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La incógnita Calviño complica a Sánchez la formación de Gobierno
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La incógnita Calviño complica a Sánchez la formación de Gobierno

La vicepresidenta quiere culminar la presidencia europea para pactar las reglas fiscales e irse después al BEI. El mundo económico ya baraja sustitutos: Escrivá, García Andrés, De Cos, Delgado y Núñez

Foto: Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta Nadia Calviño. (Europa Press/Eduardo Parra)
Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta Nadia Calviño. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La incertidumbre sobre si Nadia Calviño será finalmente la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) dificulta a Pedro Sánchez la formación del Gobierno, ahora que el acuerdo con Junts ha despejado totalmente la investidura. En la Moncloa contaban con que a estas alturas estaría más que claro que ella era la elegida. El proceso se ha retrasado y aunque su candidatura ha contado en las últimas horas con el espaldarazo de Alemania, Sánchez se puede ver obligado a decidir sobre su continuidad, sin tener totalmente atado el sillón del BEI.

En solo una semana, habrá nuevo Gobierno. La sesión plenaria para que el presidente obtenga la confianza de la Cámara se celebrará los días 15 y 16, este miércoles y jueves, y cuenta con una mayoría absoluta suficiente para ser designado presidente en la primera votación. Eso supone que la toma de posesión ante el Rey sería el viernes y que inmediatamente se volcará en la composición del nuevo Ejecutivo de coalición. Los ministros jurarían el cargo ese mismo lunes, si Sánchez actúa como lo hizo hace cuatro años.

La decisión sobre Calviño es crucial. El presidente debe resolver si permanece en el Gobierno y en enero, una vez que se haya aclarado si se va al BEI, hace un nuevo ajuste en su Gabinete. O si directamente la deja fuera, confiado en que el futuro de su vicepresidenta está en Luxemburgo, sobre todo ahora que el canciller alemán, Olaf Scholz, ha garantizado su apoyo, en una reunión bilateral con Sánchez durante el congreso de los socialistas europeos en Málaga.

El propósito de la vicepresidenta siempre ha sido permanecer en el Ejecutivo hasta finales de año, para culminar la presidencia española de la UE, y marcharse después al Banco de Inversiones. Fuentes gubernamentales aseguran que lo tiene pactado así con el presidente. Pero internamente, tanto en el Gobierno como en el partido, no se acaba de entender que sea ratificada al frente del Ministerio de Economía a mediados de noviembre para dejar el puesto en solo mes y medio. "No se sabe si la mismísima vicepresidenta repite o no" y eso provoca "que haya varias alineaciones en el aire", señalan las fuentes consultadas.

"El gran nombre"

La importancia del puesto de Calviño no solo es por la relevancia del área económica, sino porque afecta al reparto de vicepresidencias. Ella ocupa ahora la primera, pero quien la sustituya puede ser únicamente ministro y volver así a una vicepresidencia política (como en la etapa de Carmen Calvo), para la que quien suena con más fuerza es María Jesús Montero.

Que no esté claro el futuro de Calviño, reconocen en el partido, es un "problema", porque se espera que Sánchez haga una "limpia" en su equipo. "Etapa nueva, Gobierno nuevo", apuntan. La sensación de que habrá muchos cambios está muy extendida en el Ejecutivo y en el PSOE. Y es muy posible que afecte también a las portavocías en el Congreso y en el Senado. Se intuye que el relevo "será importante" porque, y en esto también existe una gran unanimidad, se necesita un Gobierno "con más capacidad política". "Hace falta gente de más peso". Pero "el gran nombre", afirman, puede ser el responsable de Economía.

placeholder La ex directora general del Tesoro y miembro del consejo de gobierno del Banco de España, Soledad Núñez. (EFE/Biel Aliño)
La ex directora general del Tesoro y miembro del consejo de gobierno del Banco de España, Soledad Núñez. (EFE/Biel Aliño)

En las grandes empresas y en el sector financiero se empiezan a escuchar posibles sustitutos de Calviño. El que más suena es José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. También se ve con capacidades al actual número dos de la vicepresidenta, el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés.

Aunque en el sector financiero se considera que podría haber tráfico entre la plaza de Cibeles (Banco de España) y el ministerio. Los mandatos del gobernador, Pablo Hernández de Cos, y la subgobernadora, Margarita Delgado, vencen a mediados del próximo año, por lo que podrían no ver con malos ojos ocupar la cartera económica.

De Cos parece complicado, porque ya fue relacionado con el posible Gobierno del PP, y Delgado tiene un perfil muy bancario. Podría haber una tercera opción, la consejera del Banco de España Soledad Núñez, que tuvo cargos económicos de primera fila en el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero. Sánchez también tendrá que pensar a la inversa: a quién coloca en el Banco de España dentro de unos meses, para lo que se barajan nombres similares como los de Escrivá y Delgado.

Foto: La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, candidata al BEI. (EFE/Pablo Garrigós)

La candidatura de Calviño para el BEI se ha alargado más de lo previsto. Cuando la vicepresidenta económica anunció su intención de competir por el puesto, el pasado 11 de agosto, se esperaba que el resultado se conociera en la cumbre europea que tuvo lugar a mediados de septiembre en Santiago. Sin embargo, la decisión se ha ido retrasando reunión tras reunión de los ministros de Economía (Ecofin), hasta el punto de que el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, ha urgido a Alemania y a Francia a decantarse. Alemania lo acaba de hacer y la interpretación en el Gobierno es que Scholz no ha dado este paso sin tratarlo antes con París.

Pese a ello, para conseguir este cargo hace falta el apoyo del 68% de capital, para lo que es fundamental el respaldo de los grandes accionistas (Alemania, Francia, que todavía no se ha pronunciado, Italia y España) y, además, que den el visto bueno 18 de los 28 países. De modo que el respaldo alemán es importante, pero no definitivo. Por ello, aunque el proceso pueda resolverse en el Ecofin extraordinario de finales de mes o en el ya fijado de principios de diciembre, en el entorno financiero no se descarta que el apoyo de Alemania no sea suficiente y el proceso se demore hasta 2024, aunque implique una prórroga del actual presidente del BEI.

placeholder El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (Europa Press/A. Pérez Meca)
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (Europa Press/A. Pérez Meca)

Con uno u otro escenario, el plan de Calviño es seguir hasta que acabe la presidencia española. La vicepresidenta ha pilotado la negociación de las futuras reglas fiscales de la UE, que entra ahora en su fase final. Calviño querría cerrar el expediente, el principal del semestre español y que marcará un hito en la historia de la gobernanza económica del club. El acuerdo antes de que termine el año determinará el éxito o fracaso de la presidencia española del Consejo de la UE en los aspectos de economía. Si no se cierra el pacto antes del 31 de diciembre de 2023, el calendario empezará a acumular retrasos y se hará difícil completar la reforma en esta legislatura europea.

Aunque el trabajo técnico lo está liderando Carlos Cuerpo, secretario del Tesoro, habrá un momento dado, entre las últimas semanas de noviembre y la primera quincena de diciembre, que el asunto requerirá de implicación política. Ahí sería el momento en el que Calviño, o la persona que ocupe el Ministerio de Economía, debería involucrarse. Los últimos flecos son siempre los más difíciles de cerrar. Y en esas negociaciones importa mucho el aspecto personal: que el ministro a cargo de la presidencia conozca personalmente a sus colegas, que sepa si el ministro alemán se está tirando un farol o si va en serio, que sepa construir consensos y entender la dinámica de lo que ocurre en la habitación. Ese sería un trabajo todavía más difícil para un ministro recién elegido. Unos factores que seguro estarán sobre la mesa cuando Sánchez diseñe su equipo.

La incertidumbre sobre si Nadia Calviño será finalmente la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) dificulta a Pedro Sánchez la formación del Gobierno, ahora que el acuerdo con Junts ha despejado totalmente la investidura. En la Moncloa contaban con que a estas alturas estaría más que claro que ella era la elegida. El proceso se ha retrasado y aunque su candidatura ha contado en las últimas horas con el espaldarazo de Alemania, Sánchez se puede ver obligado a decidir sobre su continuidad, sin tener totalmente atado el sillón del BEI.

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