Absuelto tras hacer tocamientos a una menor y masturbarse en un vuelo de Ryanair

Un vuelo de Ryanair que hacía el trayecto entre Dublín y Madrid el pasado 7 de enero fue escenario de un delito sexual cometido por un pasajero sobre una menor de 17 años que iba sentada a su lado. El hombre realizó tocamientos sobre el muslo de la joven que, alertada, dio aviso a la tripulación. Los trabajadores de la aerolínea localizaron al varón en el interior del baño masturbándose, por lo que decidieron reubicarle y al tomar tierra le pusieron a disposición de la Guardia Civil, que elaboró un atestado al que ha tenido acceso este periódico. Él admitió los hechos, pero dijo que la chica le había provocado. Un juzgado de Madrid ha archivado el caso porque la víctima no ha seguido adelante con su denuncia.

Cuando los agentes interrogaron al acusado, él dijo "de forma espontánea que la mujer que se sentaba a su lado, a su entender, estaba haciendo actos insinuantes como jugar con el piercing de su boca o enseñarle a propósito fotos propias en la pantalla de su teléfono móvil, por lo que creyó que la pasajera hacía gestos de flirteo hacia él y es por ello que decidió acariciar su pierna en una única ocasión". Es un ciudadano español de 37 años con residencia en Irlanda. La versión de ella es muy diferente y desmiente cualquier tipo de connivencia.

Le toco "varias veces el muslo a la altura de la rodilla de la pierna derecha" sin su consentimiento

Viajaba con su madre y dice que el hombre sentado a su lado "no dejó de mirar la pantalla de su teléfono durante el vuelo". Asegura que no fue una sino "varias veces" las que le tocó "el muslo a la altura de la rodilla de la pierna derecha" sin su consentimiento. Por eso se levantó de su sitio a buscar a alguien de la tripulación. Encontró una azafata a la que le contó lo que le acababa de suceder. La versión de la víctima cuenta con el respaldo de una pasajera que declaró como testigo a la Guardia Civil y confirmó que durante el vuelo "observó al varón mirar repetidamente a la mujer de manera fija y manifiestamente obscena".

Al estar en pleno vuelo, la víctima tuvo que esperar a aterrizar para evitar el riesgo de volver a cruzarse. La madre de la menor, de 47 años, decidió no presentar denuncia ante la Guardia Civil del aeropuerto de Madrid Barajas. Eran las 13 horas del 7 de enero y decidieron continuar el viaje hasta su casa en Toledo y, en todo caso, presentar allí la denuncia en un cuartel del Instituto Armado. Los investigadores no pudieron tomar declaración a la tripulación del avión de Ryanair porque emprendieron el vuelo de vuelta a Dublín, aunque en el atestado incluyeron los datos y el contacto de dos de sus trabajadoras.

Posible reapertura

En el expediente del caso consta también un documento de la aerolínea en el que relatan que el hombre se encerró en el baño y a pesar de que estuvieron tocando la puerta para que abriera durante diez minutos no hizo caso. Cuando abrieron a la fuerza, descubrieron que se estaba masturbando. Todos estos datos llegaron al Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid el 10 de enero. A los tres días, la magistrada María del Pilar Martínez Gamo decretó el archivo, pero "sin perjuicio de su reapertura, si el perjudicado presenta denuncia dentro de los seis meses siguientes a la comisión de los hechos".

La jueza entiende que para acusar en este caso es necesario la denuncia, tal y como recoge el artículo 191.1 del Código Penal: "Para proceder por los delitos de agresiones sexuales y acoso sexual será precisa denuncia de la persona agraviada, de su representante legal o querella del Ministerio Fiscal". "Cuando la víctima sea menor de edad, persona con discapacidad necesitada de especial protección o una persona desvalida, bastará la denuncia del Ministerio Fiscal", dice el artículo. El varón presentó un escrito al Juzgado por medio de su abogado del despacho Ospina Abogados en el que solicitó el sobreseimiento libre por este delito sexual. Se basaba en el mismo artículo que la jueza y aportó para ello varias sentencia del Tribunal Supremo.