Dudas y confusión en Sumar: la amnistía que Díaz no consultó ni con sus propios aliados

Si había dudas entre los aliados de Sumar sobre la estrategia de Yolanda Díaz para vender la ley de amnistía, el dictamen jurídico hecho público el martes deja abiertos nuevos interrogantes para los integrantes de este espacio político. Buena parte de las formaciones de la coalición reconocen que no tuvieron conocimiento previo del informe antes de que viera la luz. Otras, como Izquierda Unida, apenas estaban al tanto de los elementos principales de esta propuesta, manejada principalmente por el núcleo duro de la vicepresidenta en funciones y los comunes. Podemos se desmarcó el lunes de este informe jurídico, que tampoco conocían, y su portavoz, Isabel Serra, afirmó que la propuesta sobre cómo articular la amnistía y sus posibles límites "es solamente de Yolanda Díaz".

El miércoles, el hombre al frente de los contactos con las formaciones independentistas por parte de Sumar, Jaume Asens, diluyó aún más el papel que deberá jugar este documento, acogido con frialdad por las formaciones independentistas, y con indiferencia por el PSOE. En una entrevista en TVE, Asens justificó que las formaciones que componen la coalición no conocieran el contenido "para evitar filtraciones", y afirmó que es una propuesta que someterán "a consulta a la interna". "Será discutida en el seno del partido", "está hecha con vocación de apertura, de recibir mejoras", apuntó. Precisó que, de esa deliberación, surgirá otro documento. Y lo hizo dos días después de que Sumar se desvinculase oficialmente de este informe, ahondando en esa línea.

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"Es un documento que nos vincula a nosotros, en la medida en que lo hemos encargado nosotros", afirmó Asens, encargado de coordinar al grupo de 20 juristas que han elaborado el dictamen. El lunes, el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, lo rebajaba a la categoría de "reflexión académica", y pedía diferenciar entre el dictamen jurídico que ya ha visto la luz y la propuesta concreta de Sumar para el articulado de una ley de amnistía, que aún no se conoce. En un acto del grupo de La Izquierda del Parlamento Europeo, este miércoles, Díaz afirmó que "tenía mucho riesgo lo que hacíamos ayer en Cataluña", vendiendo la valentía de su espacio político, pero sin dar más detalles.

Que Asens afirmara que han trasladado a los socialistas y a Junts esta receta, y que "el PSOE tiene su propuesta, que no coincide con la nuestra", tampoco contribuyó a la calma. El dirigente de los comunes afirmó que el socio mayoritario de la coalición en funciones planteó sus "pegas" e incidió en que tienen una receta propia, en un momento en el que el Pedro Sánchez mide cautelosamente cada paso en esta materia. El ala socialista ha ninguneado la labor de Sumar en estas conversaciones, y ha dejado claro que es el candidato a la investidura quien toma las decisiones. Y que ahora toca fundir a negro y evitar que trasciendan detalles sobre las conversaciones.

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Distintos aliados manifestaban su estupefacción por lo que consideran una estrategia errática, que Pablo Iglesias explicó el miércoles, en TV3, como un intento de Díaz por recuperar protagonismo en una negociación en la que el PSOE la ha relegado a una esquina. El martes, Aitor Esteban, portavoz del PNV, criticó el "deseo" de Díaz de ser "el perejil de todas las salsas". "Cuantas más manos hay en el guiso, más complejo se hace", advirtió. En el espacio político de Sumar hay quienes comparten esta lectura.

Entre sus propias filas no entienden el enorme esfuerzo político y comunicativo destinado a allanar el camino a esta iniciativa, en lugar de hacer énfasis en sus propias propuestas políticas en el marco de las negociaciones para conformar el nuevo Gobierno. Hasta el pasado lunes, Sumar no enumeró la mayoría de sus reivindicaciones programáticas a los socialistas para reeditar la coalición, mientras algunos de sus aliados, de Podemos a IU, pasando por Compromís, llevaban semanas vendiendo sus recetas. Faltan recetas políticas propias, lucir perfil propio frente al PSOE, abundan.

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El discurso oficial de Sumar pasa por asegurar que Sánchez logrará ser investido presidente, aunque en privado distintos dirigentes se muestren menos rotundos. Si no logran forjar un pacto, si hay repetición electoral, recuerdan que es Díaz quien ha dado el paso de fotografiarse con Carles Puigdemont para naturalizarlo como un interlocutor válido. Y es la vicepresidenta en funciones quien lleva desde poco después de las generales defendiendo la vía de la amnistía, meses antes de que el PSOE se atreviese a pronunciar públicamente esta palabra.

Temen que sea Sumar quien pague este peaje si hay nuevas elecciones, por no hablar de que difícilmente aguantarían las frágiles costuras que mantienen agrupados a una quincena de partidos otra cita con las urnas.