Albares aplaza su visita a Argel al enterarse de que el presidente Tebboune no le recibirá

La visita ministerial que debía acabar de sellar la reconciliación entre España y Argelia ha sido aplazada sine die el domingo por la noche, apenas 12 horas antes de que se iniciara. El Ministerio de Asuntos Exteriores informó que se aplazaba "por razones de agenda argelina" el primer viaje a Argel del ministro José Manuel Albares tras la larga crisis bilateral (marzo de 2022-noviembre de 2023). No dio más detalles.

En la agenda de Albares, el lunes 12 en Argel, solo figuraba una reunión con su homólogo, Ahmed Attaf. Es, sin embargo, tradición que el presidente de la República, Abdelmadjid Tebboune, reciba en el palacio de El Mouradia a los huéspedes extranjeros que pasan por Argel. Lo hizo con el propio Albares, el 30 de septiembre de 2021, y los diarios argelinos daban casi por hecho que volvería a suceder este lunes. A Josep Borrell, el alto representante para la política exterior de la UE, hasta le ofreció un almuerzo por todo lo alto en marzo de 2023.

La agenda de Tebboune no permitía hacer un hueco para una audiencia con el huésped español, según comunicaron los responsables argelinos a sus interlocutores españoles a última hora del domingo. Albares, desairado, renunció a desplazarse a Argel, según una fuente diplomática. Llevaba semanas preparando la cita y había invitado a acompañarle a varios periodistas.

En realidad, Tebboune ha querido, probablemente, con su gesto inhospitalario significar al Gobierno de España que la reconciliación no es del todo plena. Cuando estalló la crisis bilateral, el presidente tuvo palabras más duras que su ministro de Asuntos Exteriores, entonces Ramtane Lamamra, hacia el Gobierno español.

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Lo que hizo Sánchez con relación al Sáhara Occidental es "ética e históricamente inadmisible", denunció entonces Tebboune ante las cámaras de televisión argelina, en abril de 2022. "Exigimos la aplicación [por España] del derecho internacional para que nuestras relaciones vuelvan a ser normales", repitió más de una vez. España "debe revisar su posición", insistió, pero no hubo rectificación.

La crisis se desató por el alineamiento del presidente Pedro Sánchez con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Lo puso por escrito en una carta enviada a Mohamed VI que este hizo parcialmente pública, mediante un comunicado real, el 18 de marzo de 2022. En Argel, se enteraron por la prensa de ese volantazo en la política exterior española. Tebboune ordenó que se llamara a consultas a su embajador en Madrid, Said Moussi. El puesto quedó vacante 20 meses. En diciembre pasado, nombró a Abdelfetah Daghmoun para hacerse cargo de la embajada.

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Más tarde, en junio de 2022, se añadieron las sanciones comerciales de Argelia a España. En la práctica, se vetaron las importaciones de productos españoles y se impidió a las empresas españolas presentarse a las licitaciones públicas. Las ventas de las empresas españolas cayeron en picado. Argelia siguió, no obstante, suministrando gas a España a través del gasoducto Medgaz.

Desde hace unas semanas, el Ministerio de Comercio argelino ha abierto un poco la mano. Permite importar de España aves de corral, carnes rojas y huevos para incubar. Casi nada comparado con el comercio boyante de otros tiempos. Los empresarios que hasta mediados de 2022 exportaban a Argelia tenían puestas grandes esperanzas en esta visita de Albares, que podría suponer el desbloqueo.

En ninguno de sus viajes a Marruecos, Albares ha sido recibido por Mohamed VI. Ni siquiera el presidente Sánchez tuvo derecho a una audiencia real cuando visitó Rabat, en febrero de 2023, con motivo de la cumbre bilateral entre los dos gobiernos. El monarca estaba entonces de vacaciones en Gabón y, en contra de lo previsto, no regresó a su país para recibir al jefe del Gobierno español. Aun así, Sánchez no reaccionó enfadándose ante ese desplante.

Los hábitos de la jefatura del Estado son diferentes entre los dos países vecinos y enemistados del Magreb. En Argelia, las puertas del palacio presidencial de El Mouradia están abiertas para casi todos los huéspedes extranjeros. En Marruecos, las de los palacios reales que habita el soberano, en Rabat, Fez o Tánger, suelen estar cerradas desde hace años.