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El confinamiento pone a prueba a las parejas: "Empezar una bronca ahora es suicida"
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EL 55% DE LOS HOGARES

El confinamiento pone a prueba a las parejas: "Empezar una bronca ahora es suicida"

En España, existen cerca de 10 millones de parejas que se encuentran compartiendo cuarentena en el mismo hogar. Algunas acabarán reforzadas y otras, en los juzgados

Foto: Una pareja de L'Hospitalet (Barcelona). (EFE)
Una pareja de L'Hospitalet (Barcelona). (EFE)

Hace dos años que Laura, de 25, vive con su pareja en Valencia. La convivencia siempre ha sido buena: tienen buena comunicación, son transparentes respecto a sus sentimientos y se entienden en las tareas de la casa. Sin embargo, en estos días de confinamiento, “casi salta todo por los aires”.

“Hace unos días tuvimos una discusión muy fuerte, estuvimos a punto de dejarlo. Era algo que llevábamos tiempo arrastrando y explotó, supongo que a consecuencia de todo esto”, cuenta al otro lado del teléfono. “Me gusta estar aquí con él, pero pasar 24 horas del día requiere no solo de amor/enamoramiento, sino de mucha paciencia, mucha comprensión y entendimiento, ya que ambos estamos pasando una situación complicada. Yo el 16 de marzo me quedé en el paro y ambos estamos escuchando historias que nos hacen estar muy sensibles. Al final, tanto los buenos momentos como los malos los concentras en la misma persona, y es inevitable que la situación termine explotando”.

En España, el 55% de los hogares está ocupado por parejas: es decir, unos 20,4 millones de personas que ahora mismo están confinadas juntas. Día, tarde y noche. De lunes a domingo. La convivencia impuesta por el coronavirus está poniendo a prueba la estabilidad de muchas relaciones, y los psicólogos de pareja reciben con el paso de los días cada vez más consultas sobre cómo pasar el trance sin acabar tirándose la casa a la cabeza.

Tanto los buenos momentos como los malos los concentras en la misma persona, y es inevitable que la situación termine explotando

“Depende mucho del momento vital de la pareja, de cómo estuvieran antes y la base y estrategias que tuvieran construidas. Pero en general lo que vemos es que las parejas van oscilando entre momentos de apoyo mutuo a momentos de más diferencias. Discutir por si este trapo va ahí o allá puede llevar a otros desencuentros más profundos si la relación ya no iba bien”, cuenta la psicóloga de parejas Cristina Pineda, de Cepsim psicólogos.

En China, al final del confinamiento se dispararon los divorcios, hasta el punto de colapsar los juzgados. Y no parece que vaya a ser algo exclusivo de los asiáticos. “Sin duda, van a subir las rupturas después de esto… Si ya en septiembre, después de vacaciones, que es algo que todo el mundo está deseando, o en enero y febrero, después de Navidad, hay picos, ahora habrá más, porque se trata de un escenario adverso”, comparte María Hurtado, también psicóloga familiar en AGS Psicólogos.

La situación, según la experta, puede ser más difícil si la pareja tiene hijos u otros familiares a cargo que conviven también en la casa. “Con un bebé de por medio, ni espacio ni tiempo. No puedes decir 'mira, tú a esa esquina y yo a esta y en un par de horas hablamos', porque el bebé necesita algo en esas dos horas”, explica Ana*, una madre de Madrid que está pasando la cuarentena con su pareja y su hija. “Además, súmale que duermes menos y que hay mucho más trabajo, remunerado o no. El equilibrio es complicado, hace falta dosis extra de paciencia y diplomacia, porque empezar una bronca ahora es suicida”.

No puedes decir "mira, tú a esa esquina y yo a esta y en un par de horas hablamos", porque el bebé necesita algo en esas dos horas

“Hay que tener en cuenta que ahora todo se magnifica un poco más”, explica la terapeuta Hurtado. “Gran parte de las cosas que nos regulan emocionalmente ahora están fuera: los amigos, las actividades físicas, el trabajo, los clubes… De repente, estoy dentro de casa, con mi pareja, cada uno con nuestras rutinas, y no hay nada más”.

Más de un mes juntos sin válvula de escape puede alargar lo que los psicólogos denominan ‘la sombra’: “Cosas que nos molestan del otro, y que ahora nos van a molestar mucho más, solo por el estado en el que estamos. Cuesta más tener compasión, cariño, y de ahí es precisamente de donde hay que tirar”, añade Pineda.

La gestión de los espacios, tanto los físicos como los mentales, es fundamental para mitigar los efectos del confinamiento. Turnarse el sitio de trabajo, ser más pacientes o respetar la intimidad individual son algunos de los consejos de los expertos. “Esto último les está costando mucho a estas parejas: decirles que necesitan espacio sin generar una discusión”, cuenta Pineda.

Las psicólogas recomiendan dejar reposar las discusiones, pero menos que en circunstancias normales

“En mi caso, necesito tener mi rato mental para relajarme… Eso lo he echado muchísimo de menos esta vez, estuvimos tres días bastante apagados después de la discusión, hablábamos pero no era lo mismo, luego poco a poco volvimos a la normalidad. Antes este proceso era más rápido, porque nos distraíamos saliendo, trabajando, etc. Y se nos pasaba el enfado antes”, añade Laura sobre la convivencia con su novio.

Las psicólogas animan también a aprender a discutir, evitar elevar el tono de las palabras e intentar no malinterpretar lo que dice el otro. “Ojo, que tampoco se trata de no discutir. Discutir es normal, pero siempre hay que resolverlo, aunque lo dejes reposar, porque se puede generar una bola de nieve que al final estalle. Normalmente decimos que esperen unas 24 horas, pero en estas circunstancias, cuanto antes mejor”, aconseja Pineda.

Foto: Una mujer y su hija, durante la cuarentena. (Reuters)

Salir reforzados

Cómo afronte cada pareja los roces del confinamiento dependerá mucho de las estrategias y base que tuviesen antes, pero también es importante adaptarlas al momento actual. “Hay que planear rutinas nuevas, porque el contexto ha cambiado y hay que volver a negociar el cómo y el cuándo de lo que hace cada uno”, dice la psicóloga Hurtado.

Es lo que está haciendo Isabel, de Úbeda (Jaén), con su novio. “En nuestro caso, yo teletrabajo y a él lo han mandado a un ERTE, así que hemos llegado a un acuerdo por el cual él se encarga de la casa y las comidas y yo trabajo. A nosotros nos está acercando más, si hay algún roce, al mínimo rectificamos y pedimos disculpas, paramos y analizamos por qué ha pasado. Sobre todo intentamos que no se haga monótono y tener algo que hacer siempre con la misma persona. Por ejemplo, hay viernes o sábados que nos vestimos y colocamos todo estilo bar, nos salimos a la terraza a tomar una tapa o nos hacemos pinchadas de música”.

Hay días que nos vestimos y colocamos todo estilo bar, nos salimos a la terraza a tomar una tapa o nos hacemos pinchadas de música

Otras parejas, de hecho, reconocen que este periodo les está viniendo bien. “Nosotros fuimos previsores y compramos pintura antes del confinamiento, así que nos hemos pintado la casa entera y hemos cambiado la distribución. Estar activos y entretenidos con tiempo de sobra nos hace estar de buen humor. Y eso hace que la relación en mi caso esté reforzándose, aunque a ver las próximas semanas, ¡igual nos tiramos de los pelos!”, cuenta David, de Móstoles (Madrid).

También se puede aprovechar para quitarle el polvo a otros 'hobbys' en desuso, como anima Hurtado: “Es un buen momento para las parejas que tienen problemas en el sexo. Muchas veces ponemos de excusa la falta de tiempo, o no tener un espacio de intimidad, y ahora eso no ocurre”.

Sean cuales sean las circunstancias actuales de la pareja y el camino que atraviesen hasta el final del confinamiento, las psicólogas recomiendan no tomar durante el estado de alarma ninguna decisión definitiva. “Pensar en separarse ahora mismo no es producente, va a darnos más ansiedad y generar más conflictos. Hay que centrarse en el presente, pensar que es algo transitorio y limitado”, añade Pineda. “Y comprender que lo que nos pasa tiene una carga emocional añadida, que no tiene nada que ver con cómo sea y esté nuestra pareja”.

*Nombre cambiado.

Hace dos años que Laura, de 25, vive con su pareja en Valencia. La convivencia siempre ha sido buena: tienen buena comunicación, son transparentes respecto a sus sentimientos y se entienden en las tareas de la casa. Sin embargo, en estos días de confinamiento, “casi salta todo por los aires”.

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