Una semana sin Manuel: un ladrón, la única pista tras la desaparición de un vecino de Granada

Manuel Alabarce es un hombre extrovertido, de esos que no pasan desapercibidos. Recorría de forma incansable las calles de la zona Norte de Granada con su motocarro, haciendo portes de un sitio a otro con una energía desbordante, buscándose la vida. Tiene una discapacidad del 60% y lleva desaparecido desde hace una semana, desde el sábado 5 de marzo. Y todas las circunstancias que rodean su caso no hacen sino incrementar la inquietud de familiares y vecinos, que todos los días salen a buscarle por los alrededores del barrio, aunque la pista más firme es un hombre sin relación con la familia que actualmente está detenido.

Este sujeto fue sorprendido en el domicilio de Manuel el mismo día de su desaparición. Fue la hermana quien le encontró in fraganti en su piso. Aseguró que había firmado un contrato de venta por valor de 6.000 euros. Le entregó las llaves del motocarro y el móvil de Manuel, que había sido reseteado para hacer desaparecer todos los datos. El hombre se fue, pero intentó volver a la casa y fue sorprendido por el hermano, Emilio, que no pudo atraparle. No obstante, se quedó en las inmediaciones porque estaba seguro de que iba a volver para seguir robando en el piso.

Y así fue, a las siete de la mañana del domingo intentó entrar de nuevo y Emilio consiguió esta vez retenerlo hasta la llegada de la Policía Nacional. “No es del barrio porque no le conocemos, es un drogadicto que entró a robar en la casa de mi hermano, no se trata de un okupa”, señala el hermano del desaparecido, que afirma que el detenido fue visto conduciendo el motocarro justo la mañana de la desaparición, vehículo que finalmente apareció en la calle Joaquina Eguaras.

Emilio, cuando habla de su hermano, se refiere a él como un “niño muy bueno”, aunque tiene 42 años. “Es que es como un niño chico, jamás busca problemas y está todo el día haciendo cosas, recogiendo chatarra, vendiendo patatas…”, señala.

Este viernes fue citado por la Policía Nacional para declarar y, de momento, no tiene más información que la publicada en los medios porque el caso está bajo secreto de sumario. “Sólo esperamos que el detenido hable porque tiene que saber dónde está mi hermano”, apunta.

La parroquia de La Paz, un barrio castigado por la marihuana y los cortes de luz, es el lugar en el que se reúnen cada día los vecinos para comenzar la búsqueda. El párroco, Mario Picazo, señala que el desaparecido “es un vecino que se relaciona muy bien con todo el mundo”. ”Es como se dice un buscavidas, muy servicial, le gustaba mucho la música y alquilaba equipos para actuaciones, un chico muy querido y muy pacífico que nunca salía del barrio a no ser que fuera acompañado, por eso es tan rara su desaparición, aunque en este barrio ya no extraña nada”, lamenta.

Por su parte, Joaquín Amils, presidente de SOS Desaparecidos, afirma que se trata de un caso muy complejo por todas las circunstancias que lo rodean. “En el caso de las personas vulnerables el tiempo es el peor enemigo”, señala sobre un desaparecido que, además, necesita medicación. “Las primeras horas son fundamentales y todas las señales que nos llegan no nos hacen ser optimistas, el hombre detenido es el que tiene la llave para saber la verdad”, concluye.