Los grupos debaten no dar réplica a Tamames en la moción de censura
A iniciativa de ERC, estudian no intervenir en el debate, aunque sí en la votación al candidato Ramón Tamames. Reconocen dudas sobre cómo abordar la iniciativa para que no sirva como balón de oxígeno a los de Santiago Abascal
La moción de censura de Vox ni siquiera ha llegado al registro del Congreso de los Diputados, pero los grupos parlamentarios ya estudian cómo afrontarla. Distintas fuerzas aseguran que ERC está sondeando al resto de partidos del bloque de investidura, y a fuerzas como el PDeCAT, para explorar una suerte de respuesta conjunta, un cordón sanitario que impida que la moción sirva como balón de oxígeno al partido de Santiago Abascal. Otras formaciones aseguran que no se trata de una "iniciativa exclusiva" de ninguna fuerza, sino que están hablando para estudiar cómo articular una posición conjunta, "sin profundizar más". "De momento, solo hay voluntad", apuntan, hasta que la iniciativa llegue a registro y la presidenta, Meritxell Batet, fije una fecha para su celebración.
Las conversaciones, aún en fase preeliminar, pivotan sobre la idea de no debatir con el candidato a la Presidencia, Ramón Tamames, o de hacerlo marcando un perfil muy bajo, y únicamente intervenir en la votación, evitando así concederle mayor relevancia. Por aritmética parlamentaria, la iniciativa que Vox quiere presentar formalmente el lunes no puede salir adelante. Lo que estudian los grupos es cómo afrontarla sin brindarles munición política.
Los socios parlamentarios del Gobierno miran principalmente a Unidas Podemos, que no tiene una posición cerrada respecto de esta estrategia, porque entienden que debe ser una respuesta conjunta del bloque de investidura, o perdería sentido. Fuentes de la dirección explican que aún no han debatido cómo responder, si bien la estrategia del PSOE jugará también un papel determinante para que el resto de actores definan sus respectivas hojas de ruta.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, abogó este jueves "tomarse en serio" esta iniciativa, aunque sea parte de la estrategia de "tierra quemada" de Abascal. Distintos ministros socialistas han defendido que la propuesta servirá para confrontar su modelo con la ultraderecha.
Mientras tanto, las conversaciones se suceden: "Estamos viendo cómo se articula, pero a ver qué dicen todos", explica un diputado de uno de los partidos que están participando en estas conversaciones. "Nos consta el debate", explican desde otro grupo, aunque tampoco pueden precisar los términos, ni aventurar si se traducirá en un pacto.
Por el momento, desde el PNV ya han trasladado que tomarán sus propias decisiones: "Como hicimos en la anterior moción de censura", en referencia a la liderada por Santiago Abascal en octubre de 2021, y "como hacemos siempre", concluyen. El portavoz de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, ya limitó su participación en la anterior moción de censura presentada por Vox a una intervención de escasos dos minutos. Y los empleó precisamente en explicar que no contribuiría “a dar protagonismo a esta patochada de moción de censura” ni a “hacer un uso espurio de un instrumento parlamentario de la moción de censura” porque el objetivo sería “buscar únicamente minutos de televisión”. Es por ello por lo que desde los grupos que están valorando esta iniciativa entienden que el PNV compartiría su espíritu.
Tampoco EH Bildu ha aclarado los pasos que va a dar. Este jueves, en La Sexta, la portavoz parlamentaria abertzale Mertxe Aizpurua definía esta moción como "un mal chiste". "No tiene sentido desperdiciar dos días en una moción de censura que no va a salir. Es un ejercicio innecesario. Deberían de hacer las cuentas antes de presentar una iniciativa así", les espetó. Tres de las cuatro mociones de censura que ha acogido la Cámara Baja en los últimos seis años nacieron muertas; e, incluso la iniciativa que catapultó a Pedro Sánchez hasta la Moncloa, en junio de 2018, tenía pocos visos de prosperar al arranque de su tramitación.
El debate es incipiente y hay argumentos a favor y en contra. Entre los primeros, que no debe darse publicidad a Vox. Ejercer una suerte de cordón sanitario con las ideas de la “ultraderecha”, en línea, dice un diputado a favor de esta propuesta, “con lo que se hace en otros países de Europa”. Por otra parte, las reticencias se centran en que, o bien no haya un acuerdo amplio, para reflejar una posición unitaria y “antifascista”, o que este papel lo asuma en solitario el PSOE. La cercanía de las elecciones autonómicas y municipales del 28-M tampoco facilita resolver esta ecuación.
La moción de censura de Vox ni siquiera ha llegado al registro del Congreso de los Diputados, pero los grupos parlamentarios ya estudian cómo afrontarla. Distintas fuerzas aseguran que ERC está sondeando al resto de partidos del bloque de investidura, y a fuerzas como el PDeCAT, para explorar una suerte de respuesta conjunta, un cordón sanitario que impida que la moción sirva como balón de oxígeno al partido de Santiago Abascal. Otras formaciones aseguran que no se trata de una "iniciativa exclusiva" de ninguna fuerza, sino que están hablando para estudiar cómo articular una posición conjunta, "sin profundizar más". "De momento, solo hay voluntad", apuntan, hasta que la iniciativa llegue a registro y la presidenta, Meritxell Batet, fije una fecha para su celebración.