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"Trabajo en uno de los focos del coronavirus y no me dan ni gel para las manos"
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LOS REPARTIDORES TRABAJAN SIN PROTECCIÓN

"Trabajo en uno de los focos del coronavirus y no me dan ni gel para las manos"

Las empresas de reparto de paquetería y comida solo han enviado circulares con consejos genéricos a sus empleados. Ninguna ha ofrecido material para la prevención del contagio

Foto: Raúl Corrons es mensajero de Correos en Torrejón de Ardoz. (D.B.)
Raúl Corrons es mensajero de Correos en Torrejón de Ardoz. (D.B.)

En el barrio donde Raúl Corrons reparte correo cada día hay un goteo de personas confinadas en sus casas en observación por el coronavirus. “Aquí al lado se han llevado a dos personas al hospital, un poco más abajo hay algunos más”, va señalando. “Acaba de morir un vecino de 77 años que llevaba días en el hospital, es preocupante”. Corrons es funcionario de Correos en Torrejón de Ardoz, uno de los principales focos de coronavirus de España. Su trabajo rutinario se ha convertido de la noche a la mañana en una labor de riesgo. Cada día reparte cientos de cartas y paquetes, toca timbres y ascensores, presta bolígrafos, cede su PDA para que los receptores firmen las entregas. Y su empresa, Correos, no ha ofrecido hasta la fecha ninguna medida de protección ni para Corrons ni para ninguno de los funcionarios que trabajan en esta ciudad de 129.000 habitantes.

“El 27 de febrero nos enviaron unos folios con medidas de seguridad, como no darse la mano ni abrazarse o besarse y cosas por el estilo. Todo consejos de sentido común. Eso ha sido todo. Ni un mísero paquete de guantes ni tampoco gel desinfectante. Yo voy sin protección, cuando fui a por gel estaba agotado y estoy esperando a que traigan más. El repartidor que lleva guantes o gel es porque se lo ha pagado de su bolsillo”.

Desde Correos consideran que su protocolo de actuación es "suficiente y adecuado a nuestra realidad y a la situación actual de la crisis del Covid-19", que están "siguiendo al pie de la letra todas las recomendaciones oficiales" y que en base a esto "no es obligatorio para los carteros llevar guantes o mascarilla".

placeholder Repartidores de comida a domicilio esperando pedidos en Madrid. (D.B.)
Repartidores de comida a domicilio esperando pedidos en Madrid. (D.B.)

Correos no es la única empresa logística que no ha repartido material de protección a sus empleados en Madrid, uno de los puntos calientes del coronavirus. Los repartidores de Amazon deben financiarse su protección o entregar paquetes a la bravas, y empresas de reparto de comida como Deliveroo y Glovo tampoco han invertido un céntimo en proteger a sus repartidores, aunque estos sobre el papel son trabajadores autónomos. “Nos mandaron un mensaje el sábado por la aplicación. Que nos lavemos las manos, que evitemos contacto con la gente. Cosas así”, explica uno de las docenas de repartidores que se apostan a la espera de encargos en la glorieta de Cuatro Caminos de Madrid. Entre los 'riders' de Glovo y Deliveroo, lo de que la empresa ofrezca alguna ayuda se lo toman a guasa. “Si ni cuando atropellan a uno y lo matan la empresa se hace responsable, cómo van ahora a ofrecernos guantes o mascarillas”, estalla otro de ellos, sentado junto a su caja de reparto.

"Si ni cuando atropellan a uno y lo matan la empresa se hace responsable, cómo van ahora a ofrecernos guantes o mascarillas", se quejan los 'riders'

Es más, empresas como Uber Eats no solo dejan en la estacada a sus repartidores, sino que tratan de pescar en río revuelto ofreciendo bonos del 90% de descuento a nuevos clientes que se vayan a quedar en casa debido al coronavirus. La campaña ha generado indignación en ciertos sectores. "Queremos pedir disculpas por la promoción. Fue totalmente inadecuada", se excusó luego la empresa ante la cascada de críticas.

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Promoción de Uber Eats para esta semana.

Entretanto, los repartidores y los funcionarios de Correos siguen básicamente las normas que les dicta el sentido común. Y llevan tanta protección como dinero propio estén dispuestos a gastar. “Hay algunos que sí llevan mascarillas y gel, otros que dicen que les da igual. Cada uno hace lo que quiere. La mayoría nos lavamos las manos cada vez que podemos”, cuentan los repartidores.

En Torrejón de Ardoz, Corrons trata de “limpiar bien el boligrafo y la PDA” y no acercarse demasiado a la gente. “Luego en la oficina nos juntamos todos en un espacio muy reducido, cada uno ha estado en un lugar distinto en una ciudad con bastantes contagiados. Si uno tose te tienes que aguantar y confiar en que no sea nada. Recuerdo una compañera de Torrejón que se contagió de gripa A por el bolígrafo. El otro día supimos de un compañero que estuvo en contacto con una persona puesta en observación en su casa y estamos preocupados”.

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Correos no ha ofrecido ninguna medida de protección a sus empleados. (D.B.)

Corrons, como el resto de trabajadores con mayor exposición al virus, sufre por el posible contagio a sus familiares cercanos, en especial los mayores: “Me preocupa mucho por mi situación familiar. Tengo dos niños, mi madre es mayor y su pareja acaba de salir de un ictus. Si yo les llevo el coronavirus el peligro para su salud es enorme. Tengo un compañero también mayor que reparte en el ayuntamiento de Torrejón y el otro día cerraron una planta entera. Estamos totalmente abandonados a nuestra suerte”, protesta.

“Habría sido lo mínimo para Correos repartir unos paquetes de guantes para que nos los vayamos cambiando cada rato o repartir gel desinfectante. Como no hagamos una colecta entre todos lo llevamos crudo. Otras administraciones públicas de Torrejón han puesto gel para los empleados".

Mi madre es mayor y su pareja acaba de salir de un ictus. Si les contagio el coronavirus el peligro para su salud es enorme

Los repartidores se las ingenian como pueden y dependen del grado de responsabilidad de los cientos de ciudadanos que ven cada día. “Unos se lo toman en serio y te abren la puerta con guantes, otros te dicen que estamos todos locos, que esto del coronavirus es una tontería. Yo les tengo que prestar el boli a todos y atenderles igual. Intento mantener la distancia, pero a veces es muy difícil. El personal de ventanilla lo pasa peor. Por suerte llevo ya 12 años en esta zona y los porteros me informan de si hay alguien en cuarentena o enfermo en su finca”, cuenta Corrons.

Correos adelanta que ya está flexibilizando la jornada laboral a los empleados que lo necesitan y se dan facilidades para la concilición familiar y a los grupos de riesgo como embarazadas. Sobre el uso de guantes o desinfectante entre los repartidores, insisten, "no es algo obligatorio".

En el barrio donde Raúl Corrons reparte correo cada día hay un goteo de personas confinadas en sus casas en observación por el coronavirus. “Aquí al lado se han llevado a dos personas al hospital, un poco más abajo hay algunos más”, va señalando. “Acaba de morir un vecino de 77 años que llevaba días en el hospital, es preocupante”. Corrons es funcionario de Correos en Torrejón de Ardoz, uno de los principales focos de coronavirus de España. Su trabajo rutinario se ha convertido de la noche a la mañana en una labor de riesgo. Cada día reparte cientos de cartas y paquetes, toca timbres y ascensores, presta bolígrafos, cede su PDA para que los receptores firmen las entregas. Y su empresa, Correos, no ha ofrecido hasta la fecha ninguna medida de protección ni para Corrons ni para ninguno de los funcionarios que trabajan en esta ciudad de 129.000 habitantes.

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