Es noticia
La última guerra cochista se libra en una de las plazas favoritas de Lope de Vega
  1. España
  2. Castilla y León
CONFLICTO EN LERMA, BURGOS

La última guerra cochista se libra en una de las plazas favoritas de Lope de Vega

El Ayuntamiento de Lerma planea peatonalizar una de las plazas más emblemáticas del país ante la oposición de los comerciantes, que creen que perderán parte de su negocio

Foto: La plaza mayor de Lerma funciona como un aparcamiento al aire libre. (Wikipedia)
La plaza mayor de Lerma funciona como un aparcamiento al aire libre. (Wikipedia)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un entretenimiento habitual en las redes sociales consiste en compartir imágenes de la plaza mayor de una ciudad cuando aún se podía aparcar en ella. El proceso de peatonalización del centro de las ciudades de España, que arrancó en los años 60 y tomó velocidad a principios de siglo, sucedió antes de que nacieran muchos ciudadanos, que hoy contemplan boquiabiertos cómo los coches pasaban por debajo del acueducto de Segovia o atascaban el casco histórico de Salamanca hasta bien entrados los años 90.

Hoy es muy complicado encontrar una plaza histórica a la que puedan acceder los vehículos privados, no digamos ya estacionar. Una de las excepciones es Lerma, a 40 kilómetros al sur de Burgos, donde ayuntamiento y comerciantes mantienen un pulso por la peatonalización de la plaza mayor. Flanqueada por el Palacio del Ducal del Lerma y por el monasterio de San Blas, se trata de una de las plazas más grandes de España, con casi 7.000 metros cuadrados de superficie. Desde el siglo XVII, la plaza ha funcionado como mercado, plaza de toros, corral de comedia y, en las últimas décadas, como 'parking' al aire libre.

En los días pico, los fines de semana y periodos vacacionales, la plaza, cuyos arcos han visto a Lope de Vega y Góngora declamar, alberga más de cien vehículos estacionados. Es una circunstancia que preocupa desde hace tiempo en la corporación municipal: "Esta es una villa que vive del turismo. Si queremos un entorno histórico bonito y agradable, no podemos tenerlo lleno de coches que, además de impedir disfrutar de sus monumentos, y hasta poderse hacer fotos, ensucia y contamina la villa", explicó la alcaldesa en enero, como adelanto a una nueva ordenanza que aún no se ha aprobado, pero que prevé restricciones al tráfico en todo el casco histórico.

Pese a lo extemporánea de la medida, los comerciantes del pueblo se oponen como se hacía treinta años atrás. Han llenado la villa de adhesivos en los que puede leerse "no a la peatonalización del casco histórico". Consideran que la regulación terminará por ser un corte de tráfico, lo que perjudicará sus negocios, además de complicarle la vida a los vecinos de edad avanzada de la zona. Al frente de la asociación está Ana Carmen Ortega, dueña de una pescadería que permite pedir la vez a través de WhatsApp: "La cuestión de la peatonalización del casco histórico va más allá de la plaza, pero prefiero no hablar en estos momentos, porque aspiramos a que el ayuntamiento nos escuche y entre en razón", dice a este periódico.

Una anomalía urbanística

No es la primera vez que estos comerciantes frenan el futuro. Hace cuatro años, una candidatura independiente gobernó en Lerma e intentó cerrar el paso de la plaza a los automóviles sin éxito. Se encontró no solo con la oposición de los empresarios, cuyos negocios están relacionados con el turismo, sino también de Ciudadanos, que ejercía en la legislatura como socio de gobierno.

De este modo, la alcaldesa María del Carmen Castrillo intenta llevar adelante la iniciativa como los tédax tratan los explosivos: con tino. De su posición inicial, en la que aseguraba que en Lerma no hacen falta más plazas de aparcamiento, ha pasado a ofrecer el montante de los Fondos Provinciales, en torno a 200.000 euros, para la creación de un nuevo 'parking' en el entorno de la plaza de toros.

El ayuntamiento pide calma y anuncia que si la ordenanza no funciona, se cambiará

También ha cedido en la idea de instalar bolardos o cámaras para el control del tráfico pero, con todo, se cura en salud: "Si cuando se apruebe la ordenanza vemos que no funciona, la cambiaremos", explicaba esta semana al Diario de Burgos. En esta línea, Castrillo advierte que las regulaciones de tráfico no equivalen al cierre de negocios, sino al revés, y que si esta medida se hubiera tomado hace una década, quizá se habría salvado buena parte de los comercios de la Calle Mayor.

La plaza de Lerma, considerada unas de las joyas del turismo en Castilla y León, es una anomalía urbanística. Cuando la mayor parte de los cascos urbanos de toda Europa llevan décadas peatonalizados, Lerma resiste como último bastión del cochismo más recalcitrante, el que considera que cualquier espacio público es susceptible de emplearse como aparcamiento. Cómo esto afecta al turismo es controvertido: en los mensajes de Tripadvisor se pueden encontrar tanto entusiastas de aparcar en la histórica plaza como a turistas que se muestran contrariados por encontrarse tantos coches frente al palacio del Duque de Lerma.

En las próximas semanas se presentará la ordenanza, que tendrá que pasar por el pleno municipal, compuesto por seis ediles socialistas, impulsores de la medida, y cinco del Partido Popular, que aún no han fijado el sentido de su voto, pero ya se opusieron a la reforma de 2019.

Un entretenimiento habitual en las redes sociales consiste en compartir imágenes de la plaza mayor de una ciudad cuando aún se podía aparcar en ella. El proceso de peatonalización del centro de las ciudades de España, que arrancó en los años 60 y tomó velocidad a principios de siglo, sucedió antes de que nacieran muchos ciudadanos, que hoy contemplan boquiabiertos cómo los coches pasaban por debajo del acueducto de Segovia o atascaban el casco histórico de Salamanca hasta bien entrados los años 90.

Burgos
El redactor recomienda