobre el futuro de la Diagonal que promovió Jordi Hereu y por el que dimitió para salvar la cabeza de su jefe- siguió la misma tónica. Fue concejal del distrito de Ciutat Vella, donde está enclavado el Palau y el polémico hotel, responsable de Cultura y primer teniente de alcalde, por lo que su relación con Millet y Montull fue continua. Pero advirtió que nunca le pidieron nada extraordinario ni le presionaron de ninguna manera. Sólo, de vez en cuando, comentaban el tema de cómo iba el expediente, pero nada más.

Todos coincidieron en que, tal y como se había planteado el tema en última instancia, el proyecto era bueno y beneficioso tanto para la ciudad como para los vecinos o el propio Palau. Pero las circunstancias han cambiado y por eso se ha paralizado ahora el proyecto. Las sospechas sobre las actuaciones de Millet y Montull, así como las pruebas acumuladas sobre su gestión, arrojan sombras de dudas razonables sobre los buenos propósitos de la operación.

Gobierno y oposición del Ayuntamiento de Barcelona coincidieron ayer en el juzgado de instrucción número 10 de Barcelona, que investiga las supuestas anomalías del ex presidente del Palau de la Música para construir un hotel de lujo al lado de la institución musical. El ex primer teniente de alcalde, Carles Martí, el actual teniente de alcalde Ramon García-Bragado y el líder de CiU en el consistorio, Xavier Trias, dieron sus explicaciones ante la jueza Miriam de Rosa. De sus testimonios se desprende que no hubo presiones ni tratos de favor. Ni, mucho menos, tráfico de influencias. Esta actitud desmonta una de las acusaciones del fiscal, que había atisbado indicios de este delito en la actuación de los dos principales implicados, Fèlix Millet y Joprdi Montull, presidente y director administrativo del Palau respectivamente.

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