Es noticia
Corulla, cabizbaja ante el juez: “Es una desgracia estar sentada en este banquillo”
  1. España
  2. Andalucía
AFIRMA QUE NO LLEVABA LOS NEGOCIOS DE ROCA

Corulla, cabizbaja ante el juez: “Es una desgracia estar sentada en este banquillo”

La abogada Montserrat Corulla, una de las imputadas más esperadas en el juicio de Malaya, prestó este martes declaración en la Ciudad de la Justicia. La

Foto: Corulla, cabizbaja ante el juez: “Es una desgracia estar sentada en este banquillo”
Corulla, cabizbaja ante el juez: “Es una desgracia estar sentada en este banquillo”

La abogada Montserrat Corulla, una de las imputadas más esperadas en el juicio de Malaya, prestó este martes declaración en la Ciudad de la Justicia. La mujer de confianza de Juan Antonio Roca se sentó en el banquillo mostrando una imagen a la que no está acostumbrada la sala: ojerosa, sin maquillaje, con una coleta anudada al cuello, camisola verde revestida de un guardapolvo beige y con un talante sorprendentemente dócil. Solo a preguntas de Francisco Soriano mostró su perfil más “afinado”, tal y como ya ocurrió en la instrucción del caso, donde la tensión entre Juan Antonio Roca y los abogados Soriano y Manuel Sánchez Zubizarreta fue máxima.

Soriano recordó a la imputada que ella misma dejó su currículo “en el gabinete jurídico del despacho”, aunque Corulla siempre repita que fue Roca quien la contrató a petición propia. Montse, cabizbaja, se lamentó: “Para mi desgracia me encuentro tristemente aquí sentada”.  

La imputada se mantuvo serena ante las cuestiones que le planteó el fiscal anticorrupción Juan Carlos López Caballero. Se ratificó en todo lo que había mantenido en las cuestiones previas y quiso dejar muy claro que ella estaba al frente de los negocios hoteleros del presunto cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, pero siempre como administradora de varias de sus sociedades.

Corulla le aclaró al ministerio público que su papel societario era “puramente formal". "Ni gestioné contratos, ni intervine en la contabilidad, ni llevaba temas financieros, ni intermediaba en temas mercantiles. Lo que hacía eran los proyectos hoteleros, no tengo conocimientos financieros, ni ejercía como abogada en la redacción de los contratos”.

Con un lenguaje exquisito y desnuda de su habitual prepotencia, solo tuvo palabras de "sí, señor", “no, señor”, “como usted convenga”, para el ministerio Fiscal. Frases que acariciaba con contundentes términos jurídicos que se sabía al dedillo. Su abogado apenas tuvo que interrumpir su comparecencia, pues ella supo defenderse a la perfección.

"Hay muchos empresarios imputados y eso no significa que sus empleados hayan cometido algún delito. Yo supe de la detención de Roca pero no temía por mí porque yo desarrollaba una actividad legítima. Nunca oculté en los negocios la identidad de Roca. Los socios o constructores siempre tuvieron trato directo con él. Si estos señores negaron conocerlo, quizá fue por miedo al procedimiento”, argumentó.

“No usé el teléfono encriptado”

En la vista, Montserrat Corulla admitió que recibió un teléfono que Jaime Hachuel le dejó en la mesa del despacho de Príncipe de Vergara para que lo utilizara. “Me dejaron allí un móvil que yo nunca utilicé. Y por supuesto que no sabía que estaba encriptado. Creo que, por lo que se ha visto públicamente en mis conversaciones, soy muy directa y muy clara y no tengo nada que ocultar”.

Respecto a los proyectos hoteleros, Corulla negó la mayor: que el palacio de Villagonzalo, en Madrid, se comprara con 13 millones de euros en efectivo, como sostiene la Policía. “Eso es falso. Nunca en ninguna de las compras que se han efectuado se ha empleado dinero en efectivo".

En todo momento de la comparecencia, la discípula de Roca guardó las espaldas de su maestro. Corulla explicó que entró a trabajar para él en 2001, y aunque no admitió que supiera que Roca trabajara en la sociedad municipal marbellí Planeamiento 2000, sí que dijo que “sabía que trabajaba para el Ayuntamiento, pero no en qué puesto”. Para ella, Roca solo era “un gran empresario inmobiliario".

Contra las cuerdas

A pesar de tener muy estudiada su puesta en escena, el  lenguaje corporal delató por momentos a la letrada. Cuando no sabía qué contestar o dudaba de sus palabras, empinaba la botella de agua mineral en su boca o cruzaba sus brazos hieráticamente. Ocurrió así durante el interrogatorio que mantuvo con Soriano, que fue el único abogado capaz de ponerla contra las cuerdas. Incluso el juez le echó un capote a la imputada interrumpiendo al letrado por el tono de su interrogatorio.

Soriano le cuestionó muchos aspectos en los que ella dudó. Y cuando Corulla declaró tajantemente que fue contratada por Roca, el letrado le recordó: “¿No se acuerda usted que dejó su currículo en nuestro gabinete jurídico?” Pregunta en la que Montserrat se fue por la tangente, porque en la vista del martes Óscar Benavente declaró que fue él quien presentó personalmente Montserrat a Roca.  

La risa de la letrada

Corulla también fue interrogada por el barco Salduba. El abogado de la Junta de Andalucía le cuestionó la adquisición en junio de 2003 de este yate valorado en 500.000 euros efectuada por la sociedad San Mateo Palace, administrada por ella misma. "Yo no decidía qué bienes se ponían a nombre de cada sociedad, no tenía capacidad de decisión, yo seguía con mi proyecto hotelero. Yo no dudo que los fondos que se usen sean absolutamente legales, los 500.000 euros provienen de un cheque previo”. Y aquí, al explicarlo, se volvió a poner nerviosa.

La única sonrisa que Montserrat Corulla esbozó en la vista se la provocó el letrado de Salvador Gardoqui, pero la discípula de Roca justificó esa actitud: “Me río porque él ha dicho que se llevaba muy mal conmigo, y eso me hace gracia”. Gardoqui, que declaró después de Montserrat Corulla, está considerado en el auto de procesamiento como otro de los presuntos testaferros y contable de Roca además de ser titular de sociedades como Maras Asesores, Helioponto Marbella o Marbella Airways.

La abogada Montserrat Corulla, una de las imputadas más esperadas en el juicio de Malaya, prestó este martes declaración en la Ciudad de la Justicia. La mujer de confianza de Juan Antonio Roca se sentó en el banquillo mostrando una imagen a la que no está acostumbrada la sala: ojerosa, sin maquillaje, con una coleta anudada al cuello, camisola verde revestida de un guardapolvo beige y con un talante sorprendentemente dócil. Solo a preguntas de Francisco Soriano mostró su perfil más “afinado”, tal y como ya ocurrió en la instrucción del caso, donde la tensión entre Juan Antonio Roca y los abogados Soriano y Manuel Sánchez Zubizarreta fue máxima.

Marbella Caso Malaya Juan Antonio Roca