Sumar silencia a Podemos en el Congreso: no tendrá un solo portavoz
La formación de Yolanda Díaz llevaba días retrasando la designación de portavoces adjuntos. Comunes (5 diputados), Compromís (2) y la Chunta Aragonesista, con un diputado, se quedarán con estos cargos
Sumar deja a Podemos sin voz en el Congreso de los Diputados. La formación de Yolanda Díaz ha registrado este lunes los nombres de los tres portavoces adjuntos que, por su peso, le corresponde nombrar. El partido morado tiene cinco diputados, como Izquierda Unida y los Comunes, pero solo la confluencia catalana tendrá una de las codiciadas portavocías, que llevan aparejada una mayor visibilidad. Serán Aina Vidal (comunes) Àgueda Micó (Compromís) y Jorge Pueyo (Chunta Aragonesista) quienes ostenten estos cargos. Compromís tiene dos diputados, y Pueyo es el único diputado de la Chunta.
"Invisibilizar a Podemos", afirmaba Isabel Serra, coportavoz del partido, solo va a generar "desilusión". Tras dos meses sin comparecer en rueda de prensa, los morados han convocado a los medios de comunicación este lunes, en su sede de Madrid, para empezar a recuperar el foco perdido. "Con portavocía en el grupo parlamentario o no, tendremos voz", apuntó escasas horas antes de que Sumar diese a conocer quiénes ostentarán esos cargos. Javier Sánchez Serna, diputado morado y coportavoz del partido, reclamaba una rectificación a Sumar, mientras Serra advertía de que presionarán para volver a contar con ministros de Podemos si logran reeditar la coalición de Gobierno. En la anterior legislatura, recordó Serra, "no solamente había portavocías, sino ministerios repartidos entre las diferentes sensibilidades y espacios dentro de Unidas Podemos".
Por su parte, la portavoz federal de IU, Sira Rego, explicó en rueda de prensa que su formación aboga por "un modelo rotatorio de portavocías que represente y garantice la diversidad y la riqueza del propio espacio político". Rego precisó que la coalición de izquierdas, que sí contaba con un portavoz en la anterior legislatura -Enrique Santiago-, ya trasladó "sus propias propuestas" al resto de fuerzas dentro de Sumar. La alianza de partidos liderada por Díaz ha dado a conocer el reparto esta misma mañana, cuando todos los focos estaban puestos en la reunión de la vicepresidenta segunda con Carles Puigdemont, en Bruselas.
La coalición se ha movido tarde para designar a sus principales espadas en el Congreso de los Diputados, al menos comparada con los otros partidos con mayor peso, y hasta con la mayoría de fuerzas más pequeñas. Por su tamaño, al grupo le corresponde contar con hasta tres portavoces adjuntos, además de la titular, Marta Lois, y hasta este fin de semana seguían negociando quiénes ostentarían estas posiciones.
Y, a diferencia de lo que ocurrió en la anterior legislatura con el grupo Unidas Podemos, donde los comunes tuvieron la presidencia y Podemos la portavocía, los tres cargos quedan hoy en manos de personas designadas por el partido de la vicepresidenta: la presidencia, para Díaz; la portavocía, para Lois, y la secretaría general, para Txema Guijarro. La formación de Ione Belarra, que mantiene una tensa relación con Díaz, temía verse invisibilizada y apartada de una de las tres portavocías en disputa, aunque el partido ha evitado pronunciarse públicamente. Este es el escenario más plausible, aseguran desde el espacio político compuesto por una quincena de partidos.
Se daba por hecho que una portavocía adjunta recaería en los comunes y otra en Compromís, y solo quedaba disponible una tercera. Nadie apuntaba a que fuera a caer en manos de Podemos. La decisión sobre cuántos portavoces adjuntos corresponden a cada grupo, además, fue adoptada por la Mesa en su reunión del 28 de agosto; PSOE y Sumar tienen mayoría en el órgano de gobierno de la Cámara, y fueron quienes propusieron que los grupos con entre 11 y 100 escaños tuvieran solo tres adjuntos.
La formación de Belarra es el partido que recibe un mayor porcentaje de recursos, exceptuando a Sumar (un 23%, frente al 19% de Izquierda Unida y el 12% de la formación de Ada Colau); otra cosa es que esto tenga reflejo en la dirección del grupo. Más allá de las negociaciones concretas sobre portavocías o los asistentes que corresponde nombrar a cada formación, los morados también aspiran a mantener, al menos, un ministerio en la nueva coalición que quieren sellar Sumar y el PSOE.
Hasta este lunes, llevaban meses en perfil bajo, interrumpido en contadas ocasiones para arremeter contra Díaz, casi desde que zanjaron las negociaciones para vertebrar las listas para el 23-J, en la tercera semana de junio. Es una tregua frágil, y este reparto de portavocías, si se les excluye, puede ser la chispa que la haga saltar por los aires.
Hasta el fin de semana, Sumar repetía que aún no habían acordado quiénes ostentarían estos puestos, que fuerzas como el PNV o Vox adjudicaron hace más de dos semanas, el 17 de agosto. El PP dio a conocer la composición de la dirección de su grupo un día después de la conformación de la Mesa, el 18 de agosto, y el PSOE hizo lo propio el día 24. Todos ellos designaron entonces a sus dirigentes, incluyendo a los portavoces adjuntos, aunque hasta el 28 de agosto los grupos no quedaron formalmente constituidos.
La tensión entre los de Díaz y el partido de Belarra es evidente: desde los recados de Podemos tras la noche electoral hasta la respuesta de la vicepresidenta en funciones sobre cómo el partido morado vio desangrarse electoralmente el espacio político que comandaba hasta que ella tomó el relevo. Podemos se siente ninguneado, y en Sumar desconfían abiertamente de estos aliados: sus esfuerzos por ensalzar a Irene Montero en una campaña en la que Díaz hizo lo posible por obviarla, la frialdad de Belarra con la vicepresidenta segunda o las reiteradas pullas a cuenta de "la subordinación" de Sumar ante el PSOE han generado un profundo malestar entre los aliados de Sumar. A pesar de las tensiones y los rencores de otras fuerzas de la coalición con Díaz, todos mantienen el cierre de filas, salvo los morados.
Por otro lado, las acusaciones sobre la voluntad de Díaz de esconder a Podemos tampoco son nuevas. Belarra construyó sobre ellas buena parte de su diagnóstico en relación con el resultado del 23-J. Desde entonces, el "respeto absoluto" de la vicepresidenta ante la decisión del Rey de proponer a Alberto Núñez Feijóo para la investidura o la línea marcada por Díaz sobre la conformación de una mayoría parlamentaria que aseguran no será de izquierdas han irritado a los morados. Han vertido algunas respuestas, todavía contenidas.
Contenida se ha mostrado también la ministra de Igualdad en funciones en su regreso al foco mediático en plena polémica por el caso Rubiales. Preguntada en más de una ocasión por su voluntad de repetir al frente de Igualdad, Montero, vetada en las listas de Sumar, incidió en que aún no es momento de entrar al trapo, aunque sí "tocará" hacerlo en el futuro. Esto es, cuando el escenario de la gobernabilidad esté claro, y entre las filas de Díaz oficialicen lo que todas las partes ya saben: que no repetirá como ministra. Hasta entonces, aún tienen por delante varias batallas.
Sumar deja a Podemos sin voz en el Congreso de los Diputados. La formación de Yolanda Díaz ha registrado este lunes los nombres de los tres portavoces adjuntos que, por su peso, le corresponde nombrar. El partido morado tiene cinco diputados, como Izquierda Unida y los Comunes, pero solo la confluencia catalana tendrá una de las codiciadas portavocías, que llevan aparejada una mayor visibilidad. Serán Aina Vidal (comunes) Àgueda Micó (Compromís) y Jorge Pueyo (Chunta Aragonesista) quienes ostenten estos cargos. Compromís tiene dos diputados, y Pueyo es el único diputado de la Chunta.
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