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La sierra de Madrid tiembla con los domingueros: "Estamos desbordados"
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La población se duplica

La sierra de Madrid tiembla con los domingueros: "Estamos desbordados"

Los cierres perimetrales congregan desde hace meses y cada fin de semana a decenas de miles de madrileños en la periferia de la región

Foto: Cortado el acceso a la sierra de Madrid por la gran afluencia de personas en enero.
Cortado el acceso a la sierra de Madrid por la gran afluencia de personas en enero.

Si está pensando en pasar el puente de San José o la Semana Santa alejado del bullicio de la ciudad, llega tarde. Ni lo intente: todos los alojamientos de la Sierra Norte de Madrid llevan días con el cartel de completo. Y si pretende ir a pasar el día, pero no tiene reserva para comer, olvídese de conseguir una mesa antes de las cinco de la tarde. "Desde el primer fin de semana que no se puede salir de Madrid, esto son riadas de gente", cuenta Beatriz, gerente del hotel rural Casa Granero, en Rascafría.

"Los restaurantes y comercios están muy contentos, pero llega un momento que también es excesivo", comenta Iván Barral desde la oficina de turismo de Buitrago de Lozoya. La situación de cierre perimetral en la mayoría de las regiones, a excepción de Extremadura, Canarias y Baleares, congrega desde hace meses y cada fin de semana a decenas de miles de madrileños en los bordes de la región. La Sierra Norte es la más afectada por este 'efecto dominguero' que se extiende ya incluso a los días entre semana.

Foto: Mensajes escritos en una mascarilla colgada en la reja de la basílica de la Macarena. (EFE)

La afluencia masiva sin precedentes provoca sentimientos encontrados entre los habitantes del entorno rural que van de la comprensión al enfado. "Si viviera en Madrid, no me iría a pasar el fin de semana a un secarral, me vendría para acá", comprende Beatriz, pero las consecuencias negativas afectan a lo más básico de la vida cotidiana: "Los vecinos de Buitrago quieren ir a tomar su cafecito a su bar y no pueden", añade Barral.

Los datos de desplazamientos que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana constatan el aluvión de visitas que reciben los municipios perféricos, especialmente en la Sierra Norte. La agrupación que lleva a cabo el ministerio en las zonas menos pobladas para que la información sea estadísticamente representativa no permite conocer el número de viajes a cada una de las localidades, pero las cifras son contundentes. Los fines de semana, el número de viajes con destino a la Sierra Norte son un 181% más que entre semana: casi el triple. Para el análisis no se han tenido en cuenta los desplazamientos por motivos de trabajo o de vuelta al lugar habitual de residencia, lo que permite ver mejor cómo es el incremento por motivos de ocio.

El mapa muestra cómo los fines de semana el incremento de población es mucho mayor en las zonas más próximas a la frontera que las restricciones de movilidad no permiten cruzar. En la capital, solo el distrito Centro incrementa esos días su afluencia por ocio respecto al resto de la semana. Pero el incremento de visitas se nota mucho menos en la Gran Vía que en La Hiruela.

En este municipio idílico de 65 habitantes cuentan con un aparcamiento con capacidad para unos 100 vehículos, pero estos días les harían falta al menos otros dos como ese. "Hay coches que se meten en las fincas privadas y eso no hace gracia", cuenta Ignacio Merino, alcalde de la localidad. Merino, que regenta uno de los dos restaurantes del lugar, confirma que tiene ya todo reservado. "Me parece arriesgado venir si no tienes reserva. No hay que empeñarse en hacer algo que no es posible hacerlo bien", advierte. Y en la misma línea se pronuncia Beatriz, que lamenta que lo excesivo de estos días supone en ocasiones malas experiencias: "Te pueden dar un peor servicio y te llevas una mala imagen".

Además, la Comunidad de Madrid recomienda no desplazarse a la sierra dado el mal pronóstico del tiempo que se espera para el puente de San José. Asimismo, desde el lunes estará perimetrado el municipio de Navacerrada, ubicado entre las zonas más visitadas.

Foto: Dos personas paseando por La Acebeda. (M.Z.)

Las calles de Buitrago se colapsan, las colas para entrar a tiendas o bares son enormes y el suelo de las plazas se convierte en mesa improvisada ante la falta de espacio, según cuenta el responsable de Turismo. "Tenemos todos el mismo problema, estamos desbordados". La localidad es la más poblada de su entorno y cuenta con 1.959 habitantes. "Antes de la pandemia teníamos unos 1.000 o 1.500 visitantes cada fin de semana, pero ahora son más de 2.000", afirma Barral. Sus cálculos encajan con las cifras del Ministerio: los fines de semana la zona norte es destino por motivo de ocio unos 16.700 viajes mientras que la cifra de habitantes es de 7.861. Y municipios como Buitrago o Rascafría, con más infraestructura, resisten mejor que los más pequeños.

"En Patones de Arriba se colapsa la carretera y si pasa algo y tiene que subir una ambulancia, no puede", lamenta Barral. La página web del municipio pide a los visitantes que aparquen en Patones de Abajo y les invita a subir a pie la Senda del Barranco, una cuesta de dos kilómetros que une la zona turística con el pueblo.

Piden responsabilidad y ayuda

"No hay que pensar que esto va a permanecer", razona el alcalde de La Hiruela. "Le pido a los vecinos que seamos solidarios y comprensivos. Y nos toca pedirles a los que vienen a visitarnos que sean muy responsables y que respeten las condiciones en las que vivimos los que estamos en un sitio pequeño y aislado", añade. El alcalde cree que lo mejor es adoptar un "modo simpático": "Cuando nos ponemos malos, vamos al hospital de La Paz o al de San Sebastián de los Reyes. Nosotros tenemos cosas que no tienen ellos [los habitantes de las ciudades] y ellos tienen cosas que no tenemos nosotros".

Las fuentes consultadas coinciden en que desde las administraciones puede hacerse más. "Anuncian en las carreteras que los 'parkings' están llenos, pero con eso no hacemos nada", considera Barral. "Estamos pensando en crear nuestras propias pancartas, no para que la gente no venga, sino para que sea un turismo responsable".

"Hay cosas que se podrían hacer mejor, por ejemplo, que hubiera un autobús para subir a Cotos", comenta Beatriz. "Si vendemos sostenibilidad, tenemos que ser sostenibles". Por su parte, el alcalde de La Hiruela apunta directamente a la delegación del Gobierno en Madrid. "Estamos demandando medios, no tenemos Policía..., pero la delegación no nos hace mucho caso, o ninguno", apunta.

Más allá de la superpoblación de la sierra, la dueña de Casa Granero cree que allí ningún hostelero se puede quejar. El agosto continuo en que vive la Sierra Norte de Madrid se nota en los datos de afiliados a la Seguridad Social. A cierre de febrero, la afiliación en los municipios de la Sierra Norte era un 1,5% mayor que hace un año, mientras que en la mayor parte de la región la tendencia es opuesta.

Si está pensando en pasar el puente de San José o la Semana Santa alejado del bullicio de la ciudad, llega tarde. Ni lo intente: todos los alojamientos de la Sierra Norte de Madrid llevan días con el cartel de completo. Y si pretende ir a pasar el día, pero no tiene reserva para comer, olvídese de conseguir una mesa antes de las cinco de la tarde. "Desde el primer fin de semana que no se puede salir de Madrid, esto son riadas de gente", cuenta Beatriz, gerente del hotel rural Casa Granero, en Rascafría.

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