Ciudadanos ucranianos se manifiestan frente a los consulados rusos en Madrid y Barcelona

Más de 3.000 kilómetros separan Madrid de la capital ucraniana. A las 13:10 de la mañana de este jueves, el pequeño Kiev asentado en España se ha puesto de acuerdo para protestar por la acción militar del Kremlin esta madrugada. En torno a 40 personas se concentran ahora frente a la embajada rusa. No hay ruido ni gritos, apenas se escuchan murmullos entre ellos. El ánimo es desolador. “Nunca piensas que después de ocho años vaya a pasar realmente algo así”, explica Oksana, auxiliar de enfermería en España desde hace 20 años y originaria de Vinnitsa, a 400 kilómetros de Kiev.

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A. Alamillos Infografía: Rocío Márquez y Laura Martín

Los compatriotas se han citado por grupos de WhatsApp. Una mujer mantiene el teléfono en alto hablando por videollamada con su familiar y otros tantos se mantienen en silencio. Esperan que Europa intervenga. “Deben de hacer algo, ya han muerto más de 30.000 personas en los últimos años”. María es originaria de Odesa, una de las ciudades bombardeadas y colindante con el Mar Muerto. Comienza su relato: “Vine hace 15 años a España y, en todo este tiempo, he intentado traerme a mis padres y a mis hermanos desde que arrancó el conflicto hace años. Me dicen que no, que se van a quedar para defender a su país”. Ya se acercó a la sede diplomática rusa hace dos días y “seguirá viniendo para que pare todo esto”.

13:14 Un manifestante pone en alto el himno de su país de origen y todos cantan al unísono. Hombres y mujeres, en su mayoría mayores de 40 años, corean “No a la guerra” y “Putin asesino”. Y Olexander, que lleva 21 viviendo en Madrid, no duda en testificar que “los ucranianos queremos que España deje de escuchar a Rusia. No tienen razón. Nosotros solo queremos la paz”.

Cuando cesan los cantos se impregna el silencio. Denis tiene 18 años y lleva toda su vida viviendo en Madrid, pero no olvida de dónde viene. Sus tíos son reservistas y se están dirigiendo a la frontera con Rusia, y sus abuelos, dice, “nos llamaron esta noche por WhatsApp porque no les iba la conexión. Viven a 30 kilómetros de una de las bases militares que han bombardeado y estamos a la espera de ver qué ocurre”.

14:30 Según avanzan los minutos, la rabia empieza a manifestarse. Corean “Fuera de Ucrania”, “Rusia agresor” y “Putin terrorista”. Una mujer agarra un megáfono para solicitar “respuestas” a la sede diplomática y los vehículos que transitan por la calle Velázquez pitan el claxon en solidaridad con el pueblo ucraniano. La cifra de asistentes asciende a 70 y, por el momento, no se ha producido ningún altercado mayor. Dos jóvenes testifican que han llegado a las 12:30; no pretenden desplazarse a ningún sitio y se preguntan “qué se supone que va a hacer Europa con esto”. Oleg mira al edificio de la embajada y dice en alto que “a esta gente les da igual. Están en su burbuja”.

Una joven de 18 años se ha quedado sin batería en el móvil y busca impacientemente un cargador. Ilona lleva toda la mañana frente a la embajada y no se irá hasta la noche, pero quiere mantener la comunicación con sus familiares en Ucrania. Sus padres le avisaron de que se había convocado una concentración y, aunque vive en la sierra de Madrid, no ha dudado en acercarse y no ir a clase por la tarde. Quiere ser médica, como su tía, doctora de guerra en la base de Brody y bombardeada esta madrugada.

“Esta mañana ha sido crítica porque no conseguíamos contactar con ellos (su tía y su tío, piloto militar), pero por suerte todo ha quedado en un susto”. María, una compatriota a la que acaba de conocer, ha traído 'pizza' para todos los manifestantes. “Nos apoyamos entre nosotros siempre, todos tenemos el mismo objetivo”. La Policía ha aparcado dos furgones frente a ellos e impide la visibilización desde la sede diplomática. “Me molesta y no lo entiendo, no llevamos armas ni nada. Solo queremos respuestas”. La protesta permanece y la joven quizá se quede de nuevo sin batería, pero tiene un bocadillo en la mano y se ríe. La sonrisa de Ilona es el reflejo de la esperanza de que “cesen las muertes. He llorado toda la mañana y ya me he cansado, no me queda otra que luchar porque nos respeten”.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha dicho este jueves en redes sociales que el Ayuntamiento de la capital ofrecerá todos los recursos a su alcance, concretamente 80 plazas del centro de Las Caracolas, que podrían ampliarse a más, para "acoger a los refugiados ucranianos víctimas de la invasión rusa".

Concentración también en Barcelona

La situación ha sido muy similar en la ciudad de Barcelona. Cerca de medio centenar de ucranianos se han concentrado este jueves frente al consulado ruso de Barcelona con proclamas contra la guerra. "No a la guerra" y "Putin fascista" han sido algunas de las consignas de los concentrados, que portaban banderas de Ucrania, España y la Unión Europea.

Oksana, joven de origen ucraniano, ha explicado a algunos medios la "preocupación" que sienten por su familia y la gente que dejaron atrás. "Nuestros hermanos y hermanas están en peligro", ha afirmado Oksana. "Queremos pedir a todos los líderes y los presidentes que paren la guerra y a Putin decirle que somos una nación de paz y valiente", ha añadido.

"Queremos pedir a todos los líderes y los presidentes que paren la guerra y a Putin decirle que somos una nación de paz y valiente"

A la protesta se han sumado también algunas personas de origen ruso que están igualmente en contra de la guerra y del líder ruso, y que portaban banderas del país y una pancarta de "rusos contra la guerra". Esta madrugada, los Mossos d'Esquadra han reforzado su presencia ante los consulados de Rusia y Ucrania en Barcelona con el objetivo de garantizar la seguridad ante eventuales protestas, como las previstas para este jueves y viernes.