Podemos ningunea a Díaz y advierte: el Gobierno de Sánchez no tendrá una mayoría de izquierdas

Podemos vuelve a enmendar a Yolanda Díaz, la líder de la coalición de la que forman parte, con la que lograron cinco diputados en el Congreso el 23-J. Si la vicepresidenta en funciones afirma que está negociando con Junts al "máximo nivel", el partido morado asegura que son el PSOE y Junts quienes "dialogan" hoy para explorar la investidura de Pedro Sánchez; si Díaz insiste en que el PP está sumido en una profunda "crisis", ellos recuerdan que el partido de Alberto Núñez Feijóo ha disparado su peso en la Cámara Baja. Y, si la líder de Sumar repitió el lunes, tras su audiencia con Felipe VI, que solo hay una coalición "progresista" posible tras las elecciones, Podemos destaca que la mayoría que podría sustentarlo "ya no es de izquierdas".

Isabel Serra, portavoz morada e integrante de su núcleo duro, rubrica este martes un artículo en El País en el que le reprocha que "la subalternización al PSOE", acaba "con la invisibilización y la pérdida de acción política". Incluso destaca que este futurible Ejecutivo dejaría "desbancados a PP y Vox" solo "por un tiempo", y que la presencia de fuerzas que no son de izquierdas en esa mayoría "hará enormemente complicado avanzar en derechos". En las últimas semanas, el PSOE también ha restado importancia al rol de Sumar en las conversaciones para buscar un acuerdo sobre la Mesa, y la líder de Sumar se ha esforzado por marcar perfil propio. Serra ni siquiera menciona a Díaz o a su partido en todo el texto.

En un momento en el que portavoces de Sumar como la propia Díaz, Ernest Urtasun o el diputado Íñigo Errejón insisten en que solo hay una mayoría posible, horas antes de que el Rey culmine su ronda de consultas con los potenciales candidatos, Podemos afea a Sumar que dejar campo libre al PSOE es dar oxígeno al bipartidismo: "Aunque la aritmética no sea ya la del sistema bipartidista, este consigue cada vez más imponerse en clave política y cultural".

Y meten el dedo en la llaga, toda vez que los portavoces de Sumar suelen despejar las preguntas sobre si el partido de Carles Puigdemont, heredero de la derecha soberanista catalana, puede ser considerado "progresista". Por eso, desde hace semanas, los argumentarios de Sumar añadían la palabra "democráticas" a sus menciones a las fuerzas "progresistas" con las que aspiraban a revalidar La Moncloa.

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La secretaria general morada, Ione Belarra, ha compartido en su perfil en Twitter el artículo de Serra, en el que los morados marcan diferencias en fondo y forma con la líder y con el resto de actores de su espacio político. Lo hacen en un momento delicado, en el que Díaz y los otros portavoces de Sumar defienden su discreción en estas negociaciones, y presumen del resultado logrado en la votación para conformar la Mesa del Congreso, controlada por la mayoría de PSOE y Sumar.

De hecho, Serra reconoce el peso minoritario de los morados en la coalición de Gobierno, pero destaca que ellos sí lograron relacionarse "de tú a tú con el PSOE". "Esa cultura de la coalición en la que Podemos proponía avances sociales para nuestro país en clave de conversación pública (de debate público) ha sido criticada, demonizada y denostada a través del significante ruido en los últimos meses por parte de actores políticos y mediáticos", abunda la exdiputada en la Asamblea de Madrid, que fue en listas de Sumar como número nueve por Madrid. La primera figura que exigió y aún reclama casi a diario rebajar los decibelios es la propia vicepresidenta en funciones, y el partido de Belarra no deja pasar la ocasión de expresar su desacuerdo.

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"Como hace cuatro años, el camino sigue siendo el que planteó Podemos: reforzar las alianzas con las fuerzas progresistas, feministas y soberanistas, establecer la conversación sobre los avances pendientes y plantear para nuestro país un proyecto republicano como horizonte que vuelva a dejar atrás los intentos del bipartidismo de restablecerse", zanja Serra, obviando que los votos de Junts son imprescindibles para reeditar la coalición.

Semanas antes del 23-J, los morados solo rompían su silencio para lanzar algunos dardos contra la líder de Sumar, pero también, y particularmente en boca de su líder histórico, Pablo Iglesias, para reclamar que una reedición de la coalición reconociera un mayor peso político a ERC y Bildu. Los morados, que se llevarán el 23% de los recursos de la coalición, también dejaron ver su malestar por el hecho de que Díaz acudiera en solitario a la ronda de consultas con el jefe del Estado, acabando así con la tradición de enviar a representantes de cada una de las distintas formaciones que alberga su espacio político. En esta materia, sin embargo, el nivel de decibelios empleado fue mucho más bajo.