Sánchez pide al Rey que le proponga como candidato pese a no tener atados los apoyos

Pedro Sánchez aún no cuenta con los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno, pero ya ha trasladado a Felipe VI su voluntad de postularse y de intentar lograrlos. El candidato del PSOE y jefe del Ejecutivo en funciones ha asegurado este martes, tras entrevistarse con el jefe del Estado, que "no hay otra alternativa", pese a los "intentos baldíos" de Alberto Núñez Feijóo, que también aspira a ser designado para requerir la confianza del Congreso de los Diputados, y que tampoco cuenta con los apoyos parlamentarios que requiere.

En una breve comparecencia en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha afeado a Feijóo que la sesión de investidura no es un "trámite de exhibición", sino que tiene "como única finalidad" reunir "el respaldo" necesario para formar un nuevo Gobierno. Su "ventaja" frente al PP, afirmó, es que el PSOE puede "hablar con todas las fuerzas políticas" del arco parlamentario, mientras que el PP "solo puede hablar con una", en referencia a Vox. Este martes, Santiago Abascal, líder del partido ultraderechista, confirmó su respaldo a Feijóo, como también lo hicieron UPN y Coalición Canarias el lunes, comprometiendo sus dos escaños. En total, Feijóo sumaría 172 apoyos, a cuatro de la mayoría absoluta, mientras que Sánchez aún no ha querido desvelar los síes con los que cuenta hoy. Durante la mañana, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, reconoció haber sido contactado por el PSOE para empezar a negociar.

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De hecho, el presidente en funciones ha considerado "prematuro" revelar los votos con los que prevé contar, hasta que el Rey decida designarlo como candidato. "Estamos en condiciones de aunar el respaldo parlamentario exigido", presumió, antes de cuestionar los "esfuerzos y contorsiones" de Feijóo. Estos esfuerzos por ser designado candidato, según Sánchez, son "perfectamente legítimos", pero estériles, toda vez que "no han obtenido los votos ni los escaños", y que "quienes plantearon una labor derogatoria" del Ejecutivo de coalición "fracasaron en las urnas".

Sánchez perfilaba así las posiciones que su partido marcó 24 horas antes, cuando escenificó que no pondría obstáculos a un intento de Feijóo por lograr la confianza de la Cámara Baja. Y, como hicieran desde Ferraz el lunes, el presidente del Gobierno en funciones afirmó que, si el líder del PP requiere de un golpe de realidad para constatar que los números no juegan a su favor, él acatará sin rechistar la decisión que adopte Felipe VI durante la tarde.

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Visto que los líderes de PP y PSOE aspiran a gobernar, el monarca podría proponer a uno de ellos, o reclamar más tiempo y convocar una nueva ronda de consultas con los grupos. ERC, EH Bildu y Junts, todas ellas formaciones imprescindibles para dar vida a una nueva mayoría parlamentaria, no han participado en las audiencias con el jefe del Estado y, por tanto, no le han trasladado de primera mano sus respectivas hojas de ruta.

"Nosotros no rechazamos la legitimidad de Junts"

Por otro lado, Sánchez ha repetido que su negociación con Junts y ERC tendrá lugar "dentro del marco de la Constitución", y ha vuelto a defender el diálogo como "método", sin aterrizar fórmulas o propuestas concretas, como receta para Cataluña. Cuestionado sobre si la amnistía para los procesados y condenados en el marco del procés catalán, que reclama el partido de Carles Puigdemont, tendría encaje constitucional, pasaba la pelota al Tribunal de Garantías: "No me corresponde a mí decir qué es constitucional o no, sino al Tribunal Constitucional".

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Y, en línea con otros gestos de acercamiento a Junts, con quienes ya pactó para conformar la nueva Mesa del Congreso, Sánchez los reivindicaba como legítimos aliados. Sus siete escaños encierran la llave para reeditar la coalición, y hoy el presidente del Gobierno en funciones incidía en que, desde su partido, "no rechazamos ni negamos la legitimidad" de esta formación, "a diferencia de lo que hacen otras fuerzas, sea el PP o Vox". En toda su comparecencia, Sánchez rodeaba al elefante en la habitación, la falta de apoyos que garanticen su investidura, disparando contra la soledad del Partido Popular en el Palacio de la carrera de San Jerónimo.